Los últimos años en el FC Barcelona han resultado ser una prueba de nervios constante para la afición barcelonista. No solo por los conocidos problemas económicos, sino por algunas situaciones que se han presentado con la actual junta. Joan Laporta volvió a asumir la presidencia del club en 2021 con la intención de levantar vuelo en un momento de máxima complejidad. Pero algunas de sus decisiones --no todas relacionadas a ese ámbito-- están resultando un tanto impopulares, lo que está generando un ambiente un tanto tenso.
Ese ambiente de tensión ha crecido de forma considerable en el último año. Varios socios se han mostrado críticos con respecto a ciertas posturas de los altos mandos del Barça. Muchas tienen que ver con la parte financiera, otras con relacionados a la parte más institucional de la entidad. Una mezcla de diferentes situaciones que ha provocado que sea más común ver quejas sobre la gestión del mandatario catalán.
La poca transparencia con el Espai Barça
En este sentido, el nerviosismo de la masa social del FC Barcelona se ha visto de forma evidente con el Espai Barça. El ambicioso proyecto tiene el peso de ser la llave que permita la salvación del club en términos económicos, sobre todo por los supuestos ingresos que debe conseguir el Camp Nou una vez finalicen las obras. Sin embargo, los enormes gastos que conllevan las obras y los encargados de liderarla (Limak Construction) no generan confianza entre muchos barcelonistas.
Hay que recordar que Àgora Blaugrana, una iniciativa que reúne a diferentes grupos de socios, ha liderado el movimiento para que los fanáticos del club puedan tener acceso a la mayor cantidad de información posible del Espai Barça. Han sostenido diferentes reuniones con la parcela ejecutiva, aunque sin llegar a tener todas las respuestas necesarias, por lo que todavía seguirán insistiendo para que el desarrollo de las obras siga un buen curso.
La intención de ese grupo de socios es obtener un feedback más contundente en la próxima asamblea de compromisarios. No solo por la preocupación que existe con el Camp Nou, sino también por las dudas acerca del cumplimiento del nuevo Palau Blaugrana. La ausencia de información es lo que está siendo un motor para la hinchada azulgrana en estos meses tan movidos en lo mediático.
Los líos con los precios de los abonos
Otra situación que ha generado cierta fricción entre la masa social y la directiva de Joan Laporta es la de los precios de los abonos. En un principio, la cúpula del FC Barcelona decidió realizar un incremento desproporcionado para la temporada en Montjuïc. La subida fue en torno al 40%, siendo el más representativo el valor que se dio en los asientos de la Tribuna, que pasaba de 1.191 euros hasta los 1.738 euros. Ese plan no sentó bien los aficionados, por lo que optaron por dar marcha atrás.
En este sentido, la junta buscó recuperar la confianza de los abonados con una reducción de hasta el 50% con respecto al curso anterior. Las nuevas tarifas ubican a los abonos del Barça en el puesto número nueve entre los más baratos de la Liga, recordando que el más accesible (255 euros) se encuentra por debajo de los que ofrece el Real Madrid (286) y el Atlético de Madrid (270).
Sin embargo, esas nuevas medidas no han terminado de calado por completo entre la hinchada barcelonista. El mensaje de "acompañar al Barça en un momento muy importante" se ha quedado corto para las aspiraciones de la directiva de Laporta, debido a que el FC Barcelona es el séptimo equipo con menos abonados en la élite del fútbol español. Una situación que genera preocupación por el ambiente que se puede dar en gran parte de la temporada en el estadio Olímpic Lluís Companys.
El tibio comunicado contra Rubiales
Por último, pero no menos importante: la polémica protagonizada por Luis Rubiales. El mandatario de la RFEF --actualmente suspendido por la FIFA-- ha acaparado los focos mediáticos por el beso que le dio a Jenni Hermoso sin su consentimiento, tras disputarse la final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Unas imágenes que han causado una gran indignación entre diferentes sectores del panorama nacional.
Al tratarse de una exjugadora del Barça Femenino --máxima goleadora histórica-- y por el hecho de ser un club que se ha mostrado en contra de las conductas machistas, la afición esperaba a que la respuesta fuera bastante contundente. Pero no fue el caso. El comunicado del FC Barcelona no solo fue tardío, sino también considerado como tibio por parte de muchísimos fanáticos y socios de la entidad, lo que ha provocado una molestia tremenda.
El ejemplo más claro de ello es que un grupo de socios del Barça decidieron presentar una reclamación formal ante el Síndic del Soci, un ente del club al que recurrirán para "expresar nuestro descontento con este comunicado". Se trata de una situación que tensa mucho más la cuerda entre la afición barcelonista y Joan Laporta. Algunas figuras de la entidad como Elena Fort, Jonatan Giráldez, Markel Zubizarreta o Xavi Hernández han alzado la voz para condenar los actos de Rubiales, pero siendo a título personal. Mientras que el FC Barcelona se mantiene con un mensaje que resulta corto para el contexto que representa.