Ousmane Dembelé llegó al FC Barcelona envuelto en polémicas y se irá de la misma forma. Su paso por el Barça ha estado marcado por el pastizal que pagó Bartomeu al Borussia Dortmund --105 millones fijos y 40 en variables--, por sus constantes lesiones de larga duración, por sus retrasos a los entrenamientos, sus malos hábitos alimenticios, su adicción nocturna a los videojuegos, su espectacular explosividad sobre el terreno de juego y su nefasta toma de decisiones con el balón en los pies. Seis años después de su llegada, Dembelé se irá del Barça dejando algo de dinero en la caja. La duda es cuánto.
La entidad azulgrana aspira a obtener unos 35 millones después de lograr que el jugador y su agente no abonasen la cláusula de rescisión el 31 de julio financiados por el PSG. Aunque el objetivo máximo al que aspira al Barça es un ingreso de 40 millones, desde el club también son conscientes de que se podrían quedar en tan solo 30. Las negociaciones con el agente del jugador están en marcha.
Dembelé se reparte el dinero son su agente
Anoche caducó un acuerdo contractual por valor de 50 millones, de los cuales 25 eran para el club y los otros 25 para el jugador. Este dato es importante. Aunque todo el mundo pensaba que los 25 millones iban a Moussa Sissoko, representante del delantero, la realidad es que el pago es para Dembelé. Y luego es él quién decide como lo comparte con el agente. Pero el hecho es que se reparten el dinero.
El Barça aceptó estas condiciones durante las negociaciones de su renovación hace un año. Sissoko reclamaba un salario muy elevado para su jugador y el Barça se negó. Mateu Alemany aceptó subirle la ficha, pasando de 12 a 16 millones brutos. Pero se quedó lejos de los más de 20 que reclamaba el agente.
La cláusula que no engaña
Dembelé, a cambio de aceptar ese salario por debajo de lo esperado, impuso una cláusula de rescisión muy golosa. Cláusula de fuga, podría llamarse, ya que estaba pensada para salir del club a la menor oportunidad. 50 millones a pagar antes del 31 de julio, a repartir entre Barça y jugador a partes iguales. 100 millones a partir del 1 de agosto, pero manteniendo siempre esos 25 millones de prima para el futbolista y su representante.
La cláusula de 100 millones es inútil en estos momentos. Dembelé, mediante una carta oficial enviada al Barça, activó una prolongación de la cláusula de 50 millones por cinco días más. Ese es el margen de tiempo que se dan las partes para alcanzar un acuerdo en forma de traspaso. Gracias a esta fórmula, el Barça puede obtener algo más de dinero --los citados entre 30 y 40 millones-- y el jugador puede obtener un acuerdo más favorable para él a nivel fiscal.
En manos de Dembelé
El Barça espera que el PSG abone un poco más de dinero, en torno a 60 millones en total, de forma que el Barça pueda asegurar el ingreso de esos 35 o 40 millones. El PSG podría tener esa deferencia ya que el pago de un traspaso, con la posibilidad de pagar a plazos, le interesa más que depositar 50 millones de golpe y al contado.
Del mismo modo, el club espera que el extremo renuncie a una parte de los 25 millones y los negocie por otro lado, dentro de su futuro salario, con el PSG. La última palabra de Dembelé será decisiva en este sentido para demostrar si realmente ha buscado no perjudicar al Barça y salir lo mejor posible del club.
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