Las comparaciones pueden ser odiosas y seguramente lo sea la que hoy nos ocupa, por lo mal que terminó aquella relación. El enfrentamiento entre José Luis Núñez y Johan Cruyff es, posiblemente, el más relevante de toda la historia del FC Barcelona por todo lo que significó en su momento y, especialmente, en los años venideros. De la ruptura que protagonizaron en 1996 los entonces presidente y entrenador se derivó, con el tiempo, una interminable guerra de bandos que en el barcelonismo han sido definidos como "los ismos". Del Nuñismo y el Cruyffismo nacieron, posteriormente, el Rosellismo y el Laportismo. Vinculado a este último, pero con algunas diferencias, surge también el llamado Guardiolismo, mientras que la facción nuñista acabó transformándose en lo que la masa más crítica denomina Bartorrosellismo. 

Hoy, el idilio que mantienen Joan Laporta y Xavi Hernández dista mucho de parecerse a como acabó aquella relación, a la postre tormentosa. De hecho, es todo lo contrario. Presidente y actual entrenador se regalan los oídos en público de manera constante, se profesan adoración y se mandan mensajes de amor. Hasta el punto de que han logrado salvar un matrimonio que parecía roto en enero. La sorpresiva reconciliación llegó justo cuando se dirigían al juzgado a firmar los papeles del divorcio. La gran duda radica en si estamos ante un amor verdadero o un matrominio de convenciencia

El tiempo lo dirá, como lo hizo en el caso de Núñez y Cruyff. Pero aquella relación, que acabó con gritos y sillas voladoras --cosa que niega el célebre Joan Gaspart--, también vivió la fase pasional de todo enamoramiento. Fue a principios de los 90, cuando los socios del Barça pedían a Núñez la cabeza del tan aclamado Johan. El técnico holandés lideraba su segunda temporada al frente del banquillo y no llegaban los resultados. La afición estaba muy molesta y exigía cambios. El sumun de la tensión llegó en una asamblea extraordinaria de socios compromisarios de 1990. Núñez defendió a Cruyff "a grito pelado". La situación se resolvió en una votación secreta celebrada en el Hotel Princesa Sofía, donde Gaspart manipuló el resultado. "Le dije a Antón Parera que había ganado el 'no' por 12 votos... y, qué casualidad, ganó el 'no' y Cruyff se quedó", confiesa el expresidente durante el documental sobre Núñez de TV3. 

Cruyff nunca agradeció públicamente aquella defensa de Núñez. "Si sigues y crees en nosotros, y seguimos en la misma línea unos años, quizá puedes llegar a ver un equipo grande de verdad", dijo en una entrevista, reconociendo su advertencia al presidente. También reconoció haberle dicho esto: "Ya has liquidado a tantos entrenadores que si quieres hacerlo es tu problema, seguirás en lo mismo... ¿yo, miedo a irme? para nada". Se quedó y unas semanas después ganó la Copa del Rey en Mestalla contra el Real Madrid (2-0). Fue el principio del Dream Team, ganador de cuatro ligas consecutivas (1991-1994) y de la primera Copa de Europa (1992).

Veremos si Xavi es capaz de ganar tanto, pero sí que le ha dado las gracias a Laporta. El presidente, siempre inspirado en Cruyff, ha llegado a la conclusión de que más vale dar continuidad al proyecto que entrar en una peligrosa dinámica de cambios. Es un Barça en construcción, que necesita más tiempo para ser juzgado.