
Los 2.800 aficionados del Borussia Dortmund en el Estadi Olímpic Lluís Companys de Montjuïc CULEMANIA
El Muro Amarillo conquista Montjuïc pese al batacazo del Dortmund: menos seguridad de la esperada
Los aficionados del Borussia desplazados al Estadi Olímpic cantaron y animaron durante todo el partido sin generar incidentes a pesar de la escasez de efectivos
Noticias relacionadas
- Un sindicato de seguridad privada denuncia al Barça por la falta de medidas en los dispositivos para los partidos
- El Barça dobla los efectivos de seguridad contra el Borussia Dortmund para evitar los incidentes del Benfica
- La seguridad privada del Barça, desbordada en los cacheos a la afición rival
- Piedras, botellas e insultos: el recibimiento hostil de los aficionados radicales del Barça al Borussia
- El tridente de Flick destroza al Dortmund: recuerda al Barça del triplete de Luis Enrique
- Hansi Flick se divierte con su Barça y premia al jugador que más ha castigado
Entre tímidos gritos de "Barça sí, Laporta no" y a favor de la disuelta Grada d'Animació, se hacía notar imponente en Montjuïc la hinchada visitante. Los 2.500 desplazados, muchos de ellos miembros del Muro Amarillo del Signal Iduna Park, no aflojaron en los 90 minutos de partido. La afición culé ruge más fuerte cuando es necesario --faltaría más, siendo el aforo total de anoche de 49.760 espectadores--, pero sin la constancia de los visitantes, incansables dando palmas y dejándose la garganta. Mucho más eficaces en su empeño, muy mal recompensado por un resultado abultado para el bando azulgrana (4-0).
Los stewards y miembros de la seguridad privada del club respiraban un poco más tranquilos en estos cuartos de final de la Champions. El precedente de octavos, contra el Benfica, fue dramático. La afición lisboeta, mucho más violenta, coló decenas de bengalas y provocó muchos desperfectos en el recinto azulgrana. El lanzamiento de objetos generó una pelea en la que tuvieron que intervenir stewards que no tienen la formación adecuada.
Los 'stewards' respiran tranquilos
Este miércoles, en cambio, el dispositivo de seguridad se vio reforzado con algunos efectivos más. Menos del doble, como se esperaba, pero sí que había más personal. Aunque la fortuna jugó de su parte porque la hinchada del Borussia fue mucho menos salvaje que la del Benfica y no se produjeron incidentes muy graves. Ese fue el verdadero alivio del personal de seguridad, conscientes de que si se hubiese descontrolado no habrían sido suficientes para sofocarlos.
Sin embargo, en cada partido pasa algo. Contra el Dortmund se notificó un incidente por lanzamiento de objeto. Una lata o vaso impactó en la cabeza de un hincha culé y le hizo un tajo. Se mareó y se lo llevaron a urgencias, con gasas para cubrir la sangre. Muchos aficionados también se quejan de que la gente fuma y nadie les dice nada, aunque está prhibido por ley.
Los miembros de seguridad privada del Barça están descontentos y decepcionados. Son muy pocos y tienen la sensación que desde Mossos d'Esquadra se lavan las manos. Entienden que es, precisamente, la Policía la que debería intervenir contra radicales violentos y peligrosos. Ellos no están para pelear, solo para controlar.
Mismo peto para todos
La última jugada que firmó el Barça en los cuartos de final de la Champions consistió en utilizar el mismo tipo de petos para todos los vigilantes. La mayoría, jóvenes de 20 años de Barna Porters que no tienen ningún tipo de formación en seguridad, simplemente se buscan la vida para sacarse un dinero. Ellos llevaban el peto amarillo con la inscripción de Stewards. Los profesionales de seguridad también iban de amarillo, pero con jersey naranja debajo y la inscripción Security en su peto.

Los miembros de seguridad contratados por el Barça para vigilar el fondo de la grada del Borussia Dortmund en Montjuïc CULEMANIA

Stewards y profesionales de seguridad privada del Barça lucen peto del mismo color CULEMANIA
Gran parte de ellos estaban distribuidos alrededor del terreno de juego. Sentados de espaldas a los futbolistas y de cara a los aficionados, para vigilar que ningún espontáneo salte de la grada y se cuele en el verde. En algunos tramos se distribuyen intercalados: un steward sin formación y un miembro de seguridad privada. Aunque la mayoría son stewards, no miembros de seguridad profesionales. Junto a la afición visitante formaban unos 18 stewards, nueve por cada lado. Y en las bocas más cercanas se situaba un miembro de seguridad con peto naranja.