Roger Pallarols, presidente del Gremio de Restauración de Barcelona. Restauradores / GR

Roger Pallarols, presidente del Gremio de Restauración de Barcelona. Restauradores / GR

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Roger Pallarols: "Cien restaurantes sufrieron daños durante los disturbios"

El Gremio de Restauración de Barcelona analiza una semana y media de "fallido" del sector por la violencia; y envía deberes al ayuntamiento: "Negocien el alza de la tasa de terrazas"

25 octubre, 2019 00:00

Días frenéticos en el Gremio de Restauración de Barcelona. La organización empresarial se afana en dar apoyo y cobertura a los negocios afectados por los disturbios causados por independentistas radicales la pasada semana. Cuenta los daños, que son "millonarios", y trabaja para relanzar el sector. Topa, cuenta su presidente, Roger Pallarols, con una "preocupación" inmediata: el alza de la tasa de terrazas, que se votará hoy en el pleno municipal de Barcelona. La propuesta contempla una subida de hasta el 500%. ¿Su receta? "Detener este borrador y negociar el incremento antes de la aprobación final". Lo explica en conversación con este medio.

Disturbios en Barcelona / CG

-¿Tienen ya una recuento de daños causados por los disturbios?

-Primero de todo, reiterar nuestra máxima preocupación. Por la imagen transmitida, que no se corresponde con la de un destino que es un ejemplo de seguridad. Por ello estamos preocupados. Por los actos vandálicos con un grado de violencia tan elevado y tan impropio de la ciudad. Barcelona no merece estos actos protagonizados por los delincuentes. Se impone una condena por parte de todos, empezando por los estamentos públicos. También el reconocimiento a la labor de los Mossos d'Esquadra y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que se dejaron literalmente la piel para preservar el orden y la seguridad colectiva en Barcelona.

-¿Qué impacto dejó la violencia en la restauración?

-Uno muy negativo. Tanto en la semana de las algaradas como esta semana, aunque con diferencias. La pasada se equipara a un funcionamiento fallido de los restaurantes. En las zonas de los disturbios se cerró por seguridad de la instalación, los propios trabajadores y clientes. Pero hubo un efecto contagio en el resto de la ciudad. Se registran caídas de la facturación y el consumo de más del 60%. Por lo tanto, cero operatividad en unos espacios y caídas en otros. La aportación de la restauración fue, pues, cero.

-¿Encajaron anulaciones?

-Las hubo, sí. Todo indica que como mínimo hasta la fecha hemos superado la situación de graves disturbios, y esperamos que continúe así, pero la incertidumbre sobre si habrá más disturbios se traduce en un consumo mucho menor de lo habitual. Las reservas se producen con mucha precaución. Es una situación muy difícil para el conjunto de la restauración, de la economía y para la ciudad en general.

-Venimos de veranos con fuertes sacudidas.

-Los disturbios llegan tras tres temporadas de verano, o dos años, en los que la restauración no funciona al ritmo al que estábamos acostumbrados. Desde los atentados de 2017 se suceden una serie de acontecimientos, un conflicto político también, que ha generado un clima contrario al que necesitan los actores económicos para operar. Los actores económicos necesitan tranquilidad y seguridad para hacer su función, que no es otra que crear riqueza y generar empleo. Ello exige poca conflictividad política y social. Y que cese la violencia, por supuesto.

-¿Qué mensaje público les gustaría enviar?

-Una llamada a la calma. Calma para no dañar el prestigio de la ciudad a nivel internacional. Y, al contrario, es exigible, y así se lo transmitimos a la alcaldesa, diseñar un plan ambicioso con actores públicos y privados que tenga un doble objetivo. Relanzar, reimpulsar, los motores económicos, entre ellos la restauración, que hace tiempo que muestran síntomas de debilidad. Y reposicionar o corregir las lesiones de la Marca Barcelona a nivel internacional. Operamos en un mercado muy competitivo donde la rivalidad es feroz. Es momento de trabajar con esos dos objetivos en mente. Y emplazamos a todos, Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento, a trabajar con un sector estratégico como la restauración.

Un joven pasea con su bicicleta, en Barcelona, junto a las barricadas en llamas de una manifestación independentista / C.G.

Un joven pasea con su bicicleta, en Barcelona, junto a las barricadas en llamas de una manifestación independentista / C.G.

-¿Qué factura de los disturbios pagarán los restauradores?

-Ya tenemos contabilizados más de 100 establecimientos que sufrieron daños en sus terrazas. El coste directo son 700.000 euros. El mobiliario de los establecimientos sirvió lamentablemente para encender hogueras o enfrentarse a la policía. Por este motivo, como sector instamos al Ayuntamiento a ejercer la acusación particular en los procesos penales contra los protagonistas de los actos violentos. Los daños fueron sobre la economía, la convivencia y la imagen de la ciudad: habrá pérdidas millonarias cuanto se cuantifiquen globalmente.

-¿Se han sentido arropados por el Ayuntamiento?

-Ayuntamiento debería ponerse en plural: los ayuntamientos. Porque tuvimos contacto permanente con los cargos socialistas del gobierno municipal. No con los cargos de los comunes, que no nos vieron hasta la reunión del lunes con los agentes económicos. Presidió la propia alcaldesa Ada Colau; yo le pedí que en sus manifestaciones públicas, porque lo había echado de menos, referencias al daño sobre la economía y la restauración. También le dije que no era momento, cuando no se sabe si ha cesado por completo la violencia, cuestionar las muchas actuaciones policiales que se han producido estos días.

--Faltó apoyo, pues.

-El apoyo se demuestra con hechos. En la reunión del lunes se mostró complicidad con el tejido económico, y yo se lo agradecí. Pero me pareció contradictorio que, ese mismo día por la tarde, se iniciara la tramitación de la actualización de las ordenanzas fiscales que en algunos casos significarán una alza del 400 o 500% de las tasas de las terrazas de la ciudad. Esto es lo contrario de lo que necesita el sector. No solo por estos días, sino por años de funcionamiento inadecuado.

-Las ordenanzas van hoy viernes al pleno. Ustedes las han descrito como 'confiscatorias'

-Es que es una política confiscatoria y abusiva. La administración debería promover que la actividad económica desempeñe su actividad. Y genere riqueza y puestos de trabajo. Por este motivo digo que el apoyo se demuestra con hechos.

-¿Qué pasó tras la reunión?

-Que no hubo comparecencia conjunta [con la alcaldesa] porque nosotros nos desmarcamos. Ya que esa misma tarde se inició la tramitación de las ordenanzas. Lo veíamos contradictorio: no se estaba apoyando una economía que muestra síntomas de debilidad. ¿Ejemplos? En julio de este año hubo un pequeño decrecimiento de la restauración. Es inédito que la restauración no cree empleo en temporada alta. Acredita debilidad y demuestra que hay que hacer exactamente lo contrario de lo que está haciendo el Ayuntamiento ahora y lo que hizo en los cuatro años anteriores.

-¿Cuál es su desiderátum para el Ayuntamiento con la restauración?

-Se impone una enmienda a la totalidad a la política antiempática de Ada Colau con los actores económicos y con la restauración. Un sector que sufre una persecución sin precedentes. Sin racionalidad si se piensa en el interés de la ciudad. ¡Se persigue a los barceloneses! Esto no es aceptable cuando ya arrastramos dificultades desde hace tiempo y tras una semana trágica. Hay que rectificar las políticas erráticas que ha seguido el Ayuntamiento de Barcelona en los últimos cuatro años con la restauración.

-Respecto al pleno de hoy, ¿ve espacio para negociar el alza de tasas?

-La aprobación, si la hay, será inicial. Quedará un trámite: la aprobación final. Pero han pasado dos cosas ya. Una, que el gobierno municipal ha dado signos de rectificación. De negociar con el sector. Vaya por delante que nosotros no nos oponemos a la actualización de las tasas. Pero hay que hacerlo en términos razonables. Y subirlas un 200, 300 o 500% no lo es. Piense en un hogar. Un incremento de alquiler de esta magnitud está fuera de toda lógica y toda razón.  Pues es lo mismo. Ante ello, el gobierno ya ha dado muestras de rectificar.

Una terraza en la avenida Gaudí de Barcelopna / CG

Una terraza en la avenida Gaudí de Barcelopna / CG

-Ustedes alertaron de que peligra hasta el precio de un café.

-Es que la actualización, tal y como está planteada, pone en peligro la restauración. Es por ello me me parecería positivo que los partidos de la oposición impidieran la aprobación hasta que algunas cosas se pacten y estén claras, razonadas y formuladas tal y como sería exigible. Nosotros hablaremos con todos los grupos, incluido el gobierno si lo desea, para buscar un equilibrio. Cabe recordar que las tasas no se han actualizado, pero no es culpa del sector. Ha sido el Ayuntamiento quien no lo ha hecho.

-¿Qué riesgo hay para el consumidor?

-Repercusiones sobre el precio de lo que consumen los clientes, a corto plazo. Y, a largo, retirar las peticiones de poner un velador en la calle. Y en el campo del consistorio, aquello de querer recaudar más y acabar teniendo menos por el descenso del número de terrazas en la calle. También me gustaría recordar que la propuesta de actualización contiene otros incrementos de gravámenes. Los actores económicos necesitamos explicaciones. Se nos dijo que el ayuntamiento tenía suficiencia económica.

-¿No la tenía?

-Parece que la suficiencia que se nos trasladó no es tal. Porque aparece una urgencia que no se nos transmitía de aumentar de forma drástica los ingresos del ayuntamiento. Y eso es contradictorio con la imagen de suficiencia que se nos dio durante años. Una imagen que daba tranquilidad a los actores económicos y a los ciudadanos. Por eso pedimos una explicación. ¿Qué pasó con las finanzas municipales durante cuatro años?¿Por qué esa necesidad de aumentar recursos municipales no se verbalizó en campaña electoral?.

-El Ayuntamiento defiende que otras ciudades venden más caro.

-Otras ciudades no tienen nada que ver con nosotros. Los modelos fiscales y tributarios difieren mucho en Europa. No tiene sentido comparar lo que paga una terraza en Roma con Barcelona y decir que en la capital italiana se paga más. Es engañar a la gente. Una comparación rigurosa sería la de Barcelona con Girona, Lleida o Madrid. Son otras ciudades que tienen el mismo sistema tributario, las familias tienen similar poder adquisitivo o precios por metro cuadrado equivalentes.

-Precisamente, el metro cuadrado ha subido y las tasas de las ordenanzas, no.

-Es que esto nos lleva a otro de los motivos para oponerse a esta actualización. El precio por metro cuadrado de zona, ¿quiere decir que el Ayuntamiento entra de lleno en la especulación? Lo hará. ¿Es su labor? Hay dudas. Y, por otro lado, lo critica cuando lo hacen actores privados con el espacio público. Que explique si pretende agigantar la burbuja inmobiliaria. Porque ello iría en detrimento de las actividades económicas de la ciudad. Hay pues dudas económicas, políticas y éticas. Por ello trataremos de hablar con todos los grupos políticos para hacerles ver la falta de idoneidad de esta medida. Y, por otro lado, nosotros hemos empezado a analizar la legalidad de esta medida. Sobre aumentos de estas características pende la sospecha de constituir alzas confiscatorias prohibidas. Hay dudas serias sobre su legalidad. Se impone pues el pacto y la posición razonable. También el gobierno municipal, por boca de la concejal Montserrat Ballarín y el primer teniente de alcalde [Jaume Collboni], han dicho que esto es una propuesta descontextualizada y que se pactará con el sector. Esperemos que no sea retórica y sean hechos.