La relación entre Isabel Pantoja y Kiko Rivera está completamente rota y sin posibilidad de arreglo. Ante el silencio de su madre, el músico inició medidas legales para recuperar la parte de la herencia de su padre que le corresponde. Del mismo modo, los abogados de la tonadillera iniciaron negociaciones con los de Francisco y Cayetano Rivera para entregar los enseres personales de Paquirri que tantas veces negó tener.
A su vez, la relación entre Isa P y su madre parece más alejada que nunca, y las deudas económicas de la artista podrían obligarla a vender Cantora, además del resto de sus propiedades. Y por si no fuera suficiente, también se enfrenta a una pena de tres años de prisión por presunto delito de insolvencia punible. Un cúmulo de durísimos golpes que han llevado a Isabel Pantoja a encerrarse durante meses en la famosa finca, aunque ahora la abandona para volver desesperadamente al trabajo y generar algún tipo de ingreso.
"Con muchas ganas" de trabajar
A lo largo de estos últimos meses Isabel Pantoja apenas ha abandonado Cantora, sin ver a nadie más que a su hermano Agustín y a su madre, doña Ana, que está muy delicada de salud. Una escasa compañía con la que ha intentado sobrellevar todos los golpes que le han venido este último año.
Pero ahora, todo puede cambiar con su nuevo proyecto laboral, un trabajo que le ilusiona y que la hará reencontrarse con su querido público. Un empleo que también supone su reaparición en televisión tras casi dos años alejada de la pequeña pantalla, y que afronta "con muchas ganas": formará parte del nuevo talent show de Mediaset, Top Star, al lado de Danna Paola y Risto Mejide.
Isabel Pantoja reaparece más delgada
Pese a estar viviendo el momento más doloroso de su vida, toca volver al trabajo. La necesidad desesperada de generar algún tipo de ingreso es lo único que ha arrancado a Isabel Pantoja de la jaula de oro en la que vive, y la mañana del martes 20 de abril se ha dejado ver en el aeropuerto de Jerez ocho meses después de su última aparición pública.
Visiblemente más delgada, con sus inseparables gafas de sol negras con las que disimula la tristeza de sus ojos, la tonadillera ha conseguido ocultar su rostro a las cámaras. Acompañada por su peluquero, Antonio Abad, Isabel Pantoja se mostró muy tranquila y amable ante los medios que la esperaban antes de poner rumbo a Madrid y retomar la vida profesional que tanta falta le hacía.