María Teresa Campos está de nuevo en el candelero una vez más sin salir incluso de su casa. Si hace unos días se confirmaba la venta de su casa, esta semana arrancaba con las confesiones de infidelidad de Bigote Arrocet. Y este martes ha tenido que ir al hospital.
La malagueña continúa con su rutina y, tranquila e insiste en que el humorista es un capítulo cerrado en su vida. La entrada en la Clínica de la Luz de Madrid, por eso, ha espantado a muchos.
Bromas
La periodista llegaba acompañada de su chófer que la dejaba a entrar. Se iba a hacer unas pruebas pero no ha matizado de qué se trata. Un hecho que desconcierta. A la salido, por eso, ha reaparecido de lo más bromista y completamente ajena a las últimas declaraciones de su expareja.
La madre de Terelu, visiblemente tranquila e irónica, ha confesado como se encuentra. "Pues estoy con la mascarilla", asegura,, pidiendo calma a los fotógrafos con un "a ver si me váis a tirar" mientras caminaba con paso firme del brazo de su asistente Gustavo.
Muda ante Bigote
"Yo estoy bien gracias a Dios si me preguntas eso. ¡Ya no me quieras matar!", exclama. Un humor que parece de vuelta después de las polémicas declaraciones que hizo el programa de radio de Federico Jiménez Losantos sobre cómo la dejó el chileno. "Sería verdad porque él nunca miente, pero tengo aquí el mensaje", sentencia.
Ya no quiere reincidir en eso, subraya: “no voy a contestar a nada sobre un tema del que ya he dicho lo que tenía que decir y no me compete". Una intención de dar carpetazo de una vez por todas a su historia con Edmundo Arrocet.