Pep Valls (Evvo Retail), junto a una maqueta del SuperLab, el supermercado del futuro / CG

Pep Valls (Evvo Retail), junto a una maqueta del SuperLab, el supermercado del futuro / CG

Business

Pantallas y pocos productos en los ‘supers’ del futuro

El SuperLab es una propuesta que repiensa los establecimientos de cara a personalizar la oferta a cada consumidor

4 julio, 2018 14:01

El SuperLab es un espacio lleno de tecnología pero con pocos productos. Se trata del supermercado del futuro, tal como lo han bautizado sus creadores, Evvo Retail, una empresa dedicada a la innovación en el punto de venta. Las novedades son varias: desde el propio espacio hasta la experiencia de hacer la compra. De momento, es un prototipo, una propuesta que le da una vuelta a los supermercados tradicionales

Se trata de un modelo híbrido, que combina la venta online con la física. “Ahora, los supermercados son almacenes de productos con personas; te ofrecen muchos que nunca comprarás”, indica Pep Valls, coordinador y creativo de Evvo Retail. Ésta es una de las cuestiones que los llevó a replantearse el modelo, como también que “cuesta hacer la compra tanto por internet como presencialmente”. La propuesta se basa en tres conceptos: atención personalizada, tecnología y compra ética.

De momento, no se construirá ningún SuperLab. “La tecnología existe y el plan está definido, pero es un proyecto evolutivo”, indica Valls. Sí se introducirán pequeños cambios en las nuevas tiendes de sus clientes, entre los que se encuentran Spar y Punt Fresc. La modernización de un sector anclado en el pasado no es fácil.  

La experiencia de compra

Al llegar, un punto de información acoge al cliente y lo guía en su compra. Éste, debería identificarse en una de las pantallas disponibles para que la experiencia de la compra sea lo más personalizada posible, que no se ofrezcan productos que no le interesan. El segundo paso es también de atención personalizada, en el que la interacción con los empleados del establecimiento juega un papel muy importante.

Muestra de cómo sería el SuperLab, el supermercado del futuro / CG

Muestra de cómo sería el SuperLab, el supermercado del futuro / CG

Muestra de cómo sería el SuperLab, el supermercado del futuro / CG

Después, está la zona más próxima a los supermercados tradicionales: la zona de frescos y menús preparados. Ésta última ofrece platos para los que el personal del SuperLab prepara los productos necesarios y los incluye en la compra. El último paso es el de logística. No hay que cargar la compra, sino que ésta ya está preparada tras el pago para llevarla a casa o que se envíe.

El objetivo no es disminuir el tiempo que dedican los ciudadanos a hacer la compra. “No tenemos tiempo de ir a comprar porque tenemos interiorizado que es una experiencia desagradable”, asegura Valls. El SuperLab incluye un espacio de café-restaurante para amenizar la compra y un take away cuyos productos pueden consumirse en el recinto.

Productos frescos y ‘gourmet’

En el SuperLab, los productos desaparecen; de hecho, Valls considera que “no debería haber productos en el punto de venta”. Los carros solo tienen la función de transportar los alimentos que se encuentran en la tienda física. Una vez terminada, se deja en un punto del establecimiento y el personal se hace cargo de prepararlo todo.

Muestra de la zona de productos frescos del SuperLab, el supermercado del futuro / CG

Muestra de la zona de productos frescos del SuperLab, el supermercado del futuro / CG

Muestra de la zona de productos frescos del SuperLab, el supermercado del futuro / CG

De momento, han mantenido algunos rasgos del supermercado tradicional, como es la presencia de algunos productos, los frescos (frutas, verduras, carne, etc) y los gourmet (como los vinos). Junto a ellos, grandes pantallas están disponibles para que el cliente elija el resto. En ellas, cada consumidor verá solo los artículos que le pueden interesar.

Un modelo sostenible

Todo ello tiene vocación de ganar sostenibilidad en todos los sentidos. Por una parte, se eliminaría el stock excesivo, por lo que se evitaría el derroche de comida en los supermercados actuales. Los envases también desaparecen. Un invernadero en el exterior permite que los clientes puedan adquirir directamente del huerto algunos alimentos.

Porcelanosa también ha participado en el proyecto y, tal como ha explicado uno de sus responsables, Alejandro Felis, ha designado materiales econlógicos para el edificio.