En el FC Barcelona, el clima cambia de un día para otro. A finales de abril, contra todo pronóstico, Xavi Hernández dio marcha atrás y desistió de sus intenciones de abandonar el club. El técnico catalán y el presidente Joan Laporta ratificaron sus votos en una hasta el vencimiento del contrato, en junio de 2025. Hasta el director deportivo Deco dio un voto de confianza al entrenador. En una muestra de unidad, todos los integrantes del área deportiva formaron piña en la sala de prensa de la Ciutat Esportiva Joan Gamper.
Un mes más tarde, el paripé ha resultado en vano. La rueda de prensa previa del Almería-Barça mostró la versión más terrenal y conformista de Xavi, más acostumbrado a vivir en una nube de optimismo. Por una vez, el míster egarense se desmarcó del humo vendido desde la realidad. Pero Jan lo encajó como una puñalada trapera, semanas después de la ilusionante charla mantenida en casa del máximo dirigente de la institución. Es la quinta entrega de un serial de cinco episodios que resumen la pésima gestión de Laporta con Xavi mediante decisiones incomprensibles y precipitadas hasta el triste final de una destitución ya confirmada.
2,5 millones por fichar a Xavi
Un drama que empezó in media res, en el momento menos propicio, fruto de la impulsividad y las urgencias. La nueva directiva de Joan Laporta descartó a finales de la temporada 2020-21 la incorporación del estratega catalán por falta de experiencia. Por aquel entonces, el contrato de la leyenda azulgrana con el Al-Sadd incluía una cláusula liberatoria conforme la cual podía abandonar el club de Qatar si el Barça llamaba a su puerta. Para más inri, su contrato caducaba ese mismo año.
Sin embargo, el FC Barcelona decidió mantener a Ronald Koeman en el banquillo ante la imposibilidad de firmar a Julian Nagelsmann y Hansi Flick. En tanto, Xavi renovó su vínculo hasta 2023, blindado con una cláusula de rescisión de 5 millones. En noviembre de 2021, el míster neerlandés hizo las maletas. Un negocio ruinoso que le costó al club barcelonista 2,5 millones, pues el nuevo entrenador asumió de su bolsillo la otra mitad de la cláusula. Seis meses antes, pudieron haberlo traído a coste cero.
Año y medio prometedor
El equipo azulgrana no consiguió levantar el título de Liga 2021-22, pero sí que remontó hasta la segunda plaza y le endosó una paliza al Real Madrid en el Santiago Bernabéu (0-4). Pese a los reveses europeos en Champions y Europa League durante el curso 2022-23, la conquista de la Supercopa y la Liga 22-23 devolvieron la ilusión al barcelonismo y dieron una tregua.
Pero a la hora de la verdad, el proyecto se derrumbó. El Barça termina otro año en blanco, que ya había empezado con mal pie. Laporta no se ha caracterizado precisamente por la separación de poderes en su gestión personalista y familiar del club. Xavi planeó dar descanso a Robert Lewandowski, Ilkay Gundogan y Ronald Araujo para la última jornada de fase de grupos de Champions, con la clasificación a los octavos amarrada. En un principio los excluyó de la convocatoria.
La convocatoria de Amberes
No obstante, según informaron varios medios, el técnico tuvo que modificar la convocatoria por orden expresa del presidente. La noticia tuvo lugar precisamente después de la dolorosa derrota del derbi catalán en Montjuïc contra el Girona (2-4).
Xavi justificó en rueda de prensa que se debía a un tema de itinerario y que "los jugadores han preferido viajar para hacer piña". Finalmente, el delantero polaco participó de titular en la derrota en Bélgica (3-2), el volante alemán como suplente y el central uruguayo vio el partido desde la grada descartado. Un cúmulo de despropósitos que degeneró en la pérdida de unos ingresos sustanciales de 2,8 millones.
Laporta, esclavo de sus palabras
El 27 de enero de 2024, el Barça de Xavi tocó fondo. El Villarreal asaltó Montjuïc (3-5) y el entrenador de Terrassa dijo basta. Es ahí donde transcurre el tercer capítulo del drama grotesco. Tras comunicarlo a Laporta, anunció en rueda de prensa que abandonaría la entidad a final de temporada. El dirigente quedó retratado con una frase lapidaria que pronunció en los inicios de su mandato: "Perder tendrá consecuencias".
No aplicó la misma vara de medir con el técnico catalán, del que llegó a reconocer que "si no fuera Xavi, ya habríamos destituido al míster". El presidente también aceptó la decisión de su amigo excepcionalmente: "Es una fórmula que acepto porque fue Xavi quien me la propuso". Fue el técnico el que marcó los tempos de su salida en vez del área deportiva. Cabe remarcar que desde aquella fatídica derrota el conjunto barcelonista encadenó 13 partidos sin perder y se clasificó para los cuartos de final de la Champions.
Año sin títulos y Xavi ratificado
De nuevo, con todo el pescado de la Liga vendido, Laporta y Xavi protagonizaron un nuevo intercambio de papeles paradójico. El Barça quedó eliminado de todas las competiciones en juego después de perder el clásico contra el Real Madrid (3-2). Un curso sin títulos, por debajo de los objetivos. Pese a todo --división en la cúpula deportiva--, el abogado catalán no cejó en su empeño hasta convencer al entrenador de cumplir su contrato.
Por segunda vez, el Barça se estampó contra el Girona y con estrépito (4-2) días después de confirmar a Xavi en el cargo y organizar una rueda de prensa teatralizada. Tres semanas más tarde, cuando las aguas debían calmarse cerca de cumplir el objetivo de la segunda plaza liguera, una mera muestra de sincedidad del técnico ante los medios prendió la mecha.
Cambio de planes surrealista
De nada sirvió el paripé de abril, un cuarto capítulo que ejerce función antagónica con el quinto. Irónicamente, habiendo obviado la mansalva de motivos deportivos para fulminar al entrenador, son las declaraciones de Xavi en la previa contra el Almería le pueden costar el cargo. Laporta se negó a viajar con el equipo, dada la magnitud de su enfado. Y todas las filtraciones procedentes del club apuntaban hacia la misma dirección: la plana mayor se planteaba la destitución del técnico.
El enésimo bandazo incomprensible ha tenido lugar antes del último partido de Liga ante el Sevilla. Jan y todos los integrantes del área deportiva se han reunido con el míster en un encuentro breve este viernes 24 de mayo y le han comunicado su despido. Un mes después de celebrar a bombo y platillo la continuidad de Xavi en una rueda de prensa efectista, Laporta y la banda del patio de recreo azulgrana se lucen una última vez. Otra leyenda que se marcha por la puerta de atrás, expulsada por decisión del presidente.
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