El exdirectivo de Núñez que ve irrevocable la conversión del Barça en SAD
A efectos prácticos, considera que el modelo de propiedad ya ha dejado atrás la gobernanza utópica de los socios
2 febrero, 2024 01:41Noticias relacionadas
La realidad económica del FC Barcelona está sumergida en los estratos más profundos de la entidad. De vez en cuando, se reparten migajas a la superficie para que el culé se informe de cuatro pinceladas sobre la coyuntura financiera de la entidad. Pero nada comparado con lo que realmente conocen los integrantes de la plana mayor del Barça. Un viejo roquero Gabriel Masfurroll, miembro de la junta directiva que presidía Josep Lluís Núñez, es de esas voces agoreras que vaticina la conversión irremediable en Sociedad Anónima Deportiva (SAD).
El también vicepresidente y portavoz durante la etapa de Joan Gaspart ha diagnosticado el presente y futuro de la institución que actualmente dirige Joan Laporta. Masfurroll ha arremetido contra la gestión de la cúpula directiva en el programa Goles, de Radio Marca, que conduce Pedro Pablo Parrado.
¿Club de los socios?
Para empezar, prefiere emplear la distinción de asociados, que designa a los abonados que teóricamente tendrían que ostentar la propiedad de la entidad: "No somos socios, sino asociados. El socio compra una acción. Nosotros somos asociados. Si yo mañana dejo de pagar, dejo de ser asociado y no pinto nada".
El exdirectivo manifiesta su escepticismo respecto a los que afirman que el Barça es de los socios. Las aseveraciones de Laporta prometiendo que hasta su marcha de Can Barça "el club siempre será propiedad de sus socios" despiertan discrepancias en Masfurroll. Tan solo 656 socios compromisarios llegaron a votar en la última asamblea telemática. La representación en un intento de democratizar el gobierno del club apenas integra un 0,46% de los más de 140.000 socios que engrosan la masa social del FC Barcelona.
A diferencia del mandato de Núñez, cuando las cuotas de los abonados conformaban más del 50% de los ingresos presupuestados, en la actualidad no superan ni el 5% de las fuentes que nutren la entidad: "El club no se mantiene por los socios, sino por los patrocinios, sponsors, derechos televisivos...".
"Sociedad Anónima de manera irreversible"
Precisamente, el entrevistado considera que, a efectos prácticos, el club catalán ya ha dejado atrás este modelo de gobernanza: "El socio es teóricamente el propietario según el modelo, pero en la práctica el propietario es quien tiene el dinero, los acreedores del Barça. No se va a poder devolver ese dinero y los acreedores se convertirán en los dueños del club. No somos SAD de facto, pero el club ya es propiedad de fondos de inversión y acreedores. El Barça será Sociedad Anónima de manera irreversible".
En términos eufemísticos, esos acreedores hacen referencia a los cariñosamente denominados 'compañeros de viaje'. Hablando en plata, a Goldman Sachs y el resto de los 20 inversores que han financiado la obra faraónica del Espai Barça. Nada menos que 1.450 millones de euros de préstamo a un interés medio que según el FC Barcelona ronda el 5,5%.
Deuda astronómica
A devolver 2.820 millones en cinco tramos, comprendidos entre los cinco y los 24 años. Por si esto fuera poco, el Fondo de Titulización que rige la operación establece que 820 millones del crédito --teóricamente renegociable la financiación-- han de regresar antes de junio de 2028. ¿Qué mejor evidencia que restituir esa cifra astronómica con el handicap añadido de haber hipotecado el 25% de los ingresos audiovisuales durante los próximos 25 años?
Las famosas palancas representan otro órdago del club a corto plazo en aras de dar un golpe de efecto inmediato, a pesar de los riesgos que implica esta apuesta en un futuro más lejano. La mochila de 1.350 millones que la junta directiva de Laporta heredó de sus predecesores y rebajó a 1.200 supone otro agravante de la situación. Masfurroll advierte que "el Barça actual está en riesgo de desaparición, al menos, el actual". No será la primera ni la última voz que alerte de que la Sociedad Anónima se aproxima, condicionada por un problema que "no es deportivo, sino institucional".