El botín de Blackrock en la OPA al Sabadell: un 7% del nuevo BBVA y 132 millones en efectivo
- La mayor gestora del mundo ha elevado hasta cotas históricas su participación en la banca española tras la compra de GIP y se ha pronunciado recientemente a favor de las fusiones en el sector
- Más información: BBVA propone un pago de 0,29 euros y una acción suya por cada 5,019 del Sabadell
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Blackrock ya es el inversor con mayor exposición a la banca española, pero la OPA hostil de BBVA sobre Banco Sabadell la elevará de forma notable en el caso de que la operación culmine con éxito. En este escenario, la mayor gestora del mundo se consolidará como primer accionista del nuevo BBVA, con aproximadamente el 7% del capital, y además se anotará algo más de 132 millones de euros en efectivo, para redondear el dividendo que acaba de recibir de la entidad que preside Carlos Torres.
Recientemente, la gestora estadounidense ha actualizado sus numerosas participaciones en grandes empresas cotizadas españolas tras hacer efectiva la adquisición del fondo Global Infrastructure Partners (GIP). El ajuste ha elevado hasta máximos históricos las posiciones que Blackrock tenía declaradas en valores como Telefónica, Santander… y también BBVA.
Tras el lanzamiento de la OPA, Blackrock ha sido de los más activos a la hora de reforzar su participación en Banco Sabadell, que hasta esa fecha no era de las más elevadas dentro de la banca española.
Fruto de las compras que ha llevado a cabo desde entonces, Blackrock también se ha convertido en el primer accionista de la entidad que preside Josep Oliu. Este movimiento tendrá como efecto el hecho de que su participación en BBVA apenas se diluirá si finalmente la OPA culmina con éxito y lo más probable es que, incluso, se incremente y supere el 7%, en función del grado de aceptación de la oferta.
Por lo pronto, Blackrock ha ingresado algo más de 110 millones de euros merced al dividendo anunciado recientemente por BBVA, con cargo a los resultados del presente ejercicio, y cuyo abono se ha producido este jueves.
Además, la gestora se embolsará en torno a 20,5 millones de euros adicionales si, como todo parece indicar, acude a la OPA con el total de su participación en Banco Sabadell.
Ajuste por dividendos
Este cobro adicional se debe a que BBVA procedió a ajustar la contraprestación a los accionistas de Banco Sabadell como consecuencia del pago de dividendos por parte de ambas entidades, tal y como explicó en el anuncio de la OPA, emitido hace algo más de cinco meses.
En virtud de ese ajuste, la ecuación de canje se modificó desde la anterior de 4,83 acciones del Sabadell por cada título de BBVA (de nueva emisión, procedente de la ampliación que aprobó en junta el pasado julio y que ejecutará si la OPA tiene éxito) a la actual, de 5,0196 títulos del opado por una acción del oferente más 0,29 euros correspondientes al dividendo que acaba de repartir.
De esta forma, Blackrock redondeará sus ingresos por la operación en algo más de 132 millones de euros. Pero, además, mantendrá una posición de privilegio en BBVA tras la operación y tan sólo sufrirá una mínima dilución en el caso de que el porcentaje de aceptación de la oferta fuera muy elevado.
Incluso, en el caso de que BBVA logrará superar por escaso margen el límite del 50,01% de aceptación al que está condicionado la oferta, la posición de Blackrock se elevaría hasta aproximarse al 7,5%. Una cifra que seguiría en aumento en el caso de que BBVA diera continuidad a los programas de recompra y amortización de acciones que ha llevado a cabo en los últimos años para completar la retribución a los accionistas.
A favor de las fusiones
En el caso de que la aceptación se fuera por encima del 90%, un escenario que los expertos consideran poco probable, la posición de Blackrock se diluiría, aunque en ningún caso bajaría del 6,6% del capital de BBVA.
Recientemente, Blackrock se ha pronunciado a favor de los procesos de consolidación en la banca europea, que dotaría a las entidades de un mayor tamaño y fortaleza de capital para competir en el mercado y afrontar situaciones de crisis venideras.
Una posición que también es defendida por el Banco Central Europeo (BCE), que lleva tiempo promoviendo fusiones en el sector, en especial las de carácter transnacional, habitualmente rechazadas por los bancos debido a su complejidad desde el punto de vista normativo.