"No es un banco europeo". Con esta contundencia se ha pronunciado sobre BBVA en las últimas horas el consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno, en un nuevo episodio de cruce de mensajes dentro del contexto de la OPA hostil lanzada por el primero. La entidad opada ha introducido con fuerza en el debate el factor de riesgo que, a su juicio, supone la elevada exposición de su potencial comprador a mercados emergentes, especialmente México, del que procede más de la mitad de su beneficio.
El viraje, que ya tuvo un episodio previo con el encuentro mantenido por la cúpula del Sabadell con un grupo de accionistas, se produce en un escenario de batalla en el que BBVA se ha centrado en lanzar mensajes de tranquilidad y apoyo a las pymes, sin duda el principal potencial de la entidad que pretende absorber.
En el mismo foro financiero, organizado por el diario Expansión y KPMG, en el que ha participado González-Bueno, su homólogo en BBVA, Onur Genç, ha hecho especial hincapié en que uno de los principales propósitos de la operación es incrementar la capacidad de ofrecer crédito y que las pymes serán las principales beneficiadas.
"No tendría sentido llevar a cabo la operación para reducir el segmento que más valoramos de Banco Sabadell", ha apuntado Genç, que también ha insistido en negar una vez más que la fusión que planea BBVA en el caso de que la OPA se salde con éxito tenga como efecto una reducción de la oferta.
Al contrario, el ejecutivo ha definido la operación como "de manual" dado el alto grado de complementariedad que presenta, a juicio del oferente, que se ha centrado especialmente en los últimos meses en reforzar y mejorar su oferta a pymes y autónomos para mostrar su compromiso con colectivos que han sido señalados desde los inicios de la operación como los más perjudicados potencialmente por la eventual desaparición de uno de los operadores del mercado financiero.
Precisamente, fue el segmento de pymes en el que se basó fundamentalmente el argumentario de Banco Sabadell contra la operación, junto con la consideración de que la oferta de BBVA valora de manera insuficiente la entidad y, sobre todo, su capacidad de crecimiento en los próximos años.
Tras los avances de BBVA en este segmento, que también ha ganado peso de forma paulatina en los mensajes que el banco que preside Carlos Torres lanza al mercado, Banco Sabadell parece haber optado por castigar el flanco del factor de riesgo que supone el hecho de que más de dos terceras partes de los resultados de su potencial comprador provengan de países emergentes (México, el primer mercado de la entidad, Turquía y Latinoamérica).
Un aspecto en el que ya incidió el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, a finales de la pasada semana. En una reunión con más de 300 accionistas en el centro corporativo del banco en Sant Cugat, Oliu relacionó la caída bursátil que arrastra BBVA desde el lanzamiento de la OPA hostil con el retroceso de las entidades financieras en el mercado mexicano.
Demasiada volatilidad
"No es malo tener países emergentes en cartera, pero introduce una volatilidad", señaló por entonces el veterano banquero. Su consejero delegado ha ratificado este lunes el mensaje al defender la política del Sabadell de distribuir entre sus accionistas el exceso de capital a partir del 13% en la ratio CET1 fully loaded, un punto por encima del límite establecido por BBVA.
"Si estuviese en mercados menos estables a lo mejor tendría un apetito por un nivel de capital algo mayor; pero bueno, cada uno toma las decisiones que toma".
Minutos antes, el consejero delegado de BBVA ha admitido que en estos momentos el comportamiento de la divisa mexicana muestra una cierta volatilidad, aunque ha vinculado este hecho con el reciente proceso electoral celebrado en el país. También ha puesto en valor el potencial de la economía azteca, reforzado por los datos que apuntan a que el coste de manufacturas es ya inferior al que se da en China.
Un aspecto en el que Genç hizo especial hincapié en su comparecencia en una reunión del sector financiero organizada por Bank of America, en la que también participó Banco Sabadell.
Pendientes de los reguladores
Al margen de la incidencia de los mercados emergentes, en el centro del tablero también se sitúa la próxima decisión de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que deberá pronunciarse sobre la operación, sus posibles condiciones y, en su caso, el paso a la fase dos.
En este sentido, las posturas de los bancos no han variado. BBVA mantiene que Competencia debería actuar conforme a lo que hizo en las dos operaciones inmediatamente precedentes (Caixabank-Bankia y Unicaja-Liberbank) y aprobarlas en fase uno.
Por contra, Banco Sabadell estima que este caso dista de los anteriores por las peculiaridades de la propia entidad, así como por la postura contraria a la operación que han manifestado diversos colectivos, desde patronales empresariales a sindicatos, pasando por Administraciones Públicas y partidos políticos.
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