Abantia pierde 39 millones en dos años
El grupo Abantia, de ingeniería aplicada, construcciones e instalaciones eléctricas, con sede en Sant Boi de Llobregat, prevé cerrar este año con un volumen de negocio del orden de 200 millones de euros, levemente superior al de 2014, que, a su vez, representó un crecimiento del 6,5%.
Semejante cota aún está 100 millones por debajo de la correspondiente a 2008, cuando la casa registró su récord de ingresos.
Veinte empresas
Abantia es un conglomerado formado por una veintena de empresas, entre ellas media docena de filiales actuantes en otros tantos países Iberoamericanos, más una en Qatar. Durante los dos últimos ejercicios, el grupo atravesó graves problemas de rentabilidad que le colocaron contra las cuerdas.
En 2013 declaró una pérdida consolidada de 7,2 millones. Y en 2014 el déficit se disparó hasta los 31,7 millones, justo cuando el grupo celebraba su 70 aniversario. Este aluvión de quebrantos ha situado los fondos propios en números rojos, por importe de casi 9 millones.
72 millones de deuda
Abantia refinanció su pasivo bancario en 2014 y ha vuelto a hacerlo en el presente año. Las deudas con las entidades suman 72 millones.
El consejo de la firma está encabezado por Francisco Boada Pallerés, hijo de Claudio Boada Vilallonga, ex presidente de Banco Hispano Americano, del INI, del INH y de Ford, entre otros muchos cargos relevantes.
Un paso atrás
Hace un par de meses, Boada se vio forzado a dejar las funciones ejecutivas en Abantia y se designó consejero delegado a Andreu Puig, ex directivo de Henkel y Agrolimen. El aterrizaje de éste coincidió con el inicio de un expediente de regulación de empleo, que afectó a 141 de los 2.240 empleados que integran el grupo.
Abantia está controlada casi por mitad por las familias Boada y Gummá. Esta última tiene a la venta su paquete desde hace medio año. Dada la situación de la compañía, con patrimonio neto negativo, el valor que alcanza el lote es perfectamente descriptible.