El dramaturgo Carlos Be / ILDE SANDRIN

El dramaturgo Carlos Be / ILDE SANDRIN

Creación

Carlos Be: "Los jóvenes tienen mayor libertad, que comporta responsabilidad y lucha por mantenerla"

El dramaturgo catalán estrena en el Círculo de Bellas Artes una versión actualizada del clásico 'Guerra y paz'

16 enero, 2023 00:00

La Fundación Teatro Joven sigue con su iniciativa de recuperar clásicos y traerlos a la actualidad. Lo hace a través de la compañía La joven que esta vez cuenta con el libreto del catalán Carlos Be para adaptar Guerra y paz y llevarlo al escenario del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

El de Vilanova i la Geltrú ha reducido la legendaria obra de Tolstoi y con un arduo trabajo la ha reducido a 70 páginas y ha situado la escena en medio de un congreso de juventudes organizado por el Parlamento Europeo. En este panorama y ante la amenaza de una guerra y tras un atentado terrorista.

Amor sin paz

Con este punto de partida, el dramaturgo aprovecha para reflexionar sobre el papel de la información, los peligros, amenazas y responsabilidad de la libertad de expresión, de movimiento e incluso de lo que entendemos como Estado de derecho y bienestar. ¿Y el amor?

Be se aleja del amor romántico del que habla el autor ruso y habla de ese cariño al prójimo, esa voluntad de querer una democracia sana. Aunque en este War & Love todo se pone en cuestión.

Fotos de escena de 'War & Love' / ILDE SANDRIN

Fotos de escena de 'War & Love' / ILDE SANDRIN

--Pregunta: ¿En qué momento nace la idea de hacer esta particular versión de ‘Guerra y paz’?

--Respuesta: Empezamos a hablar con José Luis Avellano hace dos años sobre trabajar juntos y apareció esta posibilidad. La joven siempre parte de clásicos para hacer versiones muy libres y contemporáneas. Queríamos hablar de la situación de los jóvenes frente a Europa, las diferencias entre Oriente y Occidente y el auge de la ultraderecha en el continente. Planteamos a hacer una posible distopia donde la guerra afectara a Europa y, de repente, pasó lo de Ucrania. Eso nos dio un espaldarazo, pero también hemos tenido que ajustar la trama.

--¿En qué consiste, entonces?

--Trata de unos jóvenes que hacen carrera política y quieren trabajar en el Parlamento Europeo. Y estalla una guerra en el continente, no en Ucrania. Cogemos el clásico de Tolstoi, le dimos muchas vueltas a las 1.600 páginas y las dejamos en 70. De los 500 personajes los reducimos a siete que cumplen papeles, funciones y maneras de pensar distintas y cómo se relacionan. Unos son historiadores, un artista, un filósofo, un periodista y vemos cómo abordan el futuro de Europa desde sus conocimientos y pasiones en función también de qué país viene. Ese sería el punto de partida.

--Allí estallan las discusiones.

--Queríamos entrar en esta especie de élite europea que se reúnen en un encuentro de juventudes políticas llamada Manifesta y todos quieren aportar algo a Europa, pero todas sus visiones son diferentes.

El dramaturgo Carlos Be / ILDE SANDRIN

El dramaturgo Carlos Be / ILDE SANDRIN

--¿Y son visiones pesimistas como parece o simplemente chocan con la realidad?

--No son pesimistas. Hemos renunciado a la paz y la hemos convertido en una guerra en estado de hibernación. Hay personajes más ambiciosos y más proguerra y que creen que es la guerra lo que hace avanzar la humanidad, otros confían más en el cambio para mejor y ellos son la esperanza, creen que son la herramienta del cambio. Y otro asunto es la libertad. Los jóvenes ahora tienen mayor libertad, pero no es un regalo sino una gran responsabilidad y hay que luchar por mantenerla.

--De hecho cada vez parece más obvio que no está garantizada.

--Exacto. El personaje de Edgar, más idealista asegura que tiene derechos fundamentales y su compañero le responde: “hasta que te los quitan”. Y eso es lo que ha pasado en Ucrania. No te pueden obligar a ir a una guerra, hasta que sucede. Declaran un estado de excepción y allí tus derechos quedan al servicio de la nación o de otros poderes. Y así, el personaje filósofo y pacifista no sabe donde queda en medio de un escenario bélico. ¿Hasta donde sirven las ideas de paz en un escenario bélico en el que te pueden pegar un tiro?, se plantea. ¿Hasta qué punto se pueden mantener las convicciones, la esperanza, los principios en un Estado llevado al límite en el que se enfrentan hermanos contra hermanos?

--¿La obra abre más preguntas que dar esperanzas?

--Lo hemos planteado como un thriller. Es un teatro de acción en el que a los personajes le pasan muchas cosas y son llevados al limiten. Y más allá de ver cómo son llevados al límite, te pasa el relevo y te dice que lo que pase con tu vida está en tu mano y has de decidir. Prevalece la esperanza, eso sí. Y hemos cambiado la paz de Tolstoi por el amor y la esperanza a poder cambiar las cosas y el amor.

El dramaturgo Carlos Be / ILDE SANDRIN

El dramaturgo Carlos Be / ILDE SANDRIN

--De hecho en el libreto asegura que “el amor puede cambiar las cosas”, ¿lo ve así?

--Yo creo que sí y lo intentamos demostrar. Alguien tiene que enfrentarse a la guerra. Es un amor no romántico sino al prójimo, de comunidad que habla de equidad, respeto, a una Europa sin fronteras que ahora salta por los aires. Lo que nos enfrenta a la guerra es este deseo de comulgar juntos. ¿Pero qué intereses hay en cada lado? El clásico se pregunta como defender la libertad con la paz y no se puede, porque te arrasan. Encontrar la solución es una gran pregunta.

--¿Cómo ayuda la obra o el teatro a este estado de la situación?

--No inventamos nada nuevo, lo que hacemos es mantener el debate y la reflexión en el escenario. Somos una tarima para manifestar inquietudes y acercarnos a la gente y generar pensamiento y sigamos siendo ciudadanos activos. El texto te anima a militar. Natasha milita en el amor, a favor del prójimo.

--¿Cree en todo caso que el teatro ha de hablar de la actualidad?

--Ha de interpelar al espectador de hoy. Ni hace falta seguir modas o tendencias. A mi me gusta dar voz a los personajes que no lo tienen, las mujeres maltratadas, los políticos que creen en la esperanza o la política social, personas que piensan en el suicidio.