El FC Barcelona ha puesto en marcha varias soluciones para resolver las inscripciones de Dani Olmo y Pau Víctor antes de su caducidad, el próximo 31 de diciembre. En primer lugar, el club que preside Joan Laporta pretende ganar tiempo con la solicitud de las medidas cautelares al juzgado de lo mercantil número 10 de Barcelona. Una vía que ya surtió efecto en 2023 con el registro del nuevo contrato de Gavi como jugador del primer equipo.
Tras la vista judicial celebrada este lunes 23 de diciembre con los representantes jurídicos de la Liga y el Barça, el viernes 27, el magistrado Ignacio Fernández de Senespleda emitirá el fallo. Paralelamente, la institución catalana negocia con dos inversores interesados en formar parte del accionariado de Bridgeburg Invest. Aun así, según ha podido saber Culemanía, otra operación promete más ingresos inmediatos en caso de fructificar: la venta de 8.000 asientos VIP del futuro Camp Nou a Sixth Street para los próximos 20 años.
Nueva palanca
Una nueva palanca a un precio de 25.000 euros por butaca con un socio ya conocido por la junta directiva que encabeza Laporta. El fondo de inversión norteamericano compró el 25% de los derechos televisivos del Barça en la Liga por unos 520 millones de euros en verano de 2022. Inyecciones inmediatas y la renuncia a ingresos futuros con devoluciones astronómicas pendientes con Goldman Sachs y otros inversores por las obras del Espai Barça.
El club barcelonista negocia la cesión de las butacas de lujo a un precio más bajo para que el comprador pueda obtener rédito posteriormente. Sixth Street anticipará el pago y correrá el riesgo de la explotación las próximas dos décadas. Como toda palanca, el adelanto implica la disminución en la facturación anual por dicho período.
Grandes riesgos
En 2022, la misma sociedad abonó 360 millones al Real Madrid para adueñarse del 30% de la explotación del Santiago Bernabéu. Después de adquirir una porción de los derechos televisivos del Barça, la firma estadounidense gana más poder con una de las joyas de la corona del nuevo Camp Nou. Precisamente, una de las grandes justificaciones de las obras faraónicas del estadio azulgrana fue el incremento de asientos de lujo: de los 2.500 a una cifra comprendida entre las 7.500 y las 9.400 butacas.
Según desveló el propio club, los palcos VIP --Hospitality-- supondrían el 24% de los ingresos adicionales, es decir, 76,5 millones de euros. El mismo porcentaje que los naming rights. No obstante, la operación en curso rebajará la cantidad anual percibida por dicha partida. Se malvende una de las fuentes de ingresos más lucrativas.
1.890 millones en deudas
Para más inri, a medio y largo plazo, el FC Barcelona se complicará sus obligaciones financieras con acreedores como Goldman Sachs. El banco de inversión norteamericano encabezó la financiación de las obras del Espai Barça con 500 millones de euros junto a JP Morgan. En total, el préstamo asciende a 1.450 millones a restituir con un interés medio del 5,53% tras cinco años de carencia.
Además, la entidad de la Ciudad Condal adeuda otros 444 millones al coloso neoyorkino de la inversión. Un pasivo de 1.894 millones con el papel protagonista de Goldman. En este caso, proviene de un préstamo salvavidas de 595 millones solicitado por la junta que presidía Laporta tras regresar al Barça en verano de 2021.
Préstamo salvavidas
Por aquel entonces, la vida del club azulgrana peligraba en la UCI financiera, sin liquidez para afrontar los pagos inmediatos. Goldman acudió al rescate. La deuda bruta de 1.350 millones a corto plazo, 673 millones con entidades financieras, ahogaba a la entidad. También los 389 millones en nóminas de los deportistas, a pesar de las reducciones y diferimentos obligados por la pandemia.
El banco norteamericano inyectó 595 millones y perdonó otros 90 kilos ya adeudados por la financiación en la construcción del Estadi Johan Cruyff. La asamblea de socios compromisarios ratificó el préstamo para reestructurar deuda y obtener liquidez.
Futuro incierto
Como garantía, los derechos audiovisuales de Liga y Champions League. En consecuencia, la palanca de Sixth Street en 2022 implicó liquidar de golpe 125 millones del préstamo. Todavía restan 444 millones por saldar del crédito hasta 2031.
Por si esto fuera poco, en 2028 vencen 800 millones del crédito para las obras del Espai Barça. Teóricamente, el préstamo que permitirá mudar de piel el Camp Nou debe autofinanciarse con los ingresos de 347 millones previstos en el estadio ya reformado. Una cifra que la cesión anticipada de los palcos VIP puede rebajar sensiblemente. De nuevo, necesidades urgentes comprometen el futuro de la entidad.
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