Antonio Franco, Xavier Batalla, Miguel Ángel Bastenier, Alfredo Abián me enseñaron que titular con una pregunta no era convincente ni conveniente. Hoy he dudado. Pero en memoria de ellos, y espero volver a tomarme un gin tonic con Abián, en Cambrils o en Cadaqués, he dicho me niego a poner “out” o “in”, entre otras cosas porque son dos palabritas inglesas. Pero la verdad es que echo de menos el hastag #LaportaOut o al farmacéutico de turno que salga a promover una moción de censura en contra del actual presidente del Barcelona después de lo que ha publicado mi amigo y gran periodista Toni Frieros en El Periódico de Catalunya, en el que denuncia que terceras personas pagaron parte de los gastos de los avales de la actual junta directiva. Lo peor es que de esto estaba enterado Carles Tusquets, entonces presidente interino del club, que lo comunicó a Javier Tebas, presidente de la LFP, que en ese momento hizo oídos sordos al tema porque seguramente también tenía sus intereses.
Tanto Víctor Font, como Toni Freixa, entonces adversarios de Laporta en las elecciones a la presidencia, desconocían semejante operación. Pero todos sabemos que Laporta lanzó tantas promesas durante la campaña electoral que sus rivales ni siquiera cuestionaron. Casi todas ellas fueron incumplidas. Y hoy en día, la honestidad de la gestión del presidente y de todos los que han pasado por su junta aparece vestida de perplejidad. En otros tiempos, los de Sandro Rosell y Josep María Bartomeu, de los que estoy convencido que nunca aprovecharon dinero del socio para sus bolsillos, el ambiente barcelonista estaría pidiendo dimisiones y presentando mociones de censura.
La denuncia de El Periódico obliga a explicaciones. No a paños calientes. No a decir que se querellaran contra el periodista o el medio que ha publicado la noticia. No. Obliga a ser sinceros a esa bandera azulgrana bajo la cual están amparados. Todos estamos orgullosos de ser barcelonistas, incluso en la derrota. Y podríamos escribir tantas veces “som el Barça. Ens aixecarem”. Pero no. No vale todo. Y me gustaría saber todo lo que saben esos ejecutivos o empleados que han “huido” de permanecer en la dirección de la institución que dicen amar. Jordi Llauradó, por ejemplo, Ferran López, Ferran Reverter, Joan Manuel Tabero, Xavier Mas, Ramon Ramirez, Lluís Venteo, Jordi Cruyff, Alex Barbany, Mateu Alemany, Raúl Cabrera, Mike Puig, Fran Carbó, y especialmente Eduard Romeu, vicepresidente económico, que se marchó al día siguiente de que el equipo se clasificó para jugar la segunda fase de la Champions.
Seguramente Mishima compodrá un día una canción que titulará “ens eixecarem, som el Barça”. Qué pena que sea en el año en el que el club está celebrando el 125 aniversario de su fundación.