La planta desalinizadora de Tordera, que manda por primera vez agua a la ciudad de Barcelona por la sequía / ACA

La planta desalinizadora de Tordera, que manda por primera vez agua a la ciudad de Barcelona por la sequía / ACA

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Barcelona recibe por primera vez agua de Tordera por la sequía

El conjunto de los embalses catalanes están al 48% de su capacidad y las dos desalinizadoras con las que cuenta Cataluña funcionan al 70%

3 diciembre, 2017 00:00

La sequía que vive el país ha provocado que por primera vez la ciudad de Barcelona reciba agua de la desalinizadora de Tordera. Una infraestructura que se inauguró en 2002, se amplió fruto de la escasez de agua que vivió Cataluña entre 2007 y 2008 y que tres años más tarde se adaptó de nuevo para mandar parte de los recursos hacia el área de la capital catalana a través de la planta potabilizadora de Cardedeu, indican desde la Agencia Catalana del Agua (ACA).

Sus recursos van a parar de forma habitual a los municipios del alto Maresme y de la zona sur de la comarca de la Selva, en la frontera de las provincias de Barcelona y de Girona. Pero ahora solo llega a esta zona la mitad del agua que desala, el otro 50% se destina a cubrir las necesidades de la capital catalana y sus municipios de influencia.

Producción de las desalinizadoras

La empresa pública dirigida por Jordi Augstí indica que actualmente esta planta está al 75% de su capacidad y la desalinizadora del Llobregat, situada en el sur de Barcelona, funciona al 70%. Señalan que aún existe margen para incrementar su producción en el caso de que persista la escasez de lluvia.

De esta forma, los responsables de la red de agua en alta de Cataluña --Aigües Ter Llobregat (ATLL), cuya gestión está a la espera de una resolución del Tribunal Supremo-- se ahorran obtener de los pantanos del sistema Ter-Llobregat unos 50hm3. Cabe tener en cuenta que la sequía ha provocado que estén al 50% de su capacidad.

Estado de las cuencas internas

Concretamente, el sistema Ter es el que más sufre y está al 48% con la cuenca de Darnius-Boadella al 37% de su capacidad. Los embalses del Cardener y del Llobregat llegan al 53% de su capacidad, con el de Sant Ponç (Cardener) en la cabeza de Cataluña al 89%.

Más alarmante es la situación del sistema Siurana-Riudecanyes, ya que en estos momentos está al 14%. Suele ser de los que arroja unos datos más negativos, ya que hace tan sólo un año registraba el 28% de su capacidad en un momento en el que la sequía no estaba en las preocupaciones del orden del día. Ahora, Siurana sólo llega al 13% de su máximo y Riudecanyes al 19%. En 2016 estaban al 29% y al 27% de su capacidad, respectivamente.

Cataluña tiene un embalse que no está integrado en ninguno de los macrosistemas que abastecen de agua en alta el país. Se trata del de Foix, que está al 91% de su capacidad.

Plan especial de sequía para primavera

Ante la escasez de agua en todo el territorio se ha reforzado la producción de las desalinizadoras. El ACA indica que se hace un seguimiento diario de la situación, ya que por ahora se está en la fase de pre-alerta a diferencia de otras regiones de España en las que la escasez de agua ha hecho estragos. 

Se espera que tras las elecciones del próximo 21 de diciembre se agilice la creación del plan especial de sequía, cuya gestión no se culminó en la pasada legislatura. Indican que esa sería la guía marco que se usaría en el caso de entrar en fase de alerta, que la Generalitat activa cuando los embalses del sistema Ter-Llobregat llegan al 34% de su capacidad.

Datos mejores que en 2007

En el último episodio de escasez de agua en Cataluña, el que se registró entre 2007 y 2008 y llegó a cortes puntuales en municipios, las cuencas internas de la región habían bajado al 29,4% en este periodo del ejercicio. Actualmente se disponen de unos 122 hm3 más provenientes de la desalinizador, la recuperación de captaciones que no se usan y en la mejora de tratamientos de potabilización.

Si la sequía fuera a más, la agencia pública indica que existiría incluso otra opción para mejorar los recursos disponibles. Se podría aportar agua regenerada del tramo final del Llobregat para incrementar el caudal del río y disponer de más agua para ser potabilizada.