Publicada

El frontal rechazo del consejo de administración y del comité de transacciones de Grífols a la intención del fondo Brookfield de lanzar una OPA a 10,5 euros por acción no ha hecho que el mercado descarte la operación. Antes al contrario, los inversores apuestan por que, si finalmente hay oferta, será en este entorno de precio y con ciertos visos de éxito.

Tras la tempestad de los dos primeros días de la semana, con múltiples informaciones en prensa y cruce de comunicados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la calma ha llegado hasta los títulos del productor de hemoderivados. 

Éstos se han establecido en un entorno muy próximo al de la referencia de precio indicado por el fondo canadiense, del que apenas se han apartado. De hecho, la diferencia entre el máximo y el mínimo intradía ha sido inferior al 2%, apenas 18 céntimos en términos absolutos.

El contraste es notable con el dato comparable de las dos jornadas precedentes, con proporciones que se situaron entre el 5,3% y el 8%. También el volumen de contratación volvió a las proximidades de la medida de los tres últimos meses. En concreto, Grífols movió 1,4 millones de acciones, frente a una media trimestral de 1,53 millones. Esta última se multiplicó casi por tres en la sesión del martes. 

La cotización de Grifols durante una sesión de los últimos días / EP

En una sesión que el Ibex 35 cerró con un tono prácticamente plano, Grífols avanzó un 1,21% para acercarse mucho al precio que baraja Brookfield para la oferta. Exactamente, cerró en 10,465, muy cerca de su máximo intradía, que no llegó a superar la referencia del fondo canadiense (se quedó en 10,495).

"Resulta paradójico que la valoración que los inversores tienen de Grífols coincida de manera tan precisa con la cantidad que Brookfield parece estar dispuesto a ofrecer", apunta un operador bursátil, para añadir que "más bien se trata de una mimetización con el precio indicativo para una potencial oferta dado que se considera probable que, finalmente, vaya a llevarse a cabo".

Ni mejora ni retirada 

Entre los analistas se considera que la acción de Grífols debería superar con cierta holgura la cota de 10,5 euros, en el caso de sus títulos clase A, en el caso de que los inversores consideraran probable que finalmente fuera a plantearse de manera formal una oferta por encima de esta referencia.

Por el contrario, un retroceso bursátil de Grífols apuntaría a una apuesta mayoritaria por que la OPA no tendrá lugar finalmente; en este caso, las acciones del productor de hemoderivados se ajustarían a la valoración que el mercado tiene de ellas.

"En este último caso, lo más probable es que el precio no coincidiera con el que el valor marcaba en las vísperas de conocerse la intención de Brookfield de negociar una OPA por el 100% junto a la familia Grífols", aclara la citada fuente. 

En el periodo transcurrido desde entonces, la compañía ha presentado sus resultados a cierre de junio y septiembre, que han reflejado numerosos avances, sobre todo en la reducción de la deuda, y han permitido a la farmacéutica ratificar los objetivos para el conjunto del año que facilitó a los inversores en los inicios de éste.

Impacto neutro

En cualquier caso, las opiniones vertidas por el órgano de gobierno y el comité de transacciones de Grífols no han tenido un efecto demasiado palpable, al menos por ahora, en el escenario de una eventual OPA a 10,5 euros por acción. 

Algunos analistas observan que la opinión negativa de estos órganos y su potencial recomendación a los accionistas de no aceptar una oferta a este precio no comporta necesariamente su fracaso, si finalmente fuera planteada en estos términos.

Escenario anómalo

En este sentido, recuerdan que un buen número de accionistas entraron cuando el valor cotizaba notablemente por debajo de los precios actuales. Por entonces, en plena crisis por el informe de Gotham, los oportunistas tomaron posiciones en busca de una operación rápida que les permitiera lograr rentabilidades voluminosas en poco tiempo.

"Para ellos no aplica la recomendación del consejo. La situación de Grífols es muy particular, dado que el mercado ya cuenta con información de una oferta que ni siquiera ha llegado a anunciarse. No deja de ser una cierta anomalía".

Noticias relacionadas