El viacrucis de Pedri González con las lesiones parece no tener fin. El centrocampista del Barça ha sufrido ocho dolencias musculares desde aquella extenuante temporada 2020-21. La precipitación en sus primeros procesos de recuperación agrandó el problema, y dos temporadas más tarde el volante canario no ha conseguido brillar con continuidad. Los especialistas en traumatología consultados por Culemanía analizan con pesimismo el futuro del 8 del FC Barcelona.
La última lesión en el recto femoral del muslo derecho --aunque sin recaída-- provocó el llanto desesperado de Pedri en San Mamés. Se trata de la octava afectación muscular del jugador azulgrana en los últimos dos años y medio, la tercera de esta campaña 23-24. El canterano de Las Palmas batió el récord de 73 partidos en el curso 20-21, 5.168 minutos disputados, a un precio demasiado alto.
"Hay que venderlo ya"
De hecho, un doctor experto en traumatología da por perdido en términos físicos al crack oriundo de Bajamar: "Lo normal de Pedri, viendo la historia de todos los demás jugadores que han pasado antes que él, es que siga teniendo lesiones musculares. O lo tratas entre algodones o este jugador se volverá a lesionar".
El facultativo en cuestión incluso apunta hacia la necesidad de traspasarlo: "Cuando tienes un jugador que se rompe tantas veces tienen que venderlo ya. Está más tiempo lesionado que jugando, y eso históricamente ha acabado con los futbolistas".
2021, la raíz del problema
¿Por qué Pedri encadena lesión tras lesión a pesar de haber cambiado de hábitos alimentarios? La raíz del problema se halla en la primera rotura. Aunque el primer especialista contactado por este medio advierte que también pueden existir "factores genéticos, una predisposición a tener lesiones", las dolencias musculares acostumbran a suceder porque "el futbolista juega demasiado". Esa sobrecarga de minutos se traduce en "mayores posibilidades de lesionarte".
De ahí que, tras apenas dos semanas de descanso en verano de 2021, el interior tinerfeño sufriera su primera lesión vestido de azulgrana el 14 de septiembre. En su tercer partido de la temporada 21-22, contra el Bayern de Múnich, terminó con problemas musculares en el muslo izquierdo. Tan solo permaneció dos semanas de baja, pero en su regreso contra el Benfica sus piernas dijeron basta. Recayó de su dolencia en el cuádriceps y se perdió 23 encuentros en los tres siguientes meses.
La importancia de la primera lesión
No obstante, apenas pudo encadenar otros tres meses de competición, hasta la vuelta de los cuartos de final de la Europa League, el 14 de abril. Por tercera vez en apenas medio año, una lesión muscular en el muslo izquierdo. Ya no volvió a escena hasta la temporada 22-23. "La causa más probable de las las recaídas es un tratamiento incorrecto de la primera lesión. No se ha esperado a que cure bien. Luego está la mala suerte de la predisposición", explica el traumatólogo.
Precisamente, David López Capapé, especialista en cirugía ortopédica y traumatología deportiva, coincide en señalar que "es muy importante salir de la primera lesión a la primera". Y es que "una vez se sufre la primera dolencia muscular, la probabilidad de tener otra es mayor". Más aún en un músculo como el bíceps femoral, que "se utiliza mucho en momentos de explosividad como el sprint y el chute".
No todo está perdido, porque el mismo experto asegura que después de una primera etapa lesiva, muchos deportistas consiguen relanzar sus carreras: "Existen dos momentos de lesionarte mucho. Primero, siendo muy joven. Luego entras en un equilibrio con etapas deportivas largas. Y temporadas más tarde viene una segunda fase de lesiones inevitables por desgaste".
La sobrecarga de otras zonas
Principalmente, más allá de la precipitación en los esfuerzos, dos factores estrechamente relacionados inciden en el círculo vicioso de las recaídas: el trabajo de las otras zonas del músculo tras la primera afectación y la generación de cicatrices. El doctor David López argumenta que después de padecer la lesión en un músculo, "la zona sana --aquella que no ha sufrido rotura fibrilar-- trabaja más y entonces se sobrecarga".
La misma fuente advierte que "en el momento de máxima tensión muscular, esas fuerzas son mayores a lo que tu tejido está preparado y puede dar esa recaída". Porque una cicatriz carece de las capacidades del resto del músculo. El otro traumatólogo consultado argumenta que "una cicatriz no tiene la misma consistencia que la piel, la regeneración tras una rotura fibrilar hace una soldadura que una las dos partes". Por ende, este "tejido fibroso no tiene la elasticidad del músculo".
Cuantas más recaídas, mayores dificultades de salir del círculo vicioso de las lesiones. Y el martirio de Pedri solo tiene solución parcial mediante cuidados especiales. Ambos doctores dudan que el mediocampista del Barça pueda regresar a los partidos durante este mes de abril, a pesar de haber vuelto a los entrenamientos recientemente. En este caso tan concreto, propenso a las afectaciones musculares dado su historial. Consciente de ello, el jugador de 21 años ya ha admitido en plena recuperación que "no hay una fecha concreta para mi regreso".
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