
Wayne Griffiths, consejero delegado de Seat
Griffiths insiste: los aranceles de la UE al Cupra fabricado en China comprometen 1.500 empleos en Martorell
El ejecutivo asegura que si la marca debe renunciar a producir el modelo Tavascan en el gigante asiático, la planta de Martorell se expone a perder hasta 1.500 empleos
Más información: Seat acabó 2024 con 481.000 vehículos producidos en Martorell, un 8,5% más
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Los problemas financieros que Seat está afrontando por la fabricación del modelo eléctrico de Cupra en China amenazan no sólo al futuro de la marca sino también al de la propia compañía. Su presidente y consejero delegado, Wayne Griffiths, ha encendido las alarmas sobre los efectos que tendría renunciar a la producción del Cupra Tavascan en el gigante asiático, como consecuencia de los elevados aranceles impuestos por la Unión Europea.
Entre ellos, el recorte de actividad que debería aplicar Seat en la planta de Martorell, que comprometería el futuro de hasta 1.500 empleos. En plena batalla comercial en todo el planeta, el ejecutivo se muestra preocupado por los peligros que esta situación entraña para una marca "tan joven y con tan pocos modelos" como Cupra.
En una entrevista concedida a Efe, Griffiths ha explicado que los aranceles de importación del Tavascan a territorio de la UE han escalado hasta el 30,7%. "Si no podemos soportar esas pérdidas más tiempo tendremos que parar la producción", ha apuntado para después añadir que el siguiente paso sería reducir la fabricación de vehículos de combustión en Martorell en aras a cumplir con las normativas medioambientales.
De este modo, dejar de producir el Cupra Tavascan en China compromete realmente el futuro del grupo Seat. Hasta el punto de que Griffiths asegura que el impacto financiero en las cuentas de la compañía que están causando estos aranceles al Tavascan no se puede "soportar ni un mes más".

Sede de Cupra y Seat en Martorell
El ejecutivo cree que las conversaciones con Bruselas van "en la buena dirección", porque ve "voluntad de encontrar una solución". En este sentido, Griffiths considera que Cupra es daño colateral de la guerra comercial entre la UE y China dado que "no somos una marca china, no producimos coches baratos ni hacemos 'dumping'".
El presidente de Seat ha aclarado que la tecnología empleada para la fabricación del Cupra Tavascan procede de Europa y que la planta situada en China pertenece a Volkswagen, propietario del fabricante español.
Objetivo, EEUU
"Ahora toca encontrar el mecanismo legislativo y estamos en discusión con Bruselas para encontrar una solución con urgencia", ha afirmado un Griffiths que parece dispuesto a desafiar las tensiones comerciales para llevar a cabo sus planes de que Cupra desembarque en EEUU en los próximos años.
Implicado de lleno también en la batalla arancelaria, el mercado norteamericano se antoja actualmente como un destino hostil. A pesar de ello, el presidente de Seat no renuncia a que la marca nacida en Barcelona venda automóviles en EEUU antes del fin de la década.

El presidente de EEUU, Donald Trump, en una imagen reciente / EP
No obstante, se ha mostrado consciente de que para cumplir la meta, Cupra deberá "crear valor" en este mercado. De este modo, esquivará riesgos como los arancelerios y también los relacionados con los tipos de cambio.
Pese a admitir que la situación "se ha complicado un poco" por la agresiva política proteccionista de la Administración Trump, Griffiths está decidido a seguir adelante con el desafío.
Eso sí, considera que el desembarco deberá llevarse a cabo al menos con dos modelos: uno ya existente para introducir en el mercado; y otro totalmente nuevo y enfocado a las necesidades y preferencia del cliente local, aunque deberá también servir para exportar a otras plazas.