David Trueba y David Verdaguer: "En muchas ocasiones, el amor no llega en un cohete"

David Verdaguer y David Trueba vuelven a repetir. En muchos sentidos. Por un lado, el cineasta regresa su novela, Blitz, para convertirla en una película. Por otro lado, el actor vuelve a interpretar aquí el papel de un español incómodo en el extranjero que recuerda al de Molt lluny. Y, por último, esta pareja de artistas repite tras su primer encuentro en Saben aquell.

En las tres ocasiones anteriores, todo resultó un éxito. La novela de Trueba se vendió como las palomitas, la interpretación de Verdaguer fue muy aplaudida y la película que hicieron juntos un taquillazo. ¿Repetirán?

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Eso solo depende de los espectadores. Lo cierto es que los amantes del cine de Trueba van a encontrar aquí toda la esencia del director: una historia humana. Para los amantes de la novela, va a suponer el reencuentro con los personajes que les cautivaron.

Lo poco que cambia aquí es el nombre. Blitz se ha transformado en Siempre es invierno, pero su contenido, su alma no cambia. El desamor, el amor, la crisis y, sobre todo, la madurez están retratados con un cariño que lleva al espectador a querer abrazarse a la pantalla y quedarse a vivir en esta bonita historia.

Un relato que empezó como novela. Aun así, su autor, a medida que la escribía, vio claro que quería rodarlo. Han pasado 10 años y nueve proyectos audiovisuales de por medio. Pero, al fin, llega a los cines este 7 de noviembre.

La película tuvo su estreno en la Semana Internacional de Cine de Valladolid, la Seminci. Antes, David Trueba y David Verdaguer encontraron un rincón en sus agendas para hablar con Crónica Global en la terraza de un céntrico hotel de Barcelona.

David Trueba y David Verdaguer SIMÓN SÁNCHEZ

Empezamos con David Verdaguer. Tras ‘Molt lluny’ se mete de nuevo en un papel de español en el extranjero, rebotado con todo lo que pasa en un país ajeno.

DV: Tienes razón, no caí en eso. Sí, lo que pasa que en ese caso era una mala persona. Es de esa gente, que lamentablemente hay mucha, que echan la culpa a los últimos, siendo ellos los penúltimos. Y sí, muy quejica y amargado.

En este caso, Miguel, mi personaje de Siempre es invierno, es distinto. Primero, que no va allí a buscarse la vida, sino que acaba allí y la vida se le acaba allí, al menos, la vida como la conoció hasta el momento. Pero más bien es una persona detenida, congelada de sentimientos, y no tanto una mala persona. Pero sí que es verdad que no disfruta del paisaje ni de la ciudad.

El actor David Verdaguer SIMÓN SÁNCHEZ

Usted, cuando lo escribió, ¿pensó en ese español quejumbroso cuando viaja o vive fuera?

DT: No, en general. Yo creo que una persona que se queda sola en un lugar donde no tiene amigos, donde no maneja el lenguaje y no conoce la ciudad, resulta muy interesante como personaje.

En este caso es un náufrago, es alguien que ha llegado a tierra, devuelto por el mar. La tormenta sería la ruptura con su pareja y, de pronto llega a esta playa. Una playa a la que no sabe cómo ha llegado ni qué hace allí. Se le ha venido abajo su mundo laboral y sentimental, y está sin fuerzas para reconstruirse.

Entonces está por ahí vagando, capaz de lo mejor y de lo peor. Acaba siendo hostilizado por esta gente que hay constantemente, que te impide subirte a un autobús, mirar tus mails desde el hotel, participar en algo que quieres participar.

¡El mundo es muy hostil cuando nadie te introduce en él! No nos damos cuenta porque siempre vamos como dentro de un paquete vacacional. Cogemos un avión a un sitio, sabemos donde ir y ya, pero ¿qué pasa cuando te quedas ahí perdido?

Entrevista con David Verdaguer y David Trueba SIMÓN SÁNCHEZ

Pero en el fondo, Miguel, halla donde agarrarse, pero le cuesta hacerlo. ¿Es por la edad? ¿Es por la situación?

DT: No era tanto una crisis de una edad determinada, sino una crisis. ¿En qué consiste la crisis? Has ido tapando las fugas de agua y, manteniendo, más o menos, un equilibrio y, de pronto, se pierde una pieza y caen todas. Te das cuenta de la fragilidad de tu edificio.

Entonces, ¿qué ocurre? Que la primera reacción en contra de lo que la gente cree no es salir a buscar a alguien que sustituya a la persona que has perdido o que sustituya el trabajo que has perdido, sino que es prepararte para los nuevos encuentros.

Al final, en la vida tú tienes que estar preparado para cuando te vienen bien y mal dadas, no es algo que tú puedes ir a buscar. Es un poco tonto a veces lo de esa gente que sale a buscar aventuras como si fuera Don Quijote. ¿No será mejor prepararte y que la aventura llegue sola?

El director de cine David Trueba SIMÓN SÁNCHEZ

Se apuesta y aconseja por eso de “un clavo, saca otro clavo”.

DT: Sí, los amigos siempre quieren salir a emborracharte, pero es mejor dejar en paz y dar tiempo.

Miguel aquí tampoco los tiene.

DT: Ya, el personaje de David es muy interesante porque no es alguien simpático por naturaleza, está muy golpeado, como si un boxeador le hubiera noqueado. Pero aquí él va sin darse y sin recibir. Observa y, al mismo tiempo, tiene una rabia contenida. Se ha comportado muy bien cuando ha tenido que aceptar la ruptura, pero por dentro va el cabreo. Por eso es capaz de lo mejor y de lo peor en un minuto.

Y algo torpe emocional. No solo le hace pagar los platos a un arquitecto que pasa por allí, sino que no sabe relacionarse con otras mujeres. ¿Quería retratar también esas dificultades de abrirse al amor o a las relaciones ya en la edad adulta, que no se ven tanto en el cine?

DT: Bueno, hay un momento en el que tenemos asociado cualquier relación al estallido, a los fuegos artificiales, al champán y esa impresión de euforia por haber conocido a alguien increíble. Cuando uno se hace adulto, las cosas se van tranquilizando y la gente conoce a alguien, pero sin meterse en líos, que la relación te lleve.

Eso está poco retratado y realmente se habla poco de que hay muchas ocasiones en que el amor no llega en un cohete, sino que llega muy tranquilamente y se va asentando poco a poco. No hay unos cataclismos eróticos, ni pasionales, sino que más bien es fruto de estar bien, continuar y darse un tiempo.

Entrevista a David Verdaguer y David Trueba SIMÓN SÁNCHEZ

Claro, ¿pero es el amor posible sin el estallido de la pasión?

DT: Quizá es otro amor. Tal vez hemos de hablar un poco menos de ese amor romántico, idealizado y un poco más del otro amor, de ese otro amor que consiste en convivir, en estar juntos, en encontrarse en la diferencia, en el permitirse los tiempos de uno y otro, la intimidad, la privacidad. A partir de una cierta edad las relaciones creo que van por ahí.

Diría que el cine tiene parte de culpa en fijarse en esa idea romántica del amor.

DT: Más que en eso, en no encontrar bella a una persona sobre la que ha pasado el tiempo, por ejemplo. El cine y la publicidad han sido muy culpables. Han sido incapaces de decirle a la gente que puede cumplir años y seguir siendo bello y bella. No todo el mundo debe estar bajo el modelo de los 20 años y su tersura.

También se puede ser hermoso cuando el tiempo ha pasado sobre tu cuerpo. Hay algo dulce en mirar cómo el tiempo pasa en él. No enseñarlo, no permitir que la gente pueda ver un cuerpo que no sea el cuerpo publicitario, no puede ser.

No puede ser que una escena de amor tenga siempre esos componentes aeróbicos donde todo sale perfecto y los orgasmos son sincrónicos. ¿De qué estamos hablando? ¿Estamos hablando de seres humanos o estamos hablando de muñequitos con los que juegas cuando tienes 5 años?

El cineasta y escritor David Trueba SIMÓN SÁNCHEZ

¿Consideran que es una peli romántica?

DV: Sí, pero no al uso. Va al revés, primero va el sexo y luego surge el amor.

Entre personajes que podrías considerar ¿dañados?

DV: Sí. Los dos protagonistas se han dado una hostia en el amor. Aunque si has querido en esta vida, todo el mundo se ha llevado una hostia. Querer implica también la hostia, querer es arriesgarte.

¿Cuándo tuvo claro que esta novela sería una película?

DT: Durante la escritura empezaron a surgirme las ganas de enseñar algunas cosas que podían funcionar bien en el cine. Vi que la novela podía viajar hacia esos elementos visuales. Uno de ellos, el físico de las personas cuando ya no son jóvenes, la diferencia de edad, la comunicación entre dos personas en un tercer idioma.

Es decir, uno tiene un idioma, ella tiene otro idioma y tienen que encontrar un segundo o tercer idioma que hace de nexo entre ellos. Aquí los personajes no tienen las palabras ni la flexibilidad suficientes para expresar, entonces están muy limitados.

Es decir, uno tiene un idioma, ella tiene otro idioma y tienen que encontrar un segundo o tercer idioma que hace de nexo entre ellos. Aquí los personajes no tienen las palabras ni la flexibilidad suficientes para expresar, entonces están muy limitados.

David Verdaguer SIMÓN SÁNCHEZ

Qué valor tiene esta posibilidad del encuentro idiomático?

DV: A mí me gusta mucho. Cuando te relacionas con una persona en una lengua que no es la tuya, por un lado, es una putada: no puede ser tan rápido ni tan ocurrente, ni puedes expresar con tanta concreción las cosas que sientes. Pero, al mismo tiempo, también tienes que sacarte la máscara, porque si bien es más patosa sale tu cara más auténtica, porque lo importante es comunicarme contigo, quiero comunicarme contigo.