
La exposición Matter Matters
Matter Matters, o cómo diseñar con el mundo para que sea sostenible
La relación entre materia y diseño marcada por el colonialismo, el extractivismo y el consumo de masas protagoniza una exposición de larga duración en el Disseny Hub Barcelona
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La física y filósofa, Karen Barad, profesora en la Universidad de California, Santa Cruz, es una de las voces más influyentes del feminismo y una destacada teórica de los nuevos materialismos. Su pensamiento aborda asuntos tan complejos e incomprensibles para la mayoría de los mortales, como la dimensión ética en la transformación queer de la naturaleza, o que la materia es una cuestión de responsabilidad. Suyo es el lema matter matters (la materia importa), idea de la que parte la exposición 'Matter Matters. Diseñar con el mundo', en el Disseny Hub Barcelona.
La arquitecta Olga Subirós, comisaria de la muestra, propone una profunda reflexión sobre el pasado, presente y futuro de la materia en un momento en el que el modelo “extractivista y colonialista”, que ha imperado durante los últimos cinco siglos, muestra síntomas evidentes de tensión y agotamiento debido a la escasez de materias primas.

La exposición propone una reflexión entre pasado, presente y futuro de la materia
La audaz línea expositiva explora los límites superpuestos entre el diseño, la ecología y la geopolítica. Y lo hace con un puesta en escena en la que pone a dialogar piezas de la colección histórica del museo con otras obras contemporáneas, articulando así una narrativa sobre la necesidad de abandonar modelos obsoletos hacia otros donde el diseño “solo puede ser regenerativo” y la sociedad vire hacia un consumo responsable.
Hacia un cambio de paradigma
Lo que hace tan solo unos años era una tendencia practicada por algunas empresas y demandada por muy pocos consumidores, se ha convertido en una emergencia medioambiental global. La falta de políticas sostenibles en todos los ámbitos de la cadena productiva ha desencadenado una serie de acontecimientos cuyas consecuencias son más que evidentes: cambio climático, agotamiento de recursos o conflictos sociales y geopolíticos de consecuencias imprevisibles.
Aun así, “el mundo sigue siendo profundamente dependiente de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), tanto para la energía como, en el caso del petróleo, para la fabricación de la mayoría de plásticos”, destacan los organizadores. Porque si bien es cierto que el plástico permitió la democratización del diseño, la contaminación causada por los residuos plásticos se alza como uno de los principales problemas medioambientales de nuestro tiempo.

Calculing Empires de Kate Crawford y Vladan Joler explora los patrones tecnológicos a lo largo de 5 siglos
Abordar esta crisis global requiere muchas medidas, entre ellas gestionar los desechos para obtener nuevas materias primas con las que trabajar, una labor en la que arquitectos y diseñadores desempeñan un papel fundamental.
Materiales alternativos
No solo la reutilización o el reciclaje resultan esenciales en este ambicioso y complejo reto. El uso de otros materiales también es un asunto clave.
¿Pueden las plantas salvar nuestro futuro? La exposición dedica un ámbito a la alternativa más “verde”. Materia Vegetal pone en valor el potencial de las plantas, “dirigiendo también la mirada hacia la artesanía preindustrial y los materiales locales como fuente de inspiración”. No hay más que mirar al pasado para observar cómo históricamente la fabricación de objetos, muebles o indumentaria dependía de los recursos de proximidad. Un modelo al que deberíamos regresar para revertir la sobreexplotación de los ecosistemas y, de paso, fortalecer las economías regionales.
En el ámbito de la arquitectura sucede algo similar, busca reducir el impacto de la huella humana en el medio ambiente utilizando materiales más ecológicos y de mayor eficiencia energética. La madera contralaminada o el corcho ganan protagonismo en estructuras y fachadas frente a materiales como el hormigón.
Un vestido elaborado con esparto de Leandro Cano; un taburete de madera y corcho de Cristina Noguer Guardiola; un escritorio de madera ébano belga, c. 1650 o un prototipo de bio-fachada de corteza de Quercus suber (alcornoque) y biopolímeros naturales, proyectado por Andrés Jaque, son algunas de las piezas destacadas de esta sección.
Ética, diseño y consumo
Vivimos rodeados de objetos pero, más allá de su utilidad, no reparamos en todas las implicaciones que conlleva su producción y su consumo. Sin embargo, en el caso concreto de la explotación de la materia de origen animal, omnipresente en muchos objetos cotidianos, “ha contribuido significativamente al cambio climático, la extinción de especies y la destrucción de hábitats”.

El potencial de la materia vegetal en el diseño o la arquitectura, un valor en alza
Por ejemplo, en 1977, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) prohibió el comercio del carey al considerarlo una clara amenaza para la supervivencia de la tortuga carey, y en 1989 el comercio internacional del marfil. Sin ahondar en su efectividad “real”, estas medidas no solo responden a cuestiones éticas, también a la necesidad de “armonizar las necesidades humanas con el respeto hacia todas las formas de vida”.
Microorganismos, minerales y huella tecnológica
Integrar microorganismos, como los hongos, las algas o las bacterias en el campo del diseño, y de paso fomentar los vínculos entre las ciencias, la arquitectura y el diseño; reflexionar sobre el impacto de la sobreexplotación histórica de los recursos minerales en la cultura, la economía y la política; analizar la huella de la revolución digital y la industria tecnológica; o explorar la evolución de las estructuras técnicas y sociales y de los patrones tecnológicos a lo largo de cinco siglos son otras de las cuestiones que aborda 'Matter Matters. Diseñar con el mundo'.

Los hábitos de consumo deben cambiar hacia un consumo más razonable
La muestra del DHub finaliza con Strata Incognita, una película documental de Grandeza Studio + Locument, que invita al público a imaginar formas alternativas de relacionarnos con los suelos como parte de una geografía a la que estamos vital y culturalmente vinculados.