Las escritoras Tal Nitzan y Dorit Rabinyan junto al poeta Carles Duarte en Festival Séfer Barcelona de literatura hebrea de 2018 / ALEX ZSARFER

Las escritoras Tal Nitzan y Dorit Rabinyan junto al poeta Carles Duarte en Festival Séfer Barcelona de literatura hebrea de 2018 / ALEX ZSARFER

Creación

Los festivales de cultura hebrea en Barcelona escapan del control 'indepe'

El nacionalismo más hiperventilado sospecha de los prohombres del judaísmo en Cataluña por su escasa afiliación política y su notable peso en la Ciudad Condal

19 septiembre, 2019 00:00

La polarización política que se vive en Cataluña ha provocado que festivales de carácter cultural sean sometidos al escrutinio nacionalista, con el señalamiento a aquellos prohombres del judaísmo sospechosos de no comulgar con el movimiento independentista, pero que sin duda han contribuido a difundir la cultura hebrea en Barcelona y a potenciar la diversidad y oferta literaria y cinematográfica de la ciudad.

Uno de los colectivos que suscita las críticas de los independentistas más irredentos es el Séfer Barcelona, el festival de libros de cultura judía organizado por el colectivo Amigos de Mozaika y que se celebra este 19 y 20 de septiembre, y el del Festival de Cine Judío de Barcelona, que empezó el pasado 12 y finaliza el próximo. 

Cultura y política

Pese a que son festivales arraigados en la ciudad desde hace mucho tiempo, y que cuentan cada vez con más éxito de público, la coyuntura actual que obliga a muchas entidades a posicionarse. Los colaboradores de peso que dan cobertura al evento han entrado a formar parte de la lupa de la selva digital y de algunos medios y figuras destacadas dentro del entorno más unilateralista del nacionalismo. 

Colaboradores de Séfer Barcelona señalados en las redes

Colaboradores de Séfer Barcelona señalados en las redes

Algunos de estos prohombres y profesionales del mundo de la cultura que colaboran en el evento son el cónsul honorario de Israel en Cataluña, José Antonio Sánchez Molina. Su nombre apareció durante el desafío independentista por ser una suerte de asesor legal de ERC y uno de los hombres que hacía de puente entre Oriol Junqueras y Soraya Sáenz de Santamaría durante la llamada Operación Diálogo, relativa a reactivar el diálogo entre el Ejecutivo de Rajoy y el Govern. Su cadena hotelera Sánchez Molina Hoteles aparece como colaboradora de Séfer Barcelona.

La elección de este abogado como cónsul de Israel en la Ciudad Condal incomodó a una parte del nacionalismo, también en el entorno del expresidente de la Generalitat, Artur Mas, que se esforzaba por mantener buenos contactos con la comunidad judía en el inicio de su plan rupturista para lograr algún apoyo internacional.

Editoriales y bilingüismo

El uso de la lengua castellana en el programa informativo de la edición de este año también ha sido motivo de crítica. Aunque tanto Séfer Barcelona como el Festival de Cinema Jueu de Barcelona reciben ayuda de entidades u organismos muy transversales, y también cuentan con la colaboración del Departamento de Cultura de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, sus críticos se fijan en aquellas entidades que no han demostrado una afiliación política de signo independentista.

El Club Editor, editorial gestionada por Maria Bohigas --nieta del escritor Joan Sales-- y Arnau Pons, también ha sido puesto en el foco del nacionalismo. Se trata de una casa editorial independiente que siempre ha sido discreta y no se ha posicionado políticamente. Pons es poeta, traductor y uno de los mayores expertos en la obra del escritor judío Paul Celan. Es uno de los que se encarga de la programación del Séfer BCN y tampoco ha podido evitar el señalamiento. 

El nivel de paranoia contra estos prohombres y entidades que se limitan a prestar su colaboración en estos dos eventos de estricto contenido cultural también ha salpicado a la Fundación Paideia --colaboradora y con sede en Suecia--, a la que en portales de extrema derecha con tintes antisemitas le atribuyen el objetivo de querer asumir el liderazgo de la Unión Europea. Todo vale para que esta parte del nacionalismo más hiperventilado, muy crítico con ERC y JxCat, pueda enrocarse en el discurso de la "renuncia a la independencia de la clase dirigente" y de la "vuelta al autonomismo" de la mano de los poderes fácticos.