Jordi Milán, director artístico de La Cubana

Jordi Milán, director artístico de La Cubana GALA ESPÍN Barcelona

Creación

Jordi Milán (74 años), director artístico: “Ya toca un espectáculo de La Cubana en el TNC”

El artista reivindica la locura en el teatro y recuerda que "la creación está reñida con el encorsetamiento"

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Dice Jordi Milán, director artístico de La Cubana, que la última obra de la compañía es muy especial. En primer lugar, porque es un musical: “y yo me he negado siempre a hacer un musical”. En segundo lugar, porque no va a salir de gira. Está cinco meses, hasta febrero de 2026, en el Romea y no continuará. Y, por último, por la cantidad de referencias que esconde.

L’amor venia amb taxi es una obra de teatro de aficionados que existió y que, en la versión de La Cubana, quiere estrenar en el Romea una compañía de aficionados. Ellos ensayan solo los martes en un centro parroquial. Y esta es la trama.

En medio se explica la vida de esta gente que se ha dedicado toda la vida al teatro de aficionados. Gente sin más ambición que la de reunirse un día a la semana y hacer la obra durante tres o cuatro días. Deseos que ahora, en la época del exitismo, parecen haber desaparecido.

A este homenaje se le suma el de los musicales. La Cubana ameniza la obra con pequeños minutos musicales en los que representan números que se hacían en 1959 en Barcelona, como los de la Bella Dorita, José Sampere (el padre de Mari Sampere=, los vieneses —"unos exiliados austriacos que vinieron a Barcelona y hacían los números que representaban en Viena"—… Todo mientras el público disfruta del humor, la petardería y el lenguaje único de La Cubana.

Jordi Milán, director artístico de La Cubana

Jordi Milán, director artístico de La Cubana GALA ESPÍN Barcelona

'El amor venía en taxi' se lleva tres meses y va a estar cinco en el Romea. ¿Vuelve La Cubana en taxi y por todo lo alto?
A ver, nosotros normalmente tenemos largas temporadas y estamos en teatros más grandes. Estamos en el Tívoli o en el Coliseum. Pero, en este caso, este espectáculo se había de hacer aquí, en el Romea.
¿Por qué?
Porque tiene mucho sentido. Hablamos de muchas cosas del Romea y de cosas que pasaron en una época determinada, que es 1959, y de una obra determinada, L’amor venia amb taxi, una obra que conocían muchas compañías de teatro de aficionados en Cataluña.
La obra se estrenó en el Romea en 1959, en pleno franquismo, cuando se habían prohibido las obras en catalán, pero dejaban hacer estas obras de aficionados. Se estrenaban en el Romea, pero por poco tiempo, entre tres y quince días. Luego las llevaban a los teatros de barrio, de manera que expandían la obra.
La Cubana en el Teatro Romea

La Cubana en el Teatro Romea GALA ESPÍN Barcelona

Por otro lado, la editorial Millà, que también estaba aquí, en el Raval, editaba inmediatamente estas obras y podían circular.
Así que, en realidad, el espectáculo es un homenaje al teatro de aficionados de Cataluña, al Romea, a los hermanos Salvador, escenógrafos; a Maret, que era el peluquero; a los Peris Hermanos, que se encargaban del vestuario… En fin, nos pareció que era una manera muy hermosa de explicar una historia dentro del espacio del que estamos hablando.
Pero luego la obra saldrá, ¿no?
No. Normalmente nosotros hacemos bolos. Esta se hará solo en el Romea, porque no tiene mucho sentido hacerla en otro sitio: hablamos de una cosa muy localista.
Jordi Milán en el Teatro Romea

Jordi Milán en el Teatro Romea GALA ESPÍN Barcelona

¿No es muy arriesgado?
Bueno, sí. Pero nos hemos atrevido porque salieron unas ayudas retornables de la Generalitat que hemos aprovechado. Si va bien, tendremos que devolverlas; si no, hay una parte de las pérdidas que quedan como subvención. Por eso podemos hacerlo. Esto no se puede hacer en el resto del Estado ni en otra parte de Cataluña.
Nos hemos atrevido porque entonces era como tener el dinero: no arriesgábamos nosotros, ¿entiendes? Y se podía hacer. Nosotros, en un espectáculo nuestro, no lo podemos hacer, porque ya hemos estado tres años explotándolo. Un espectáculo nuestro dura como mínimo tres años de explotación y lo llevamos por el resto de España e incluso fuera.
La Cubana en el Teatro Romea

La Cubana en el Teatro Romea GALA ESPÍN Barcelona

Claro, esto se reduce a un lugar muy concreto y a una época muy concreta, la del teatro amateur, la revista… ¿Qué queda de eso?
Bueno, primero, la revista es otra historia: es el Paral·lel, las varietés… Luego el teatro amateur… A mí la palabra amateur no me gusta mucho. O sea, la palabra francesa, amateur, amor al arte, me gusta mucho, pero no me gusta cómo se usa aquí.
A veces se habla del teatro amateur para diferenciar al profesional del no profesional, el cobrar o no. Yo pienso que la profesionalidad no tiene nada que ver con el dinero. La profesionalidad tiene que ver con el rigor, con la seriedad con la que haces las cosas, con las ganas de hacerlo. Por eso digo que es un homenaje al teatro de aficionados.
Jordi Milán, director artístico de La Cubana

Jordi Milán, director artístico de La Cubana GALA ESPÍN Barcelona

¿Y queda algo de eso?
Sí, continúa. Era muy rico, además. Cataluña es uno de los lugares más ricos en este aspecto, o lo era. Ahora también, pero no tanto como antes, cuando todo el mundo hacía teatro. Como no había televisión ni se escuchaba la radio, se iban al casal o donde fuera y pasaban un rato ensayando una obra de teatro, y era una manera de relacionarse.
Eso todavía existe, y existe gracias al empeño de ateneos, centros parroquiales y entidades recreativas, que son los que aún lo mantienen. Eso sí, menos que antes.
Si Cataluña ha tenido fama internacional, es porque casi todos los que nos dedicamos a esto venimos del teatro de aficionados. En casi todos los pueblos de Cataluña hay su teatro. Eso es un fenómeno.
Pero es de nicho, ¿no?
No, era y es algo social. Eso de ir a ver a la nena a ver qué hace y cómo actúa. Pero el teatro de aficionados pica y, si pone el veneno, esa persona sigue y va a escuelas, al Institut del Teatre y demás. Toda la gente profesional de Cataluña que se dedica al teatro ha pasado por el teatro de aficionados.
Jordi Milán, director artístico de La Cubana

Jordi Milán, director artístico de La Cubana GALA ESPÍN Barcelona

Bueno, y La Cubana ni le digo, que actuaba hasta en la calle.
¡Hombre! ¡Y tanto! Pero antes de actuar en la calle pasamos por el teatro de aficionados.
¿Qué queda de esa Cubana artesanal?
¡Todavía es artesanal! Si La Cubana se diferencia de otras cosas quizá es por la forma artesanal de trabajar. Nosotros hemos heredado, y mantenemos, esta forma de trabajar artesanal.
Porque el dinero no es tan importante. Más que el dinero, lo importante es la imaginación. Eso lo sabe practicar el teatro de aficionados: sin medios puedes construir grandes cosas. Eso es lo que a mí me gustaba.
Bueno, pero también cuesta dinero, ¿no?
Bueno, La Cubana es una compañía muy fuera de lo normal. Para empezar, porque nunca nos planteamos nada, no teníamos ningún propósito. Nosotros hacíamos teatro porque nos gustaba. Hicimos algo en un festival de Sitges, gustó mucho y empezaron a llamarnos de diferentes ciudades para hacerlo allí. Pero todo era como un juego. Nunca nos propusimos dedicarnos al teatro; queríamos hacer teatro. Eso es lo importante. Queríamos jugar.
La Cubana en el Teatro Romea

La Cubana en el Teatro Romea GALA ESPÍN Barcelona

¿Y el éxito no lo cambió?
El éxito llegó más tarde, pero yo aprendí mucho del teatro en la calle: aprendí mirándolos a la cara.
Vamos, que para entrar y ser de La Cubana hace falta pasión.
Sí, nada de medias tintas. Te ha de gustar mucho, porque para los actores, a veces, es pesado y muy entregado.
Bueno, pero ha sido cuna de grandes actores.
Ellos son de La Cubana. Por La Cubana han pasado unas 170 personas, no solo actores, sino también técnicos y escenógrafos. Y todos han funcionado en su vida y, cuando han dejado La Cubana, aparte de haber tenido éxito a nivel personal, se consideran de La Cubana.
Y mantienen el espíritu cubanero.
Es que tienen muy claro lo que es el teatro.
Jordi Milán, director artístico de La Cubana

Jordi Milán, director artístico de La Cubana GALA ESPÍN Barcelona

Por tanto, han creado estilo, ¿no?, aunque luego parezca inimitable.
No es que sea inimitable, es que no hemos descubierto nada. La Cubana ya existía antes de que existiera La Cubana. La Cubana lo que ha hecho es trasladar al teatro cosas que todos hacemos en nuestra vida cotidiana y que pasan inadvertidas como teatro. Porque en el trabajo, en casa, con los amigos, todos hacemos teatro. A mí me gustan estas conversaciones sin mucha pureza literaria, me gustan esas palabras mal dichas…
Bueno, es que siempre ha tenido ese lenguaje charnego: se habla catalán, castellano…
Hombre, es que los catalanes hablan muy mal también.
Y aun así estuvieron en TV3, con 'Les Teresines'.
Pero los de TV3 no pudieron con nosotros. Les dijimos: no somos bibliotecarias. Nuestros personajes son gente de la calle que hablan de esta manera. O lo tomas o lo dejas.
La Cubana en el Teatro Romea

La Cubana en el Teatro Romea GALA ESPÍN Barcelona

De hecho, La Cubana se aleja de ese teatro más burgués.
Bueno, del teatro convencional, del teatro construido de una manera determinada. En La Cubana casi todo está permitido, pero, sobre todo, lo que dices y cómo lo dices debe ser muy auténtico, para que el público reconozca a gente como esa.
A la gente, normalmente, no le gusta reconocerse a sí misma, pero le gusta reconocer a otros: al vecino, al amigo, a la suegra. Nosotros solo lo hemos puesto sobre el escenario. Por eso digo que La Cubana ya existía.
Yo, cuando iba de Sitges a Barcelona en tren, escuchaba las historias del tren y cómo las contaban, y luego se las explicaba a la gente como si hubiera visto una obra de teatro. Es una cosa muy loca. Las cosas muy establecidas no me gustan mucho. Yo soy de los que reivindican la locura en la creación. Y eso ahora está mal.
Entrevista a Jordi Milán, director artístico de La Cubana

Entrevista a Jordi Milán, director artístico de La Cubana GALA ESPÍN Barcelona

Claro, ¿cómo se lleva ahora?
Ahora la gente joven es mejor que nosotros en aquella época. Está más preparada, tiene más ideas. La gente joven es fantástica, a mi entender. Pero tienen este problema: entre las normativas, lo políticamente correcto, esto, aquello, y que tienen poca ayuda y poca facilidad para desarrollar historias…
Nosotros tuvimos la ventaja de que cuando nacimos, en los 80, salíamos de Franco, y la gente quería abrir la puerta, bajarse los calzoncillos y que pasara el aire. Entonces tenías ideas locas y las podías hacer, porque todas las instituciones, que tampoco sabían muy bien adónde iban, dejaban hacer. Y aparecieron muchas cosas, como La Fura dels Baus, Comediants, nosotros…
La profesionalización mató todo un poco.
Eso no es profesionalización. No quiere decir ponerte la etiqueta de serio ni hacer según qué cosas. Profesionalización significa ser coherente, ser estricto y serio contigo mismo y, si quieres hacer algo, hacerlo como sea.
La Cubana en el Teatro Romea

La Cubana en el Teatro Romea GALA ESPÍN Barcelona

Claro, pero te puedes enfrentar a la institución y al qué dirán.
La creación está reñida con el encorsetamiento. El encorsetamiento no sirve para la creación. Por eso hablo de la locura. La locura ha de existir. Porque si a una persona que tiene ideas la restringes con esas cosas, coartas su creación.
Sí, pero mucha gente puede pensar que, en eso de pillar lo que escucháis de la gente, se puede caer en la burla del otro. Aunque no ha sido así en su caso.
Hay respeto. A ver, a mí que me hablen de lo políticamente correcto me da rabia, porque yo ya sé lo que es. Hay cosas que no haré nunca ni saldrán de mí, y hay otras que sí, porque te has de reír del muerto y del que lo vela. Y, en el fondo, a mí nadie me ha coartado.
Sí pienso que, si La Cubana naciese ahora, en 2025, no existiría. Muchas cosas que se han hecho no las hubiésemos podido hacer. Si ahora, para hacer cualquier cosa en la calle, has de pedir permiso y parece que te lo den por misericordia…
Jordi Milán, director artístico de La Cubana

Jordi Milán, director artístico de La Cubana GALA ESPÍN Barcelona

Por tanto, encontrar esa locura en el teatro es difícil.
Para mí, sí. Con la contradicción de que la gente está mejor y más preparada. Luego pienso: ¿será mala formación? Porque a veces enseñan a ser artistas. Y eso no se enseña. Eres artista, palabra que no me gusta mucho, porque te dedicas al arte y ya está. Pero si te crees artista, mal. Igual es que pretenden ser famosos y salir en la tele, y este mundo es otra cosa.
¿Pero hay un método? Porque se enseñan muchos.
Hay muchos métodos, sí, pero después tiene que haber algo. A mí no me gustan los castings porque es repetir cosas. Yo quiero conocer al actor. Yo pienso que para ser un buen actor tienes que ser observador e introvertido, porque para ser actor tienes que almacenar cosas, experiencias, sensaciones, vivencias, para después sacar aquello que has visto y vivido.
La Cubana en el Teatro Romea

La Cubana en el Teatro Romea GALA ESPÍN Barcelona

¿Cómo los ha encontrado usted?
Yo lo veo, no sé. Aquí hay gente joven y ya sé quién vale o no, quién vale para esto y quién no.
Y ahora que menciona a la gente joven, ¿está preparada para La Cubana?
¡Claro! La gente joven tiene ganas de explotar.
Pero habla de unas referencias que igual no han vivido…
Eso es algo que se tiene y lo llevas en el ADN. Igual han visto teatro de aficionados y no les ha interesado porque, como les han dicho que el teatro es otra cosa, que eso no es el teatro que toca, se hacen los señoritos.
Igual yo tenía miedo de quién lo iba a entender. De hecho, he tenido dudas de si lo entendería mucha gente. Pero creo que a los jóvenes les hace reflexionar. Pero no todo son fenómenos.
La Cubana en el Teatro Romea

La Cubana en el Teatro Romea GALA ESPÍN Barcelona

Como Les Teresines, ¿no?
Claro, es del 92. Y hay gente que no había nacido entonces y ahora les encanta. Hay gente que se la conoce mejor que yo, como el chico que lleva la cuenta de Teresología. Pero bueno, si les gusta Les Teresines y La Cubana es porque son capaces de reconocer a esos personajes y cómo hablan. Es una cosa de ADN y muy de Cataluña. Fuera no existe o es diferente. Debe parecer muy incorrecto y siempre reconocible.
Y eso lo logran con el lenguaje, ¿no?, que en La Cubana no es tan literario.
Los personajes del teatro son bibliotecarias y los de La Cubana son gente corriente. En La Cubana es más importante cómo se dice que lo que se dice.
Jordi Milán, director artístico de La Cubana

Jordi Milán, director artístico de La Cubana GALA ESPÍN Barcelona

¿Tal vez por eso no entraron en el TNC?
Mira, al TNC hemos llamado dos veces. Una, en la época de Sergi Belbel, con Gente bien, que se iba a llamar de otra manera. Primero dijeron que sí y luego nada. Y ahora Carme Portaceli nos llamó para llenar un hueco con un texto que quería hacer, La cuisine de ma cousine. Pero para llenar un hueco, no. Esto está pensado para hacer bolos y vivir.
Ahora, si me llamas para hacer un espectáculo de La Cubana en el Nacional, ¡que ya toca!, vale. No para traer esto. Me preguntó qué haría y no lo sé, pero allí se me ocurrió el homenaje al teatro de aficionados, porque habla del teatro de aquí, y luego no cuajó. Porque La Cubana es un paquete: has de comprarlo entero
Jordi Milán, director artístico de La Cubana

Jordi Milán, director artístico de La Cubana GALA ESPÍN Barcelona

¿Y ve posible que La Cubana entre algún día en el TNC o en otro teatro público?
Yo ya lo descarto. Tengo una edad y creo que no lo veré. Igual otros… Porque yo era un enamorado del Lliure y de Fabià Puigserver, y ahora es un TNC II. No hay riesgo ni hay nada. Eso me toca mucho los huevos. Porque antes era otra cosa.
De todos modos, ¿espera algún otro reconocimiento, tipo Creu de Sant Jordi y demás?
¿Para qué? El público nos ha apoyado siempre. Y no sé por qué. Nuestro mecenas ha sido el público, porque, excepto en esta obra, a La Cubana nunca nos han dado una subvención.
Por último, tras esta obra, que dice que no va a salir de gira, ¿hay más Cubana para rato?
Sí. Además, La Cubana no soy yo. Hay mucha gente que puede continuar con esta historia.