Jorge Javier Vázquez lleva semanas tratando de hacer de intermediario en el conflicto de Isabel Pantoja con Kiko Rivera, no siempre de manera neutral. Solo hace falta leer la última carta abierta que le dedica a la tonadillera y en la que no sale muy bien parada.
Desde que Kiko Rivera arremetiera duramente contra su madre en una entrevista en la revista Lecturas, el conductor del programa ha dedicado Sálvame casi en exclusiva a abordar este conflicto.
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Nada improvisado
Pero la relación que mantiene el emperador de la telebasura con la familia lo ha hecho dirigirse de forma directa a la cantante. Lo ha hecho en una carta abierta en la misma publicación para la que habló el DJ y no sin controversia.
El presentador ya deja entrever nada más empezar por quien se inclina en esta guerra cuando niega que las declaraciones del hijo de la Pantoja sean fruto de un “calentón”. “Se nota a la legua que su discurso lleva fraguándose en su cabeza desde hace años”, insiste.
Rabia y conflicto
Lo detecta en cómo elige expresiones como “la viuda de España” para dirigirse a su madre “Mucha rabia acumulada debe tener” para llamarla así, afirma. Aunque lo excusa porque, como dijo Anabel Pantoja, “no debe ser fácil tener como madre a La Pantoja”.
En este sentido, recuerda que la artista sostiene “una popularidad basada en el conflicto”: la viudedad de Paquirri, las escondidas y turbulentas amistades con Encarna Sánchez o María del Monte, sin olvidar su relación con Julián Muñoz y su paso por la cárcel”.
Dinero y ambición
Todo ello ha tenido que vivir Kiko Rivera, subraya. Un Kiko que “callaba para proteger a esa Isabel Pantoja artista que, según él, ha acabado devorando al ser humano”. Por lo que mantiene que durante años la actitud del joven “ha sido un acto de generosidad”.
Para Jorge Javier, toda la historia y fama basada en el conflicto de la Pantoja sólo tiene una culpable, ella misma y su “desmedida ambición y un amor casi obsesivo por el dinero”. Un dardo que no se queda allí.
Ajena a la realidad
El de Badalona considera que la artista opta por el silencio y la reclusión en su propio palacio o república, “sita en Cantora”. Es allí donde la ex de José Coronado se siente “la más mejor de todo lo habido y por haber”. Un hecho que desde fuera se ve distinto, “el vivo retrato de una mujer atrapada en un personaje que la asfixia desde hace ya demasiados años”.
“Vives presa en un mundo que te impide ver que más allá de los muros de Cantora”, le espeta Vázquez. Claro que no todo son malas palabras, admite que hablar por teléfono con ella “es agradable”. Algo es algo.