Un nuevo capítulo de la incesante guerra entre la Superliga Europea y la UEFA se ha escrito el lunes 27 de mayo, después de darse a conocer que el juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid estimara la demanda del proyecto liderado por el FC Barcelona y el Real Madrid con respecto al abuso de posición dominante que ha ejercido el organismo presidido por Aleksander Ceferin, lo que supone una victoria judicial a tener en cuenta.
Sin embargo, la UEFA insiste en mantener a toda costa su propio cortijo contra la Superliga. A pesar de verse reflejado en la sentencia que "cesen en las conductas anticompetitivas sancionadas" y que tampoco "cabe la imposición de una prohibición" con respecto a los clubes interesados en formar una nueva competición, el organismo se ha mantenido firme en su plan de seguir con el monopolio del balompié continental.
La respuesta de la UEFA
A través de un comunicado, la institución encargada de gestionar el fútbol europeo señaló que "el juzgado no ha dado luz verde ni ha aprobado proyectos como la Superliga. De hecho, la jueza ha afirmado que el proyecto de la Superliga está abandonado desde hace tiempo y que no cabe esperar que se pronuncie sobre ningún proyecto abstracto". "La sentencia no otorga a terceros el derecho a desarrollar competiciones sin autorización", añadió, añadieron.
Aunque la valoración de la UEFA no es errónea, lo cierto es que no encaja en lo más mínimo con la demanda interpuesta por los promotores de la Superliga, cuyo gran objetivo es demostrar que existe un monopolio que busca intimidar a aquellos clubes que buscan una alternativa de gestión. No es la primera vez que la respuesta de la oposición al mencionado proyecto se base en ese argumento, recordando que también siguieron esa misma línea con la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) del pasado mes de diciembre.
Otras figuras de la oposición como la Liga --y la FIFA-- también se han empeñado en que el fallo del juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid no significa la creación de la Superliga. De momento, el proyecto de competición todavía no es una realidad, pero la sentencia supone un aviso importante para una UEFA que ha aprovechado su "sistema monopolístico" para evitar que un mayor número de equipos forme parte de un torneo que supone la principal amenaza para la Champions League.
El fin del monopolio
Desde el lado de la Superliga, concretamente en A22 Sports --gestores de la competición--, se han mostrado más que satisfechos con relación a la decisión de la Justicia española. Lo definen como el fin de "la era del monopolio", lo que denota su optimismo con respecto al futuro del torneo. Por una parte, porque fuentes consultadas por Culemanía aseguran que se deja en evidencia que los estatutos de la UEFA reflejan un abuso de posición dominante.
En este sentido, el hincapié que se realiza con relación al fallo del juzgado de lo Mercantil sobre "el cese de las conductas anticompetitivas y se les prohíba su reiteración futura". En otras palabras, no solo tiene validez para el 21 de abril --fecha en la que se mueve la oposición--, sino también para los próximos años. Es un mensaje claro de que la UEFA no puede incurrir en sanciones para los clubes interesados en formar parte de la Superliga, lo que significaría un cambio radical en aquellas entidades que quieran salir de la Champions League.
Hay que recordar que, hasta ahora, la UEFA se ha movilizado con sanciones desmedidas para los promotores y jugadores parcializados con la Superliga: bloqueo a los futbolistas para jugar en sus respectivas selecciones, imposibilidad para disputar los torneos de la institución o incluso frenar partidos amistosos entre los clubes. Una serie de amenazas que se han venido dando en los últimos tres años y que han supuesto varias piedras en el camino del proyecto de competición de cara a sumar más aliados. Aunque la sentencia de la Justicia española, que entra en la línea de lo expuesto por el TJUE, representa un escenario diferente.
El cambio de los estatutos
El objetivo más importante a partir de ahora es que la UEFA haga un cambio en los estatutos con respecto a impedir la presencia de un tercero en el mercado del balompié continental y que no puede existir una discriminación para proteger sus propias competiciones, como es en este caso la Champions League. No obstante, la entidad presidida por Ceferin se aferra a una modificación de su normativa de mediados de 2022, donde incluyeron un sistema de preautorización para nuevos torneos, aunque sigue la fórmula de representar un proceso entorpecedor que puede extenderse hasta los 12 meses y que no asegura ninguna certeza.
Por ese motivo, las sentencias del Juzgado de lo Mercantil y el TJUE suponen un punto de presión extra para la UEFA. En la Federación Italiana ya dieron marcha atrás las amenazas de sanción a los clubes que quieran participar en una competición fuera del paraguas del regulador del fútbol europeo. No es una victoria definitiva para la Superliga, pero pasos importantes que acercan cada vez más el escenario de una fecha definitiva.
Según ha podido saber Culemanía, hasta unos 30 equipos --se desconoce la procedencia-- estarían interesados en dar el salto a la Superliga. Aunque es una cifra que podría seguir creciendo con los triunfos judiciales que replantean un cambio de paradigma en el fútbol de Europa, donde la UEFA se ha mantenido con el visto bueno de la FIFA como la única voz de autoridad.