El FC Barcelona y el Real Madrid aguardan expectantes como los más fervientes defensores de la Superliga. La nueva competición continental que promueve Florentino Pérez y cuenta con la adhesión del club que preside Joan Laporta todavía no ha podido ver la luz. De hecho, depende de la resolución venidera del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Curiosamente, el fallo tendrá lugar días antes de la disputa del clásico en el Estadi Olímpic de Montjuïc, programado para el 28 de octubre.
El jurado dirimirá si la UEFA ejerce un monopolio ilegal en Europa. El veredicto final, en el que tendrá peso el precedente de la creación de la Euroliga en 2001 y el fin de la Suproliga de la FIBA, no admitirá recurso. Tanto el organismo que dirige Aleksander Ceferin como la Superliga tendrán que acatar la decisión.
Nueva fuente de ingresos
La entidad de la capital catalana tiene mucho en juego. El vicepresidente económico del Barça, Eduard Romeu, explicó en una entrevista con el programa Què t'hi Jugues! la razón de ser de un torneo que aún se encuentra en fase embrionaria: "Los que más generamos creemos que somos los que más debemos recibir, y en estos momentos no es proporcional el nivel de ingresos que tenemos".
Esa fuente de nuevos ingresos motiva la fundación de una nueva competición para hacer frente a la supremacía que ejercen nuevos clubes ricos como el PSG y el Newcastle United. No es casualidad que Nasser Al-Khelaïfi lidere al grueso de clubes opositores de la Superliga, como presidente de la Asociación Europea de Clubes (ECA).
"La Superliga, en función de cómo se montara, ayudaría mucho a resolver los problemas económicos del Barça o llegar a acuerdos más beneficiosos de cara al futuro", ha defendido Romeu en la Cadena SER. Y es que el directivo azulgrana quiere un reparto de los ingresos más meritocrático: "No queremos romper nada, sino que lo que generamos, se nos repercuta".
Veredicto decisivo
En cualquier caso, saldremos de dudas en cuestión de días. En mayo de 2021, el Juzgado Mercantil número 17 de Madrid derivó al TJUE la decisión de validar la posición dominante de la UEFA. Consecuentemente, también se vería alterada la potestad del organismo internacional de sancionar y amenazar con sanciones de 100 millones de euros a los clubes que se amparen en la nueva competición. Por ello, fueron cayendo de uno en uno.
12 equipos fundadores respaldaron el decálogo que planteó el CEO de A22 Sports, Bernd Reichart que estableció las bases de la nueva competición en abril de 2021: Barça, Real Madrid, Juventus, Atlético de Madrid, Inter de Milán, Milan, Tottenham, Manchester United, Manchester City, Liverpool, Arsenal y Chelsea. Y ya solo quedan los dos primeros en pie. En el supuesto de fallar a favor de la Superliga, el orden de competiciones se vería alterado. Por ende, la UEFA también vería minimizada su capacidad de imponer sanciones.
Gran aliciente
A pesar de que la UEFA aumentará el reparto de dinero que repercutirá en los clubes para la Champions League 2024-25, todavía se quedará corta respecto a las previsiones de la Superliga, cuyos impulsores prevén unos pagos de solidaridad mayores al actual sistema de competición europeo. Las estimaciones superan los 10.000 millones de euros.
Si bien es cierto que el concepto de exclusividad inicial evolucionó a un torneo que integrarían entre 60 y 80 equipos repartidos entre varias divisiones, los ingresos superarían en proporción los que perciben los clubes que disputan las competiciones de la UEFA. La jerarquización en divisiones permitiría una distribución equitativa del montante previsto.
De hecho, los equipos fundadores de la Superliga, de los que solamente quedan Barça y Madrid a la espera de la resolución judicial, se dividirían un único pago de 3.500 millones de euros destinado solamente a planes de inversión. Y para marcar distancia con los denominados Clubes Estado, el decálogo que detalla la organización del torneo advierte de que el gasto de esta cantidad tendría que sustentarse exclusivamente en el dinero que los clubes hayan generado, en vez de inyecciones de capital como el caso del Paris Saint-Germain.
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