En el FC Barcelona están de enhorabuena. El club que preside Joan Laporta ha evitado que el PSG pague la cláusula de rescisión de Ousmane Dembelé. De haberlo hecho antes del 1 de agosto, el Barça solamente habría cobrado 25 millones, mientras que el agente del futbolista, Moussa Sissoko, se habría llevado otros 25 kilos. Gracias a esta buena jugada, la cláusula de rescisión ha subido a los 100 millones de euros y la entidad azulgrana tiene un escenario más optimista para negociar su traspaso.
En realidad, el Barça tiene ahora la sartén por el mango, pero se presupone que desde el club serán fieles a su palabra. A nivel legal están en su derecho de exigir los 100 millones de la cláusula actual --75 para el club y 25 para Sissoko--, pero esa pretensión no entraría dentro de los niveles de ética y moral exigibles teniendo en cuenta la negociación anterior.
Pacto de caballeros
Se trata de un gesto de agradecimiento a Dembelé, que ha sido clave para evitar que el PSG abonase la cláusula. Como es sabido, sería el futbolista francés --o alguien con poderes suyos-- el encargado de pagarla en forma de depósito ante las oficinas de la Liga. Pero el jugador prefería evitarse esa escena y no salir de la peor manera del Barça. Quiere acabar bien --en la medida de lo posible, ya que el staff y Xavi igualmente se sienten traicionados-- y ha solicitado al PSG que colabore. Además, el galo tiene un interés fiscal en que se pague un traspaso y no la cláusula, ya que personalmente le perjudicaría el ingreso de los 25 millones directamente a su cuenta.
El acuerdo de buena fe entre las partes implica un trato justo en que el PSG no abonará el mínimo de 25 millones que contemplaba la anterior cláusula de rescisión, pero tampoco pagará los 100 millones recogidos en la nueva cláusula que acaba de entrar en vigor. Se trata de llegar a un punto medio.
Desde el Barça tienen claro que no aceptarán percibir menos de 40 millones y la sensación es que lo más justo, teniendo en cuenta los valores de una y otra cláusula, sería un pago de 50 millones de euros. Serían 50 kilos para el Barça y los 25 estipulados del agente, un coste total de 75 millones para el PSG.
¿Cuánto Fair Play generará?
Tan solo el hecho de obtener entre 15 y 25 millones más de lo que podría haber sido es una victoria para el Barça. Y ello tendrá un efecto beneficioso en términos de Fair Play para la inscripción de nuevos jugadores.
Si en el caso de una venta por 25 millones, el Fair Play que generaba la operación era de 16,75 millones --8 del 50% del salario liberado, que son 16 kilos, y 8,75 correspondientes al 35% del traspaso--, en el supuesto de una venta por 40 o 50 millones los números, obviamente, crecen en favor del Barça.
Margen para inscribir a los tres fichajes
Por un lado siempre estarán esos ocho millones de margen salarial correspondientes a la mitad de su ficha. Y en el caso de venderse por 40 millones, generaría otros 14 millones adicionales. En total, 22 millones de Fair Play. En el caso de venderlo por 50 millones, el margen adicional sería de 17,5 y el total ascendería a 25,5 millones.
Ya sean 22 o 25,5 millones, se presume que se generará espacio salarial suficiente para inscribir a los recién fichados Iñigo Martínez, Gundogan y Oriol Romeu. De hecho, entre los tres suman aproximadamente esa cifra en fichas, sobre los 22 millones brutos. Gundogan e Iñigo tienen un salario de unos nueve millones --aunque la ficha del crack alemán es creciente y de media será superior--, mientras que Romeu está en unos niveles muy inferiores, sobre los cuatro millones brutos.
Salidas y el posible traspaso de Kessié
En el caso de que Dembelé desatasque, finalmente, la inscripción de estos tres jugadores, el Barça aún podrá aspirar a nuevas contrataciones. Aunque, como siempre decimos, para que otros puedan entrar, antes habrá que dejar salir. Los señalados serían Clement Lenglet, Sergiño Dest y Franck Kessié, además del joven Julián Araujo, cuyo salario es simbólico y no supondrá un ahorro significativo cuando se confirme su cesión a Las Palmas.
Lenglet está tasado por el club en 16 millones brutos de ficha, Dest ronda los 10 millones y Kessié se sitúa en torno a los 12 millones. Sumando a Julián Araujo podríamos redondear el ahorro total de los cuatro en 40 millones. Lo que significa que generarían 20 millones de margen salarial para nuevas inscripciones.
Más fichajes
Si a ello le sumamos la hipotética venta de Kessié por otros 20 millones --esto es un ejemplo, por el momento se desconoce si la Juventus o Tottenham están realmente dispuestos a pagar un traspaso ahora o más bien se optaría por una cesión con opción de compra a final de curso-- se podrían sumar otros siete millones (el 35% del traspaso). Estaríamos hablando en términos aproximados de 27 millones.
Esto daría la opción de fichar, por ejemplo, a tres jugadores que llegasen a coste cero con fichas cercanas a los nueve millones: un lateral derecho, un centrocampista y un delantero. O, quizá, se podría pagar un traspaso pequeño y fichar a un jugador de más nivel, como podría ser Yannick Carrasco, Joao Félix o Joao Cancelo. La opción de Bernardo Silva, por más que guste a Xavi, se sigue antojando imposible.
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