El FC Barcelona vive mucho al límite. Los problemas financieros que arrastra el club desde hace cuatro años limitan por completo el rango de acción de la directiva de Joan Laporta. En 2023 sufrieron como nunca para lograr la inscripción de los futbolistas a la plantilla del primer equipo, teniendo que recurrir los altos mandos a jugarse su propio patrimonio de cara a cumplir con la planificación deportiva del recién terminado curso.
Ese plan de emergencia se dividió en dos avales por valor total de 18 millones de euros. Gracias a ese movimiento --y la salida de jugadores como Dembelé y Kessié-- de la dirigencia azulgrana, la dirección deportiva pudo salvar a tiempo la planificación para inscribir a los futbolistas del primer equipo de Xavi Hernández. Sin embargo, los meses siguen transcurriendo y el panorama económico del Barça todavía mantiene una incertidumbre peligrosa que podría desencallar en un riesgo para la junta de Laporta.
El primer aval
El año pasado, Joan Laporta y el tesorero del Barça, Ferran Olivé, lideraron un aval de la junta directiva por un total de tres millones y otros 3 millones en forma de pagaré bancario ejecutable. Esto fue con el objetivo de compensar los recortes salariales que no se llevaron a cabo en las secciones del club durante la temporada 2022-23. Dicho movimiento también supuso que el FC Barcelona consiguió evitar una nueva sanción de la Liga de Fútbol Profesional que hubiese perjudicado al Fair Play del primer equipo.
El próximo 30 de junio se cumple un año del aval, por lo que existe una ligera preocupación entre los miembros de la junta directiva ante la posibilidad de que se termine ejecutando. Aunque fuentes consultadas por Culemanía explican que esa situación en los presupuestos de las secciones la cumplieron de sobra en el FC Barcelona. Quedan dos semanas para cerrar el mes, donde se podrá conocer en detalle la resolución del aval de los seis millones de euros que ha mantenido cierta tensión en la cúpula azulgrana.
El aval de 12 millones
Las dificultades financieras obligaron a los altos mandos del Barça a avalar un total de 12 millones de euros. Repitieron la misma fórmula del primer aval: 6 millones avalados y 6 millones en pagarés bancarios. Ese dinero fue directamente dirigido a la plantilla inscribible y sirvió para poder llevar a cabo la inscripción salarial de Ilkay Gundogan. Lo poco que sobró fue útil para poder inscribir, más tarde, otros fichajes que se realizaron en ese mercado de verano.
Esos 12 kilos se ejecutan oficialmente el 31 de agosto, por lo que todavía hay margen de maniobra para que la directiva de Laporta pueda dar con la tecla en el incremento de ingresos que tanto necesita el FC Barcelona. El cumplimiento del plan viabilidad es fundamental de cara a que la inscripción de los futbolistas que van a formar parte del equipo de Hansi Flick, además de evitar que el patrimonio personal de la junta se vea comprometido.
Las operaciones del Barça
Sobre la mesa del FC Barcelona hay diferentes operaciones que permitirán a la cúpula respirar con respecto al asunto de los avales. La prioridad de Laporta es cerrar definitivamente la búsqueda de un nuevo inversor que asuma el famoso impago de Libero Football Finance por Barça Studios. El fondo alemán debe 40 millones de su participación en la sociedad azulgrana, por lo que es una cantidad que tendrá que asumir otra compañía en las próximas semanas.
Tampoco hay que pasar por alto las negociaciones de la directiva con Nike para llegar a un nuevo acuerdo comercial. La intención de los altos mandos de la entidad es que la marca de ropa deportiva adelante 100 millones de euros en concepto de signing bonus, lo que representaría un impulso en los ingresos del actual ejercicio. De ese pacto también se espera un incremento en los beneficios anuales.