
Entrevista a Albert Serra Barcelona
Albert Serra: "El torero es un héroe"
El director de cine catalán estrena 'Tardes de soledad', película con la que ha ganado la Concha de Oro en San Sebastián y el Premio Nacional de Tauromaquia
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Cuando se supo que Albert Serra, director de cine catalán nacido en Banyoles, iba a hacer un documental sobre los toros y la tauromaquia, nadie se lo podía creer. Muchos pensaban que iba a dejar esta castiza tradición por los suelos. Y no ha sido así.
Tardes de soledad, la última película del cineasta, puede ser muy difícil de ver. En primer lugar, porque el realizador no escatima en imágenes ni sonidos que retratan la crueldad del toreo. Por otro lado, el acercamiento de la cámara, los detalles, la fragmentación de los planos, cargan a esta especie de danza con la muerte de una belleza tan tanática como hipnótica.
Así es como se siente el espectador cuando sale de ver este documental que se alzó con la Concha de Oro a la mejor película en la pasada edición del festival de San Sebastián. El espectador pasa de la repulsión al sufrimiento, de la vergüenza ajena por algunos comentarios de la cuadrilla a las risas por casi lo mismo, sin dejar fascinarse por esta carga homoerótica del vestuario del torero, de esa gestualidad tan alejada de lo viril y esa convivencia con lo macho a través del baile que se ejecuta en la plaza. Una danza con la muerte cargada de sangre, miedo y ritual.
Esta es la palabra que usa Albert Serra para describir una corrida de toros, ritual. Un espectáculo tan polémico como él, que no esquiva preguntas ni descalificativos a algunos de sus espectadores, e incluso al público que acude a ver torear a sus ídolos. Genio y figura.

Entrevista a Albert Serra Barcelona
Crónica Global se encuentra con el director catalán el día después de que éste recogiera el Premio Nacional de Tauromaquia en el Senado. Una imagen que impactó a muchos y por la que, en cambio, Serra ni se preocupa, ni se sorprende.
“Ni me sorprende ni me deja de sorprender”, apunta. “Es que no pienso en ello, sinceramente. Siempre he querido tener dinero y nunca lo he tenido. Cuanto más deseo ser algo, nunca lo consigo. Nunca he querido premios ni reconocimiento, y es lo que siempre he tenido”, sentencia. Razón no le falta.

Poster de Tardes de Soledad A CONTRACORRIENTE FILMS
- ¿Cómo diría que encaja ‘Tardes de soledad’, su primer documental, con el resto de su filmografía? Porque tiene esa parte decadente que siempre ha impregnado su cine, incluso de esa relación con la muerte.
- ¡Totalmente coherente! Eso es lo que me ha gustado de alguna manera y lo que justifica todo. A pesar de ser un documental y no poder manipular a nivel de dirección de actores, el tema de la belleza, de belleza de la injusticia y de la muerte que estaba en muchas películas también está aquí. El crepúsculo también tiene algo decadente e incluso algo erótico ahí latente, incluso algo un poco perverso...
- ¿Es eso lo que le interesó o fue esa danza con la muerte que hay en el toreo? ¿Qué es lo que te atrajo más de los toros?
- El corazón de la tauromaquia, el núcleo más primario, es un enfrentamiento entre el toro y el torero, y una progresiva dominación, por parte del torero, con estas artes del movimiento lo más estético posible. Pero claro, entenderlo con toda su fuerza, con toda su dimensión, tampoco era fácil. Siempre nos lo imaginamos, pero no tenemos el acceso para verlo muy de cerca y con todas las implicaciones que eso tiene. Es decir, se requiere mucho valor y compromiso. A eso se le suma la curiosidad del toro, evidentemente, lo que implica moralmente el hecho de que sea un sacrificio o ritual sacrificial...

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- No todo el mundo lo ve así, como un mero ritual.
- Todo el mundo tiene opiniones muy rápidas, pero precisamente, con el potencial de la cámara, que ni siquiera yo conocía bien y no sabía exactamente ni qué encontraríamos ni qué imprimiría, dimos con él. Ese era el objetivo de la película, descubrirlo.
- La película te da un grado de detalle, de complejidad, de ambivalencias en las sensaciones como espectador de muchos elementos juntos, de gravedad, de crueldad, evidentemente, de belleza plástica indiscutiblemente, de humor, de ironía, de humanidad también, de solidaridad, como aquel llorando ahí en la furgoneta... Quiero decir, todo tiene muchas capas y muchos elementos llenos de detalles.
- Reducirlo a un discurso ideológico es algo patético. Visto todo esto, y más en pantalla grande, con acceso a un show que no se ha tenido nunca, a qué quieres reducirlo? ¿A un debate sobre si taurinos o antitaurinos? Es algo grotesco. Hay una experiencia intelectual, incluso, para el espectador, ya no digamos física o moral. Hay escenas de mucho detallismo, queremos profundizar en algo.

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- Habla de experiencia intelectual. ¿Está seguro de que el espectador de toros también encuentra algo intelectual? ¿Qué hay de intelectual en ese rito?
- La metáfora de la película es esta, que los espectadores del cine se conviertan en los espectadores de la corrida. Además, es aburrido. ¿Por qué meter espectadores? Podemos tener un punto de vista súper íntimo, casi introspectivo, con el torero y de su relación con el toro. ¿Y ahora vamos a filmar espectadores que están distraídos, que son feos, van mal vestidos y son horribles? ¡Es absurdo!
- ¿Por?
- Teníamos un potencial aquí, no importa la mierda de los espectadores, estamos yendo al corazón de algo. Evidentemente, la vibración del público influye, se ve en el torero, que lo tiene presionado. Es la presión artística del artista, que siempre, lo quieras o no, tiene una pequeña inseguridad para ver si se entenderá o no su arte, o si lo ha hecho bien o no. Igual que le puede pasar a un escritor.

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- ¿Por qué eligió estos tres escenarios de rodaje?
- Yo solo quería ir desde el momento en que ya es un héroe. La vida normal no me interesaba. La vida normal para los toreros es trabajar. Ahora, vivir la vida normal, ir a hacer cosas, al trabajo, coger el coche, ir a un restaurante... Comparado con la intensidad de esto, ¿qué es lo otro, la vida? La vida es trabajo, es miseria. Por eso muchos grandes toreros siempre han tenido problemas, se han suicidado, algunos han tenido problemas graves, otros tuvieron problemas psicológicos diversos. Siempre con una cierta dificultad para integrarse en el mundo real. No todos, pero sí una mayoría importante.
- ¿Por qué quieres ver a una persona normal? ¿Qué particularidad tiene? Es lo que decíamos del público. Siempre está ahí. ¿Por qué vas a mirar al público si tienes un héroe increíble?
- ¿Cree realmente que el torero es un héroe?
- Es un héroe. El grado de compromiso y el grado de valor que necesita casi lo impulsa hacia una categoría heroica, sin ningún tipo de duda. Evidentemente que hay héroes, es la guerra a día de hoy, sí se la juegan. Puedes objetar lo que quieras, pero a nivel de seriedad, es algo que no tienen ninguna obligación de hacer. Es una pura vocación por tradición. Seguirlo con ese grado de compromiso y de ese grado de valor, está más cerca de lo heroico que cualquier otro.

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- Habla también del reconocimiento. Algo que sorprende son las innumerables referencias a los testículos que allí aparecien.
- A mí me hace reír. Es muy cómico. Supongo que en situaciones difíciles también necesitas a alguien que te ayude. ¿Qué te piensas que se dicen en la guerra? ¿Tú crees que en la guerra de Ucrania, o donde sea, están discutiendo filosóficamente sobre la guerra? Yo he sacado muchos momentos de esos porque distraían de otros elementos. Pero a mí me hacía gracia, era una capa humorística, incluso irónica, muy involuntaria. Es más del fragor del momento, no tiene connotaciones negativas, como alguien quiera verlas, es forzado hablar de masculinidad tóxica, ¡hace reír!
- También siempre hay un tono homoerótivo muy ligero, con los trajes y demás. Pero está integrado en un contexto muy particular.
- Esos momentos tan homoeróticos, cuando usted filma las medias transparentes, chocan con esa supuesta virilidad y lo macho del toreo.
- La tauromaquia tiene esa ambivalencia entre lo masculino y lo femenino, que es constante todo el tiempo. Están los hombres vestidos así, hay muchos movimientos, hay mucha sensibilidad... También cualquier cosa que contrasta con la brutalidad del toro, que es símbolo de poder brutal, es femenina. La persona ya es femenina por definición al lado de eso. Si lo subrayas con los trajes, su peinado, la coleta, las hombreras.
- Pero después la simbiosis es absoluta. En el fragor de la lucha, con el peligro, todo es a vida o muerte, entre uno y otro. Déjate de discursos sobre femenino, masculino y no sé qué. Eso es lo fascinante. Quisieras reducirlo a un espectáculo estético, pero no, esto es a vida o muerte. Hay esa cosa realmente de violencia en el sentido de que es una forma de crueldad.

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- Pero no hay duda de que su film sí está cargado de mucha belleza.
- Tiende un poco a la abstracción, quizá. Es lo que más me atraía, porque era lo que daba más intensidad, de alguna manera creaba hipnosis. Es la hipnosis del ritual. No es que vayas a observar analíticamente desde fuera, sino que busco que eso te implique, que puedas compartir el punto de vista de él muy cerca del toro.
- Esa era la idea de la película y la única manera de hacer sentir cosas físicas al espectador del cine. Si lo hubiéramos hecho con planos generales, viendo lo que pasa, no habrías sentido nada y sería algo para aficionados, para técnicos, para ver qué está haciendo, si tiene este estilo u otro. Pero claro, esto es una película de cine, tampoco es una herramienta para aficionados.
- Tiene tanto toque cinematográfico que parece un western, en ocasiones.
- Sí, con las miradas. Esos juegos de miradas en que el toro que mira al campo, el otro que también mira, tiempos muertos, tiempos de anticlímax, tiempos repetitivos... Eso es del western.
- Pero un western que se vuelve crepuscular también por momentos. Sobre todo cuando, tras torear en la Maestranza, acaba con una corrida mucho menor.
- A él no le gustaba el final, porque faltaban triunfos, quería que fuera una corrida muy difícil, de mucho mérito. Es menos vistosa a nivel de poder lucirse, sí.

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- Decía al principio que, cuando empezó el rodaje, iba sin saber de toros ni qué iba a encontrar. ¿Qué es lo que más le sorprendió?
- Los diálogos, la gracia de los diálogos. Esas frases, la poesía popular. Son individuos que parecen haberse quedado un poco atrapados en el mundo del toro, al margen de la evolución de la sociedad, de la uniformización, de estandarización. Aún conservan ese elemento pintoresco que se ve tanto en la literatura de principios del siglo XX, ese ambiente retratado, los ambientes de los bares, de las tabernas...
- ¿Es lo que sucede en el coche, cuando se cierran a lo que hay fuera y se dan ánimos y lanzan varios "cojones" y "qué huevos"?
- Se quedaban aislados en un mundo aparte, sí. Y ellos lo consideran así. Además, tienen ese físico raro, que también es de principios de siglo. Tú los miras y parecen mayores de lo que son.
- ¿Le da alguna explicación?
- Claro, para mí es la tensión. Mi teoría es que la tensión se va quedando en el rostro y lo va curtiendo. Y hablabas de sus actitudes y frases, sí parecen conservados en formol. Quiero decir, ellos han estado al margen de la influencia nefasta de la estandarización, y ya no digamos de los medios de comunicación de masas de los 50 o 60, sino la de los últimos años, en los que todo el mundo parece vivir a través de los demás.
- Ellos no, tú estás ahí en la plaza y no tienes tiempo de vivir a través de otros. Tienes que preocuparte de lo tuyo. Ese fanatismo, tan espontáneo como se ve en la película, surge de eso, de esa preocupación por ti y los tuyos. Ahí, la comunicación, la imagen, la mierda, no tienen cabida. Cero.

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- No ha dejado de hablar de los contrastes que hay dentro del mundo del toro y de lo "grotesco" que es reducirlo a lo taurino o antitaurino. Lo cierto es que esta película ha hecho que unos vean que usted defiende el toreo y otros que creen que es lo contrario.
- Eso es demasiado superficial. Aquí hay un grado de detalle, de ambivalencia, de complejidad, de profundidad a pesar de todo. Ves que es una cosa seria. Y no puedes quedarte con un solo elemento de la película y excluir otro. ¿Es muy cruel? Bueno, ¡pero si no te lo he ocultado! Y la gente dice que es cruel, pero también tienes que considerar otros elementos, como la seriedad, el rigor, muchas cosas que también están en la película.
- He dejado los elementos más crueles para que no se puede negar esa parte. Para mí es una parte que no me molesta personalmente y que, por otro lado, forma parte del ritual sacrificial. Sin eso no tendría gravedad.
- ¿Podemos acordar con todo lo que ha dicho que es un ritual anclado en el pasado o que vive en el? Es decir, ¿es un ritual que se ha quedado anticuado?
- Sí, pero cuando ves algo así en el tercer mundo dices: "Ah, qué pureza, es el símbolo de su pureza y de que no están contaminados". Y cuando lo ves aquí, resulta que no, que esto es malo y ellos son unos killers perversos. Esa es la paradoja.