Ousmane Dembelé tiene pie y medio fuera del Barça. El PSG ha irrumpido con fuerza, dispuesto a llevarse al extremo francés por los 50 millones de euros de la cláusula de rescisión antes de que vuelva a subir a 100 millones, el 1 de agosto. El club azulgrana le ha enviado una oferta de renovación, a la que el jugador y su agente, Moussa Sissoko, han respondido con una contrapropuesta entre 6 y 7 millones superior. Las altas exigencias de Dembouz alejan cada vez más la posibilidad de quedarse en Barcelona. Las negociaciones atraviesan una situación límite.
El técnico del equipo catalán, Xavi Hernández, intentará convencer sobre la bocina al extremo francés para que no se marche, o al menos, abandone el club con un traspaso más beneficioso para el FC Barcelona. La directiva azulgrana no aumentará su propuesta porque ni cuenta con margen económico suficiente, ni quiere alterar el equilibrio de la escala salarial. Estaríamos hablando de una ficha de 22 o 23 millones de euros brutos, muy similar a la de Lewandowski, y totalmente alejada de los parámetros generales establecidos en la nueva escala salarial.
El jugador vive a gusto en la capital catalana y se siente cómodo en Can Barça, pero el ofrecimiento del PSG supera con creces la oferta azulgrana y resulta tentador. La plana mayor del club de la Ciudad Condal da por perdido al futbolista galo. De fructificar su salida, pretendida por su representante, pondría fin a un culebrón que escribió sus primeros capítulos al término de la campaña 2021-22. El club azulgrana generaría 16,75 millones de Fair Play Financiero para reforzarse con Gio Lo Celso o intentar incorporar a un lateral derecho.
Condicionado por Mbappé
En realidad, la salida de Dembouz del FC Barcelona podría haber cristalizado en verano de 2022. El máximo mandatario del Paris Saint-Germain, Nasser Al-Khelaifi, ha abogado en los últimos años por afrancesar la plantilla del conjunto galo. Y paralelamente a la caducidad del contrato del mosquito el 30 de junio de 2022, Kylian Mbappé también habría concluido su vínculo con el PSG. De no ser por su decisión de renovar y su desplante al Real Madrid, un cambio de aires de la estrella parisina rumbo al equipo blanco habría repercutido en la llamada del club francés al jugador del Barça, paisano de Mbappé.
Durante dos semanas, Dembouz se había desvinculado del equipo azulgrana y podría firmar como agente libre con cualquier equipo. Pero el PSG no tocó a la puerta del mosquito. Mbappé se había comprometido por dos años más. El extremo culé decidió renovar su contrato aunque impuso una cláusula que ya dejó entrever otros planes futuros. El Barça y el delantero pactaron una cláusula de rescisión de 100 millones de euros que ha descendido a 50 millones en julio de 2023. La mitad del dinero por la operación correspondía al agente del jugador, Moussa Sissokho.
Cláusula premonitoria
Dembelé estaba a gusto en Barcelona, pero su representante quería forzar una salida y se vio obligado a renovar los votos del futbolista dos temporadas más. Aun así, tanto el atacante de 25 años como su agente ya tenían puesto un ojo en el mercado estival de 2023. Dicho acuerdo de embolsarse la mitad del dinero generado por un traspaso no se alcanza si un futbolista quiere permanecer en el Barça a largo plazo.
De algún modo, la cláusula de escape del mosquito ya podía vaticinar un movimiento para esta ventana estival. Precisamente, el castigo de Mbappé sin jugar en el PSG ha propiciado el movimiento del equipo parisino. El jugador francés ha rechazado renovar su contrato, por lo que saldrá traspasado del Parque de los Príncipes o permanecerá toda la temporada 2023-24 en la grada, hasta la finalización de su vínculo.
Renovación pírrica
La última vez que el Barça consiguió renovar a Dembelé, le costó un ojo de la cara a la entidad. Se extendió el relato de que la repartición salomónica de la cláusula de rescisión entre club y jugador compensaba la disminución de salario. Nada más lejos de la realidad. El mosquito refichó por el club presidido por Joan Laporta, mantuvo sus emolumentos e incluso podrían haber incrementado, en caso de haber cumplido las variables de su contrato.
Es más, Dembelé vio incrementada su remuneración anual de los 12 millones brutos más 4,9 en variables a 16 millones brutos fijos más 4 kilos variables por objetivos. Por lo tanto, con su anterior contrato, firmado por la directiva de Josep Maria Bartomeu, podría haber llegado a cobrar unos 17 millones brutos anuales, que tras su renovación. Posteriormente, tras extender su vínculo con el Barça, podría haberse embolsado un máximo de 20 millones brutos entre sueldo mínimo y variable.
Trayectoria de altibajos
El paso de Dembelé por el Camp Nou durante seis temporadas quedará marcado por la irregularidad. En todos los sentidos. Para empezar, la directiva de Bartomeu trajó a la estrella emergente del Borussia Dortmund con apenas un año de trayectoria en la Bundesliga y por la astronómica suma de 105 millones fijos. Desde entonces, los malos hábitos alimenticios del jugador influyeron en su propensión a las lesiones. Ni siquiera llegó a integrarse en el vestuario en un primer momento.
Aunque con el paso de los años amuebló su cabeza y se puso las pilas, demasiado le ha costado al Barça la adaptación de Dembouz. Llegó como sustituto de Neymar Jr, y seis años después el PSG repetirá la fórmula del clausulazo para culminar el robo al Barça y despertar la ira de la directiva nuevamente. En 2017, Ney disputó su último partido como azulgrana en un amistoso contra el Real Madrid que cayó del bando culé (3-2). Curiosamente, Dembelé podría abandonar Barcelona justo después de abrir la lata en otra victoria frente al eterno rival durante la pretemporada (1-0).