
'También esto pasará'
'También esto pasará': duelo y coqueteos de la 'gauche divine' en Cadaqués
La cineasta María Ripoll adapta al cine la novela de Milena Busquets sobre el final de la juventud de los hijos de la izquierda exquisita y la digestión de la muerte de su madre, la editora Esther Tusquets, en una película excesivamente literal, epidérmica y que abusa de los pasajes introspectivos
En 2015 la novela También esto pasará de Milena Busquets se convirtió en un fenómeno editorial digno de estudio. Esta narración diáfanamente autobiográfica, apenas disfrazada de ficción, contaba el proceso de digestión del fallecimiento de su madre, la editora Esther Tusquets. La asunción de la orfandad y la sensación de ir dejando irremediablemente atrás la juventud. Todo ello aderezado con coqueteos, amoríos y amistades con Cadaqués como escenario. El fenómeno no se limitó a España, el libro se tradujo y publicó en más de treinta países y logró penetrar incluso en mercados habitualmente muy complicados para la literatura española como el estadounidense o el británico. Y por si fuera poco, la novela fue adquirida por sellos de prestigio que pagaron en algunos casos anticipos inauditos.
¿Cuáles eran los ingredientes de la pócima mágica? La consecución casi milagrosa de un precario equilibrio entre profundidad y liviandad, entre drama y frivolidad, entre esnobismo y verdad. Se la comparó, con cierta ligereza, con otro fenómeno lejano: la sacudida que supuso la llegada a las librerías francesas en 1958 de Bonjour tristesse de la debutante y jovencísima Françoise Sagan. Apunto lo de la ligereza de la comparación, porque si bien la novela Sagan puede compartir con la de Busquets el juego de contrastes entre las luces veraniegas y las sombras íntimas, la obra de la francesa tiene unas corrientes subterráneas mucho más complejas y moralmente más devastadoras.

'También esto pasará'
Llega ahora, diez años después de la publicación de También esto pasará, la adaptación al cine, dirigida por María Ripoll. Marina Salas -una actriz con un razonable parecido con la escritora- es la doliente y disfrutona Blanca, alter ego apenas velado de Milena Busquets, que hace un fugaz cameo en la película. La directora ha optado por pegarse al texto y mantener todas las referencias al particular ecosistema de los hijos de la gauche divine.
Por su longitud y su desarrollo lineal de la trama También esto pasará es un libro a priori fácil de llevar a la pantalla. El gran reto es cómo plasmar con imágenes la vivencia del duelo (ya que los flirteos amorosos y las pequeñas tensiones de las amistades son más fáciles de trasladar a la pantalla) La directora y su coguionista Olga Iglesias han tirado por el camino más fácil: el recurso de la voz en off de la protagonista, que va apareciendo a lo largo de todo el metraje para verbalizar lo que le pasa. De hecho, se recitan literalmente pasajes de la novela, con ese característico gusto de la autora por las frases sentenciosas y las afirmaciones lapidarias (y tal vez arbitrarias) sobre el amor, el deseo, la elegancia, los hombres, la seducción, el coqueteo y otros menestres.

'También esto pasará'
Es ante temas peliagudos como el dolor soterrado por una pérdida cuando se constatan con más claridad las diferencias entre los recursos del texto y los de la imagen. La literatura permite los meandros divagativos que aparcan el desarrollo de la trama (todo En busca del tiempo perdido está construido en base a las sinuosidades y vericuetos de la memoria). En cambio, el cine, salvo el más experimental, está más atado a la narración y tolera peor los excursos y las introspecciones.
Tiene mayores dificultades para explorar el mundo interior de los personajes (por eso la literatura de Virginia Woolf apenas se ha llevado a la pantalla). Dar forma visual al duelo sin acudir a explicativas voces monologantes o a muecas de desolación no es fácil. Hay que trabajar la composición del plano, el uso del espacio negativo que trasmita sensación de ausencia… Algunas películas han afrontado el reto con éxito más que razonable.

'También esto pasará'
Son buenos ejemplos La habitación verde de Truffaut (que adapta un par de relatos de Henry James), Tierras de penumbra de Attenborough (sobre el desgarro de C.S. Lewis por la perdida de su esposa, que él mismo exploró en Una pena en observación), Azul de Kieslowski (capaz de construir una atmósfera doliente a través de la relación de la protagonista con el espacio), La habitación del hijo (muestra del talento de Moretti cuando no se pone tontorrón o panfletario), Un hombre solo (debut del modisto Tom Ford en la dirección, adaptando la espléndida novela de Christopher Isherwood), Génova de Wintterbottom (protagonizada, como la anterior, por Colin Firth, un actor capaz de dotar de gravitas al sufrimiento) o A Ghost Story (en la que la ausencia se trabaja a través de un fantasma compungido que contempla cómo todo cambia a su alrededor).
También esto pasará queda a bastante distancia de estos títulos. Consigue atrapar con solvencia los juegos del coqueteo y la seducción -sobre todo en la escena del hombre misterioso-, y los goces veraniegos, pero tiene más dificultades cuando se trata de transmitir el desamparo de la protagonista. La escena final, con la aparición fantasmal de la madre en el cementerio, es una buena muestra de las dificultades que tiene el lenguaje cinematográfico para trasladar lo literario a imágenes. En la novela funcionaba de forma sobrecogedora (era el broche final que daba sentido a todo lo anterior) y en cambio en la película resulta demasiado obvia.

'También esto pasará'
María Ripoll es una directora todoterreno, que ha hecho sobre todo comedias de corte comercial; está lejos del intimismo autobiográfico que despliegan otras directoras. En sus manos, También esto pasará es una cinta muy digna, muy correcta, pero demasiado epidérmica. Es una adaptación pegada al texto, ilustrativa sin aportar nuevos valores o matices.
Pese a que la película está rodada solo en parte en Cadaqués -la casa que aparece es la espectacular Casa Rovira de Coderch, que está en Canet de Mar, y tampoco la carretera y el cementerio son los del pueblo- hay que agradecer que se muestre un Cadaqués plausible para quien lo conoce. Por ejemplo, cuando la protagonista se dirige al cementerio, camina por una calle que, en efecto, lleva al cementerio.

'También esto pasará'
Merece la pena apuntar también que aparece brevemente, en una sola escena del inicio, el gran Fermí Reixach, interpretando a un viejo editor. Es su última actuación en el cine, porque falleció poco después. La secuencia está rodada en la antigua sede de la editorial Gustavo Gili, de los arquitectos racionalistas Joaquim Gili y Francesc Bassó.
Coincidiendo con el estreno de la película, Milena Busquets acaba de publicar La dulce existencia (Anagrama), que no es exactamente un diario de rodaje -no participó en la escritura del guion y apenas estuvo un par de días en la filmación-, sino una sucinta reflexión sobre lo que supuso para ella la publicación de la novela, cómo ha vivido el proceso de su adaptación a la pantalla y qué impresión le ha causado verse interpretada por una actriz.