Robert Lewandowski ha apagado el incendio del Barça durante la primera parte en Mestalla. El cúmulo de errores defensivos se ha saldado en un milagroso empate sobre la bocina (1-1). El delantero polaco apenas ha entrado en juego en los primeros 45 minutos. Generalmente, el 9 azulgrana ha ralentizado las acciones de ataque. Pero ha cumplido con lo que se le pide a un killer: el gol. Al filo del descanso, ha rematado un pase de Lamine Yamal tras anticiparse al central. En la reanudación ha firmado el doblete de penalti.
No se puede afirmar lo mismo sobre la zaga. En su propia área, el FC Barcelona ha sufrido horrores con imprecisiones impropias. Dos jugadores han quedado especialmente señalados al descanso: Iñigo Martínez y Ter Stegen. El central vasco ha roto el fuera de juego en el primer gol del Valencia, mientras que el portero alemán, con el brazalete de capitán, ha regalado el segundo. Solo la reacción de Pau Cubarsí sobre la línea ha evitado un desastre mayor.
El fallo de Iñigo
El ex del Athletic Club ha tratado de defender con garra las acciones. Sin embargo, ha quedado retratado en la imagen del tanto che. Primero, porque se trata del único defensor que ha roto el fuera de juego de Hugo Duro. En segundo lugar, al inicio de la jugada Iñigo llevaba la marca del goleador.
Tras echar una primera mirada hacia su espalda, se ha desentendido completamente. El zaguero se ha quedado sin marca, mientras que Alejandro Balde no ha podido seguir el movimiento de desmarque del killer. En cualquier caso, el central de 33 años tendría que haberse encargado de la vigilancia del segundo punta valencianista, que ha cabeceado completamente solo (1-0).
Regalo de Ter Stegen
Por su parte, con inferioridad en el marcador, Ter Stegen prácticamente echa al traste los intentos de remontada azulgrana. En el tercer minuto de prolongación, ha errado un pase con los pies y lo ha entregado directamente a un jugador rival. Diego López ha centrado para Hugo Duro, que ha conseguido batir al guardameta con su remate. Cubarsí ha emergido sobre la propia línea de portería para salvar el segundo gol.