Grífols ha llevado a cabo una de las incorporaciones a su equipo directivo más trascendentes de los últimos años. Se trata de Rahul Srinivasan, que relevará a Alfredo Arroyo en la dirección financiera de la farmacéutica y será de este modo el responsable de encauzar la situación del grupo en el que, sin duda, ha sido su punto más débil junto con el del gobierno corporativo.
Srinivasan, que comenzará su trabajo a mediados de septiembre, cuenta con una dilatada experiencia en el ámbito financiero, en el que se ha desempeñado durante más de 25 años en entidades como Credit Suisse, KPMG y Bank of America, desde la que se incorporará al productor de hemoderivados.
Complicados retos
En concreto, su última labor en la entidad estadounidense ha sido como responsable de finanzas y mercados de capitales para Europa, Oriente Medio y África. Su experiencia incluye también áreas como auditoría, fusiones y adquisiciones y finanzas corporativas.
Entre los principales retos del nuevo ejecutivo de Grífols figuran llevar a buen puerto objetivos que la dirección que lidera el consejero delegado, Nacho Abia, desde abril ha situado como absolutamente prioritarios como la búsqueda de vías para reducir el elevado apalancamiento financiero de la compañía, que le ha penalizado de forma notable en bolsa, y hacer que recupere la generación de flujo de caja positivo.
El anuncio de la incorporación del nuevo director financiero llega unos días después de que Grífols recibiera un nuevo revés en esta área, de parte en este caso de la agencia Moody’s, que revisó a la baja su calificación de deuda, precisamente semanas después de que la compañía colocara en el mercado hasta 1.300 millones de euros en bonos.
Entre los aspectos que la agencia mencionó como motivos para tomar la decisión citó los avances de Grífols hacia la recuperación del flujo de caja que, bajo su criterio, están siendo más lentos de lo deseado.
Además, la dirección financiera de Grífols también incluye áreas como sostenibilidad, fiscalidad, relaciones con inversores y reporte financiero. Éstas dos últimas han cobrado una especial relevancia para la farmacéutica a raíz del informe publicado en los primeros días de este año por Gotham City Research, que desencadenó una profunda crisis al poner en cuestión aspectos como la contabilidad, las operaciones con partes vinculadas y la gobernanza.
El desplome sufrido desde entonces por la cotización, próximo al 40%, evidencia la pérdida de confianza que ha sufrido el productor de hemoderivados en el mercado, pese a que en los últimos meses ha ejecutado numerosos cambios para tratar de corregir las deficiencias que los inversores les apuntaban ya antes del ataque del fondo bajista.
Investigada por la CNMV
En el terreno del reporte financiero, esas deficiencias fueron observadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que trasladó a la compañía una serie de aspectos a mejorar, a raíz de la investigación que el supervisor abrió como consecuencia de la fuerte caída en bolsa y las acusaciones de Gotham.
Las conclusiones de la CNMV llevaron a Grífols a una reexpresión de algunas variables de su balance, entre ellas la deuda, lo que hizo aflorar en torno a 1.100 millones adicionales.
Alzas en bolsa
No obstante, el relevo en la dirección financiera estaba previsto tras el anuncio de Arroyo de jubilarse, con lo que cierra una trayectoria de 17 años en la empresa. El ejecutivo acompañará a su sucesor hasta finales de año para facilitar la transición, según ha señalado Grífols en una nota remitida al supervisor.
Camino de la media sesión, las acciones de la compañía suben algo más de un 2,5% y cotizan en el entorno de 8,65 euros.
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