Laporta abre un nuevo frente en el Barça: 5 polémicas en 8 días

La semana trágica de Joan Laporta en el FC Barcelona se encamina más bien hacia un mes de mayo difícil de digerir. El Barça atraviesa unas semanas convulsas que en otro club habrían transcurrido sin sobresaltos, con el final de temporada sin títulos ya asimilado. Pero en el equipo azulgrana los despachos juegan un papel tan decisivo como los acontecimientos deportivos. La entidad ha reabierto un antiguo frente institucional y acumula su quinta polémica en apenas ocho días. 

La figura del presidente está más discutida que nunca en un segundo mandato con una carga heredada difícil de soportar. Esta vez, un debate que parecía enterrado con la voluntad de modificar los estatutos vuelve a ver la luz. La junta directiva de Jan, tan defensora de la propiedad de los socios, ha tanteado a los socios en una encuesta y les ha preguntado qué modelo de Barça prefieren. Entre las opciones planteadas, la transformación en sociedad anónima deportiva y el modelo mixto.

Contradicciones sobre la SAD

En presencia de una junta directiva tan partidaria --teóricamente-- de mantener una tipología de club social, este debate no tendría que regresar a la palestra. Es más, Laporta mismo ha aseverado que "los socios y socias del Barça serán los propietarios del club mientras yo sea presidente". Una fecha de caducidad que, salvo moción de censura, llegará en 2026.

Además, como ya hemos adelantado en Culemanía, la vicepresidenta institucional, Elena Fort, encabeza los planes de la institución para blindar el modelo de gobernanza. La protección consiste en una modificación estatutaria a petición de la enmienda remitida en 2022 por los grupos de opinión El Senyor Ramon, Dignitat Blaugrana, Compromisario FCB, Seguiment FCB y Un Crit Valent.

Si bien es cierto que en el seno de la entidad todavía deliberan los pasos a seguir, los socios deberán validar la decisión del club en ese sentido. De este modo, todos los socios --no solo los compromisarios tendrían poder de decisión sobre una cuestión trascendental en el futuro del FC Barcelona. Con esto, plantear la conversión en sociedad anónima deportiva en un formulario colisiona frontalmente con los hechos mentados. Mensajes contradictorios que no refuerzan a la junta directiva.

Hastío en Montjuïc

Opositores a la presidencia como Víctor Font han aprovechado esta controversia y otras recientes para prolongar el bombardeo sobre una dirigencia desgastada. Primero, la cosecha de un año en blanco del primer equipo de fútbol.

El duelo del Barça contra la Real Sociedad en Montjuïc el pasado 13 de mayo evidenció los primeros síntomas de hastío y divorcio entre la afición y el máximo mandatario de la entidad. "Barça sí, Laporta no", gritaban algunos socios desde la grada de animación.

El escándalo del aval

Para colmo, el día siguiente estalló la primera bomba institucional. El Periódico desveló una investigación de la Agencia Tributaria sobre la composición del aval de 124,6 millones de euros con el que Laporta regresó a la presidencia.

Las pesquisas expusieron el pago de ISL Futbol Limited Liability Company a la cuenta bancaria mancomunada entre Joan Laporta y los 18 directivos. Dicha agencia de márketing deportivo ya colaboraba con el club desde 2015. En 2021 transfirió 350.000 euros para la composición de la garantía bancaria. Un año más tarde, en mayo de 2022, la misma empresa organizó dos amistosos del conjunto azulgrana en Las Vegas y Dallas durante la gira por Estados Unidos.

Xavi, cabeza de turco

Segundo problema en cuestión de dos días. La investigación sigue en curso. Ante el peligro de que copara todas las portadas durante toda la semana, desde las altas esferas del FC Barcelona activaron una cortina de humo. Cuando el futuro del técnico Xavi Hernández parecía esclarecido, el entrenador catalán envió un mensaje realista y carente del optimismo habitual a la afición. El cambio de discurso tuvo lugar en la rueda de prensa previa del Almería-Barça.

"El culé debe entender que la situación económica es muy complicada para competir con los otros equipos como el Real Madrid. La situación económica no tiene nada que ver con 25 años atrás. Cuando venía el entrenador decía 'quiero este, este y este'. Ahora esto no es así", 

La cortina de humo perfecta

Dichas declaraciones prendieron la mecha. Laporta no viajó con la expedición rumbo al Estadio de los Juegos Mediterráneos. Toda los medios apuntaron hacia la misma dirección, puesto que las filtraciones procedían de la propia institución: la continuidad de Xavi pende de un hilo. 

Tras una temporada tan irregular, el presidente ya se había cargado de motivos para destituir al míster. Aun así, el máximo dirigente había de convencerlo y consiguió que cumpliera su contrato. Paradójicamente, por una simple dosis de realidad, todo cambió de la noche a la mañana. Una maniobra de distracción efectiva que desvió el foco de los avales sobre el banquillo. La polémica sigue servida, ya que Jan se ha emplazado a hablar con Xavi tras la conclusión de la Liga.

Demanda civil

Para rizar el rizo, este pasado sábado 19 de mayo trascendió la cuarta polémica en torno a la junta directiva. Un sector descontento de la afición culé ha presentado una demanda civil contra la plana mayor azulgrana. Ignasi Prats, socio número 70.933, lidera la reclamación. Los demandantes claman contra el acuerdo de financiación para la construcción del Espai Barça con Goldman Sachs y otros 19 inversores.

Prats justifica una presunta infracción en la Asamblea General Ordinaria del 17 y 23 de octubre de 2021. El incumplimiento versaría sobre la exclusión del Palau Blaugrana en los 1.450 millones de crédito para la obra faraónica, contraviniendo el pacto con los socios compromisarios. Según el solicitante, la escritura pública de Constitución del Fondo de Titulización Espai Barça demuestra su tesis.

En rueda de prensa, los responsables del Espai Barça incluyeron el nuevo Palau en los 179 millones de gastos financieros, 200 millones destinados a posibles contingencias, y 50 millones extras que todavía no se han requerido. La enésima artería financiera de esta junta directiva, abonada al riesgo. Todavía restan dos años de mandato, y el proyecto que vislumbraba Laporta no ve la luz al final del túnel.