El Barça le ha tomado la medida al Real Madrid. Las goleadas al eterno rival en los clásicos han dejado de ser una anécdota para convertirse en algo más habitual. En la última década de la Liga, los futbolistas que visten de azulgrana han endosado tres manitas (en el caso del 2-6, de seis dedos), sumada la del domingo, a los jugadores de blanco. Y van 10 a lo largo de la historia de la competición. Sin embargo, el campo de juego no es el único lugar donde los culés golean a los merengues.

Año 'Manitas' del Barça al Madrid en la Liga
1935 5-0
1943 5-5
1945 5-0
1950 7-2
1954 5-1
1974 0-5
1994 5-0
2009 2-6
2010 5-0
2018 5-1

La información/comunicación deportiva en todos sus canales ha hecho mucho daño a la lengua española. Expresiones como “señalizar” una falta están presentes en muchas retransmisiones balompédicas. Preocupante resulta que, en lugar de corregir a quienes emplean mal los vocablos, éstos logran que la misma Real Academia Española (RAE) recoja sus errores y deforme palabras existentes como utilero y rechazo. Así, han nacido utillero y rechace, exclusivas para el ámbito deportivo. La lista es extensa.

En paralelo, la aparición de distintos deportes ha enriquecido el lenguaje, ya sea con el añadido de acepciones a palabras centenarias (defensa, ataque...) o creando nuevas para definir cosas nunca antes descritas (fútbol, gol...). Y en este punto es preciso mencionar la otra goleada del Barça al Real Madrid. El FC Barcelona aporta tres entradas al diccionario de la RAE. Ningún otro equipo ni afición realizan tal contribución al lenguaje.

La primera de ellas, la más antigua, es azulgrana. A pesar de que el diccionario la registró en la década de 1980, ya se empleaba a principios del siglo XX, hacia el 1903, para describir los colores del club. Antes de esa fecha, los cronistas se referían al Barcelona como el equipo azul y encarnado, hasta que adoptaron esta nueva denominación.

azulgrana

azulgrana

Más adelante surgió la palabra culé. Cuenta la historia que hace referencia a los aficionados que se sentaban en los muros del campo de la calle Industria, actual calle París (primer terreno en propiedad del Barcelona y donde jugó entre 1909 y 1922), dejando de aquel modo sus culos a la vista de los viandantes. El diccionario la recogió en su última edición, la 23 (del 2014), igual que hizo con blaugrana, el equivalente catalán de azulgrana. Señal de que estos vocablos están muy extendidos entre los castellanohablantes y, por tanto, que la afición por el Barça va mucho más allá de nuestras fronteras.

cule blaugrana

cule blaugrana

En el caso del Real Madrid, solo merengue, en sus acepciones quinta y sexta, hace referencia al club blanco y a sus aficionados. También tienen presencia en el diccionario los periquitos, seguidores del RCD Espanyol, así como los colchoneros, los fans del Atlético de Madrid. Y poco más.

La goleada es mayor en el Diccionari de la llengua catalana, del Institut d’Estudis Catalans, donde solo están representados algunos clubes de los llamados Països Catalans. En él, el FC Barcelona aparece en las palabras blaugrana, culer y barcelonista. El Espanyol cuenta con otras tres definiciones: periquito, espanyolista y blanc-i-blau. El Valencia se ve reflejado en valencianisme y valencianista; y el Mallorca, en mallorquinisme. Ni rastro del Madrid.

Estaremos de acuerdo en que el sistema educativo es mejorable, y que la RAE no es la institución más veloz a la hora de introducir novedades en la lengua. Pero las ganas y el interés por aprender y hacer las cosas bien no se enseñan. Para evolucionar es necesario entenderse, y ello pasa por cuidar el idioma entre todos. Así, además de entendernos, evitaremos decir bobadas como que “hay niños con más derechos que otros y niñas con más derechas que otras” (dicho por la diputada de Podemos Beatriz Galiana). ¡A leer!