Las 23.59 horas del 30 de agosto. Deco, director deportivo, tiene la fecha grabada a fuego. El FC Barcelona está inmerso en una carrera contra el reloj. El club azulgrana arrastra la losa de Bridgeburg Invest --o Barça Vision, nombre comercial del negocio digital de la entidad-- desde 2023. Por ello, la secretaría técnica acude al mercado de fichajes con la calculadora en la mano. El objetivo es fichar a un extremo izquierdo con el Fair Play que quede tras pactar todas las salidas.
El Barça está excedido. En consecuencia, no puede dar de alta a un jugador en Liga por la misma cantidad que se ahorra con la marcha de otro futbolista. La regla es diáfana. Si sale un jugador, puedes usar el 60% del salario para inscribir --70% en caso de tratarse de un futbolista franquicia, que ocupe un 5% total del coste de la plantilla--. Por una plusvalía, al no estar en la norma 1-1, el Barça solo puede usar el 20% de los beneficios.
¿Cuánto dejan las salidas?
Por tanto, con la marcha gratuita de Ilkay Gundogan al Manchester City, el club azulgrana solo puede contar con 13 millones de sus algo más de 18 kilos brutos que percibía en la capital catalana. Por el traspaso de Mika Faye al Stade Rennais, de los 10,3 millones que asume el cuadro francés, Deco podrá usar 2 kilos. Falta por conocer cuánto espacio liberará Clément Lenglet por su cesión al Atlético de Madrid.
Antes, el Barça ampliará su contrato, que terminaba en 2026, por un año más. Aún no se ha hecho oficial. Lenglet le costaba al club 16 millones anuales. 12 de salario y 4 de amortización. Con la renovación, la institución libera espacio salarial y reduce el coste del defensa hasta los 13,5 millones por temporada. Por ende, podrá usar 8,1 kilos para inscribir por su salida (el 60% de dicha cantidad), teniendo en cuenta que los 8 kilos de ficha los asumirá el Atlético.
Primera vía
Con esto bastará para inscribir a Dani Olmo, cuyo coste ronda los 19-20 millones por temporada. Las salidas de Faye, Gundogan y Lenglet liberan de 23,5 a los 24 millones de euros, por lo que hace falta algo más para fichar al tan anhelado extremo izquierdo. La primera opción para generar Fair Play es continuar con la operación salida.
Solo con 4 kilos, diferencia entre la cantidad liberada y el coste de Olmo, es muy difícil inscribir a alguien. Lo más factible para ganar margen de maniobra sería ceder a Ansu Fati, cuya ficha supera los 12 millones anuales. Una cesión, si el otro club asume todo el sueldo, supondría de 7,2 a 8,4 millones más. La marcha del canterano es la más probable junto a la de Éric García, que cobra 6 kilos y por tanto Deco contaría con un pellizco, 3,6 millones, muy valioso. Otros candidatos son Ferran Torres o Raphina, pero se niegan a salir.
Segunda y tercera opción
La segunda opción que maneja el Barça es el aval bancario, un método que ya usaron algunos directivos la temporada pasada para dar cabida a Gundogan y compañía, por valor de 12 millones de euros. 6 de ellos se afianzaron en pagarés bancarios. Anteriormente, practicaron el mismo método para dar de alta a Jules Koundé. La cantidad dependerá de lo que falte para alistar al extremo.
La alternativa menos probable es cerrar el nuevo acuerdo de patrocinio con Nike, que permitiría, a ojos de la Liga, dar por olvidado el pago de 60 millones por Barça Vision que el club tenía previsto para este junio y ha quedado prorrogado hasta septiembre. El signing bonus, de unos 100 kilos, solventaría todos los problemas de la institución, pero la firma con la marca de ropa deportiva no se hará antes del 31 de agosto.
Malabarismos con el contrato
Pongamos un ejemplo con Federico Chiesa. Se habla de un contrato de tres temporadas y un traspaso de 10 millones fijos, sin variables. Desde Italia apuntan que el extremo nacido en Génova estaría dispuesto a rebajarse el salario, de los 6 millones que cobra en la Juventus a unos 4,5. La amortización sería de 3,33 kilos. El coste de Chiesa (salario + amortización) sería de unos 8 millones.
Si no sale nadie más, el Barça no podría ficharlo, ya que, tras inscribir a Dani Olmo, como ya se ha explicado, solo tendría otros 4 millones de Fair Play. Una última alternativa sería hacerle un contrato ascendente a Chiesa para hacerle hueco, al menos, para la presente temporada. La salida de Éric tiene todo el sentido del mundo en este contexto.