Joaquín Reyes: “Ojalá hubieran más series de animación para adultos aquí, que esto es un solar”
El cómico estrena 'Pobre diablo', una nueva producción junto a Ernesto Sevilla y Miguel Esteban
20 febrero, 2023 00:00Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla y Miguel Esteban lo han vuelto a hacer. Este trío de cómicos han creado una de las series más desenfadadas y con menos tabú del panorama audiovisual actual. Para empezar, ya han puesto al mismísimo Anticristo como máximo protagonista.
Stan parece ser un chico normal, sólo que tiene un cometido: cuando cumpla 666 años tiene que desatar el Apocalipsis. Claro que, cuando queda tan sólo un año para la fecha indicada, la cosa se le complica. El enviado del demonio en la Tierra es un apasionado del cine y su único deseo es protagonizar un musical de Broadway. Un hecho que no hace muy feliz a los suyos.
'Zascas'
Con la mala leche que caracteriza a estos creadores, la serie de animación Pobre diablo (HBO Max) supone todo un azote al mundo del cine, del teatro, la cultura, pero sobre todo de la publicidad. Eso sin contar con el funcionamiento de la sociedad actual.
Joaquín Reyes da voz a Stan, Ernesto Sevilla a su padrino, Mefisto, un gato que compra almas y Miguel Esteban les ayuda con el guion. Crónica Directo habla con estos sospechosos habituales en el marco del festival de Sitges, donde se presentó la serie y esto nos contaron.
--Pregunta: ¿De dónde viene la idea de esta serie y cuándo os pusisteis manos a la obra?
Miguel Esteban (ME): Joaquín ha hecho series de animación desde siempre y juntos hemos participado ya en muchas. Los tres somos de Arte, a los tres nos encanta la animación y siempre habíamos tenido la idea de hacer una serie de animación grande. Y gracias a que hay gente en HBO a la que conocemos como Miguel Salvat y Antonio Trashorras, que también conocen esta vocación nuestra
--¿Por qué decidís ubicarla en Nueva York?
Joaquín Reyes (JR): Nueva York es un escenario muy reconocible, luego aparte está el guiño a La semilla del diablo, que sucede en el escenario de Nueva York, principalmente en el hotel Dakota. Y bueno, es una ciudad donde todos los defectos de la sociedad están presentes y de una manera exagerada. También porque el personaje de Stan quiere ser actor de musical y trabajar en Broadway. Sobre todo, porque es como la capital del mundo y de todos los males. es una ciudad que todo el mundo identifica, reconoce y es un buen punto de partida, la verdad.
--Y aprovecháis para darle no a la capital de todos los males, sino a toda la industria. Ya desde el minuto cero.
Ernesto Sevilla (ES): Es un tema que nos obsesiona en general, siempre estamos dando un poco de caña a todo el mundo de la industria. No lo hacemos a propósito, nos sale. A lo mejor es porque es lo que vivimos, pero nos gusta ese tema, ¿verdad?
JR: Sí, porque al final es un mundo que conocemos, conocemos sus defectos y sus tics, y también es una manera de aprender a reírnos de nosotros mismos.
ME: En realidad, nos caen bien los actores y nos caen bien los publicistas… bueno, los publicistas no tanto. Y todos los productores tampoco.
--Y con tanto guiño cinéfilo, ¿diríais que es como una serie dirigida a ellos?
ES: Bueno, hay bromas para los cinéfilos y seriéfilos, pero la puede disfrutar cualquiera. Hay referencias que en ese momento si las conoces, te ríes y las entiendes muy bien, pero si no, también.
JR: Aparte yo creo que ya hay un público que demanda series de animación para adultos. Ahora mismo estamos viviendo una época dorada de la animación en general, de la animación para adultos. Y creo que hay un público ya muy exigente, que también está acostumbrado a un humor más arriesgado, a una animación que fuerce un poco los límites y nos dirigimos a ese público. A nosotros nos gustaría que aquí se hicieran más series de animación para adultos. Que ahora mismo, prácticamente, esto es un solar.
--Y estando el panorama así, ¿les ha costado levantar la serie? Cada vez hay más películas de animación, pero series…
JR: Todavía se identifica animación con el mundo infantil. En todo caso, nosotros hemos tenido mucha suerte porque HBO, de alguna manera, tomó la iniciativa. O sea, todavía no nos lo creemos, sinceramente.
ME: Y como todo en nuestra vida, surgió extrañamente y justificadamente fácil.
JR: A veces hay como una especie de respeto a la animación, porque es un proceso muy largo, muy costoso, pero este es el ejemplo de que se puede hacer. Hay que apostar por la animación. Hay escuelas de animación en este país y mucho talento joven. Una serie de animación para televisión es posible, se puede hacer. Y ojalá haya más series de este tipo y puedan crear un poco de industria.
--Y eso que, como dicen, la serie lleva el humor a los límites. Cosa que es cada vez más difícil. ¿Vais con más pies de plomo ahora o no?
ME: La verdad es que nosotros nunca hemos tenido problemas con eso. No creemos que haya un problema. Cada uno tiene que ser responsable de los chistes que hace, de las bromas que hace, del mensaje que lanza… Nosotros estamos muy seguros de lo que lanzamos y si alguien se ofende, probablemente es que hemos querido ofenderle. Entonces, no habrá problema, y si molestásemos a alguien que no queremos, creo que lo podríamos explicar.
JR: La animación es un lenguaje que te permite exagerar, te permite hacer bromas, hacer uso de la violencia, por ejemplo. El propio formato te permite cargar un poco más las tintas.
--Hablemos de la serie y de los topicazos. ¿Se sienten identificados con Stan y Mefistófeles?
ES: Un poco, sí. A Mefistófeles le gusta el cachondeo, la fiesta
ME: Es un poco sardónico, cínico.
ES: Y sí, yo siempre me he identificado con él.
JR: Yo creo que el Mefisto es más listo que él
(ríen)
JR: En mi caso, pues, es un personaje que no tiene maldad. Y tiene la mirada limpia, y también me identifico mucho con Stan. Porque yo no conozco a la malicia y se me ocurre nada. No me tengo que esforzar para encarnar a este personaje, porque es un personaje puro.
ES: Y es un poco cabrón.
--Y a la hora de trabajar juntos en los guiones ¿cómo lo hacéis? ¿Hay muchas peleas? Sois casi el único dúo cómico que sobrevive.
JR: Hemos tenido suerte también nosotros. Ernesto y yo empezamos ya en La hora chanante, son 20 años de recorrido. Luego hemos ido creciendo también con nuestros proyectos. Luego Miguel se incorporó y empezó a trabajar con nosotros, o a la inversa, desde Museo Coconut, del que hace ya una década o más. Y como hemos ido trabajando en distintos proyectos, cada uno tomando protagonismo según el proyecto... Pero en esencia, hay un respeto, nos gusta trabajar juntos, no hay conflicto porque si no, te aseguro que… (ríen). Nos gusta sobre todo estar juntos, bromear y escribir. Tenemos suerte además de estar en un proyecto que nos entusiasma y que nos da mucha autoría.
--La importancia del sello es crucial para todos ustedes y Pobre diablo es un nuevo caso que entronca con Enjuto Mojamuto, por ejemplo. ¿Les gusta seguir una línea?
JR: Bueno, en el caso de Enjuto, él nunca se levantó de la silla, estos personajes son más autónomos, no tienen la tensión tan baja.
ME: Pero sí, es la estética de Joaquín. Y tener un universo estético es estupendo.
--Y un humor propio. Han marcado un estilo, una forma de hacer humor.
ME: Sobre todo ellos dos.
--Pero usted lleva ya más de una década con ellos.
JR: La incorporación de Miguel ha sofisticado nuestro humor.
ME: Antes de que habléis de eso, quería decir que trabajar con ellos es lo más bonito del mundo. Les quiero una barbaridad. Es algo que ojalá siga haciendo toda la vida. Pero desde fuera digo, y ya con la experiencia de 12 años trabajando con ellos, para mí son los Monty Python españoles. Lo que habían hecho era alucinante, lo digo de verdad. O sea que ojalá sigan toda la vida.
JR: Bueno, hablar sobre tu humor es pretencioso. Hemos tenido la suerte de que la gente ha confiado en nosotros y nos ha dejado trabajar con muchísima libertad. Así es fácil crearte un estilo, porque no estás condicionado, no estás teniendo que pagar peajes. Y esta serie es otro ejemplo. HBO nos ha dejado trabajar con libertad.
--Volviendo a la serie. ¿La vida es más infierno que el infierno en sí?
JR: Sí, nos hacen falta muchos anticristos. Para el apocalipsis ya nos bastamos los humanos.
ME: Es que el infierno fundamentalmente tiene un valor metafórico. Es nuestro día a día. Simplemente, nos sirve para describir una situación real. Nunca nos referimos al infierno de forma literal. El infierno es algo que está pasando.
ES: La Feria de Abril, por ejemplo.
JR: Y luego hay momentos del día a día que también es el cielo. Por ejemplo, un pedo en un ascensor es el cielo.
ES: Sobre todo si es tuyo.
JR: Bueno, no me cierro puertas. A veces vas a entrar en un ascensor, sale alguien sonriente, te metes y dices, “¡oh yeah! Es aquí donde quiero estar”.
--Tras esta primera temporada. ¿La serie tendrá continuidad?
ME: Esa es nuestra idea. Sí, sí.
JR: Sí, creo que los HBO están contentos. Y nos apetece desarrollar la serie y que haya más, por lo menos.