Isabel Pantoja respira tranquila y aliviada tras resultar absuelta y evitar la cárcel por una supuesta trama ilegal en la compra-venta de su finca marbellí. Ahora, la vida le sonríe un poco más y ya prepara su pequeña gira latinoamericana como toda una estrella.
Diva es un término que se podría usar también ante la actitud de la folclórica ha adoptado ante los medios de comunicación de Argentina y otras exigencias que ha requerido. Desde vetos a periodistas y grandes lujos que no han creado más que malestar y cierta indignación.
No a la Su
Uno de los mayores desplantes ha sido a una de las presentadoras estrella de la televisión argentina, Susana Giménez. La vedette y expareja de Ricardo Darín tiene un programa de entrevistas y, al parecer, habría invitado a la cantante española que la ha rechazado. Teme que en una sección más desenfadada le pregunten por su familia y sus problemas legales.
Varios medios reportan que sólo ofrecerá una única entrevista y será con la mítica Mirtha Legrand. Ella fue la misma a quien Rocío Jurado le confesó en directo que Antonio David Flores maltrataba a su hija, Rociito,
Una cena con Mirtha
Pese a las preguntas íntimas que suele hacer la presentadora, la Pantoja se siente más cómoda con ella, sin tener que enfrentar a otros comentaristas. Al menos, esa es la visión que tiene Agustín Pantoja, que ha sido el responsable de elegir con quién habla o no su hermana.
No van a haber muchas más comparecencias. Entre las exigencias del hermanísimo, ha solicitado seguridad privada para la artista las 24 horas del día. El objetivo: evitar que los medios se acerquen a ella. ¿Lo logrará?
Exigencias
Este no ha sido el único requisito. En un país sumido por la crisis y una inflación por las nubes, el alto coste de las entradas (entre 23 y 50 euros) ha hecho que los conciertos no tengan un lleno absoluto, muy lejos está de ello. Los fans alegan que eso no quita que haya zonas con localidades agotadas y que el recinto elegido, el Luna Park, tiene capacidad para 5.200 personas.
Sea un éxito o no, Isabel lo vive como su gran regreso y quiere todo. Ha reservado una suite en un hotel de lujo de cinco estrellas. Habitación que ha pedido que esté llena de rosas blancas. Y eso que está previsto que llegue 24 horas antes del concierto y se vaya 24 horas después. No más.
Gran despliegue
Su llegada no se prevé fácil. Ya para el mismo aterrizaje, la tonadillera ha requerido que se le habilite acceso a la pista para salir por la parte de atrás del recinto y así evitar ser captada por las cámaras y micrófonos de la prensa.
La cosa no se queda allí. En su gira, Isabel Pantoja no sólo va acompañada de su hermano Agustín, sino que se hace acompañar de un séquito de 30 personas de su máxima confianza. Argentina está revolucionada.