La búsqueda de un apellido para el nuevo Camp Nou es una de las preocupaciones latentes de la actual junta directiva del Barça. El presidente Josep María Bartomeu y sus compañeros de aventura son conscientes de que el coliseo azulgrana necesita una renovación urgente y, para ello, hace falta una inyección de capital.

La empresa que más ha sonado en el último año para asumir una inversión que oscilaría entre 200 y 300 millones de euros es la multinacional catalana Grífols. Sin embargo, últimamente parece que los tiros no van exactamente encaminados a la farmacéutica, sino a una de sus accionistas.

La holandesa Scranton Enterprises, con Víctor Grífols entre otros empresarios catalanes en el accionariado, gana puntos en esa carrera por hacerse con los title rights del feudo culé. Se ha llegado incluso a comentar en el entorno blaugrana que promocionaría algún tipo de patrocinio rotativo para que diversas marcas puedan poner su nombre al estadio y Scranton podría ser la encargada de vender, o alquilar, esos espacios después de pagar por ellos.

De momento, no hay nada seguro, pura rumorología... pero en los despachos del Camp Nou tienen claro que la búsqueda está más que encaminada. En cuanto se cierren los flecos del acuerdo se hará oficial y se convocará una asamblea extraordinaria con los socios para votarlo.

Mientras tanto, el presidente cierra fichajes estratégicos para el futuro deportivo del club al tiempo que la dirección deportiva se encarga de reforzar la plantilla a bajo coste con contrataciones como las de Murillo, Todibo y el polémico Boateng.

Esta política de incorporaciones ha hecho posible la inversión de 75+11 millones de euros por Frenkie de Jong, el flamante fichaje del que todo el mundo habla. Un futbolista que, además de verse como la piedra angular del nuevo proyecto blaugrana post Busquets, Piqué, Luis Suárez y Messi, es también un reclamo para la compañía Scranton.

La multinacional holandesa, accionista también del Joventut de Badalona, sabe perfectamente de la repercusión que un fichaje como el de De Jong tendrá en su país. Será el futbolista internacional más seguido en los Países Bajos porque ya marca tendencia con la orange. Y ello implicará que el Barça, y por ende el Camp Nou, volverán a estar de pleno en el foco de Holanda.

Scranton es una sociedad que está en evolución permanente, en movimiento. Recientemente invirtió 537 millones de dólares en la compra de dos empresas, precisamente, de Grífols: Haema y Biotest. También tiene capital en compañías tan populares como Juvé & Camps o Wallapop.

Su estrategia de crecimiento hace pensar que no sería descabellado invertir en el FC Barcelona, ya que además de suponer un gran escaparate tanto en Cataluña como en Holanda por el fichaje de De Jong, es una obviedad que la repercusión que otorga el Barça es tan global que llega a los rincones más remotos del planeta. Sin lugar a dudas, un Win Win Win.