En pleno auge del necroturismo y en mitad del puente de Todos los Santos, no se le ocurrió mejor plan al Barça que morir en el Ciutat de València. Otra vez. Y van tres derrotas contra el Levante desde que Valverde está en el banquillo blaugrana. Es su bestia negra. Suerte tiene de que sus rivales directos también están zombis.

Por todo ello, no encuentro mejor momento que este para enumerar los lugares donde están enterrados algunos de los mejores jugadores y entrenadores del Barça de todos los tiempos, comenzando por Johan Cruyff, que falleció en 2016. La versión oficial es que la familia esparció sus restos en el jardín de su casa en El Montanyà, en Seva, Barcelona.

Cruyff, precisamente, fue uno de los numerosos personajes del mundo del fútbol que aportaron dinero para instalar una pequeña lápida en la tumba de Patrick O’Connell, entrenador que llegó al Barcelona en 1935, después de ganar con el Betis la única Liga que hay en las vitrinas del club sevillano. Sus restos reposan en el cementerio londinense de Saint Mary, lleno de difuntos católicos, y, hasta hace pocos años, sin ningún distintivo. Murió solo y arruinado a los 71 años.

Sin embargo, donde reposan más cracks azulgranas es en el cementerio de Les Corts, muy cerca del Camp Nou. Allí se encuentran Paulino Alcántara, Vicenç Piera, Estanislao Basora, Kubala, Samitier, César Rodríguez, Julio César Benítez y los porteros Urruti y Ramón Bruguera. También el masajista Àngel Mur descansa para siempre en ese mismo recinto, como lo hace el expresidente Narcís de Carreras. Mientras, en el camposanto de Viladecans es parada obligatoria el nicho del jugador Ramón de Zabalo.

¿Y el fundador? Joan Gamper está enterrado en el cementerio de Montjuïc. También allí se encuentran las tumbas, por ejemplo, del exvicepresidente Nicolau Casaus y del portero Ricardo Zamora. Y allí estuvo enterrado Sandor Kocsis entre 1979 y 2012, cuando trasladaron sus restos a la Basílica de Budapest, en su Hungría natal. Por su parte, las cenizas de Tito Vilanova se hallan en su pueblo, Bellcaire, mientras que Quini tiene su tumba en el camposanto La Carriona, en Avilés, Asturias.

Tras esta rápida ruta, esperemos que el Barça de Valverde vuelva pronto al mundo de los vivos.