Siempre 304. No hay gol en el que Lamine Yamal no reivindique sus humildes orígenes. Nació en Esplugues de Llobregat en 2007, pero a muy temprana edad se trasladó a Rocafonda, Mataró (Barcelona). Precisamente el 304 son los tres últimos números del código postal del humilde barrio, que se creó en los años 60 con el objetivo de acoger la inmigración de otras partes de España. En los 90, se disparó la llegada de extranjeros y, actualmente, casi la mitad de la población es marroquí. Mounir Nasraoui creció en este contexto.
Es el padre de Lamine Yamal, ahora ídolo de todo un barrio que está orgulloso por los hitos que está alcanzando el joven prodigio del Barça. El último, un gol contra Francia, que se recordará en todos los libros de historia. Que inició la remontada de la selección española. Ahora todos los ojos están puestos en un chico de 16 años. Pero primero le vieron dar patadas a un balón en el Parque de Rocafonda.
"Con cuatro años después del cole, justo delante de mi casa estaba en el Parque Rocafonda. Veía a mi padre y a mi primo grande jugar a fútbol. Fue el primer momento en el que vi una pelota, y me enamoré de ella. Estaba más tiempo en el parque que en mi casa. Siempre que he salido a la calle ha sido para jugar a fútbol", declaró Lamine a Movistar Plus.
Lamine, ídolo de barrio
"En mi barrio estaban todos felices porque al final es algo que da a ver el barrio lo que es. Cuando lo hice con España, el primer partido, ahí fue una locura ya. Después ya se me ha quedado como mi celebración. Al final es tu casa, lo es todo", remarcó el joven crack del Barça sobre la celebración con el 304.
Lamine Yamal es motivo para creer entre los jóvenes de Rocafonda. Según el Instituto Nacional de Estadística, casi la mitad de las familias se encuentra en riesgo de pobreza. El delantero estrella del Barça y la Roja sirve de espejo para todos los niños que tienen grandes sueños en el humilde barrio de Mataró.
Orgulloso de sus orígenes
Porque, además, no olvida. Es habitual ver a Lamine Yamal por las calles con su primo Moha, su fiel acompañante. La familia del futbolista sigue viviendo en Rocafonda, donde visten con orgullo su camiseta y no es extraño ver negocios con murales del jugador. Un ejemplo es la panadería de uno de sus tíos, Abdul. Junto a la imagen del futbolista y su nombre están las banderas de España, donde nació, la de Marruecos, país de origen del padre, y la de Guinea Ecuatorial, lugar de nacimiento de Sheila Ebana, su madre.
Lamine Yamal, a pesar de jugar con España, lleva bordadas en sus botas las banderas de los paises donde nacieron sus padres. De hecho, a Mounir es frecuente verle en el bar El Cordobés, otro de los lugares referencia de Rocafonda. Una camiseta preside la pared del local. En concreto, la segunda equipación del Barça en 2022, año en el que debutó con el primer equipo.
La infancia de Lamine Yamal le hado razones suficientes como para alejarlo del barrio. Cuando fichó por el Barça, el club se lo llevó a la Masía, donde ha vivido durante una gran parte de su vida. La familia del chico quería asegurarle una buena educación. Aún así, Lamine nunca ha perdido de vista sus orígenes. La humildad es clave para triunfar. Sino que se lo digan a Leo Messi, quien, en su día, lo bautizó.
Bendecido por Messi
Y es que Lamine Yamal tiene el aura de un genio. Una casualidad del destino junto al astro argentino con un bebé de cinco meses. Era Lamine. Como Leo, que después de pasar toda su infancia en Barcelona no perdió el acento argentino ni la devoción por su país --especialmente por su Rosario natal y Newell's Old Boys--, el orgullo de Rocafonda no olvida sus orígenes. Ha nacido una estrella.
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