El propietario de la Fórmula 1 se plantea una excepción para que los GP de Madrid y Barcelona convivan en el calendario
Cataluña atiende todos los requerimientos de los dueños de la competición, que pasan por el pago de un canon más elevado y un espectáculo-negocio que vaya más allá del fin de semana en el circuito
22 junio, 2024 00:00Noticias relacionadas
El deporte de élite hace tiempo que dejó de ser solo deporte. También hace tiempo que dejó de ser un negocio vinculado solo a la modalidad en cuestión. Se ve en el fútbol, donde los estadios modernos están pensados como parques temáticos en los que disfrutar de infinidad de actividades de ocio. Y lo mismo ocurre con la Fórmula 1, una competición que mueve masas y que busca, cada vez más, otras maneras de acercarse a la ciudadanía más allá de la carrera del fin de semana; esto es, nuevas vías de crecimiento y de ingresos. Barcelona se aferra a esta concepción contemporánea del Gran Circo para mantener el GP de Montmeló más allá de 2026.
Hace algo más de un año, el presidente y director ejecutivo de la Fórmula 1, Stefano Domenicali, reconoció que tener “dos carreras en España” es “muy complicado”, aunque “nunca puedes decir nunca”. Se refería a las citas de Barcelona (en el calendario de forma ininterrumpida desde 1991) y Madrid (que por aquel entonces aún no era oficial). Ahora, cuando ya se conoce que la capital ha arrebatado el GP de España a Cataluña a partir del 2026, el mismo ejecutivo se muestra más prudente, pues no quiere “descartar” la pareja española: “Todavía existe la posibilidad”. Pero no es el momento aún de valorarla.
La etapa Colau
Estas palabras, que ha dicho en As, las ha pronunciado con motivo de la exhibición de los bólidos por el paseo de Gràcia de Barcelona, en vísperas del GP de España que se disputa este fin de semana en el Circuit de Catalunya, en Montmeló. El éxito del road show, nunca visto y que concentró a cerca de 40.000 personas en las calles de la ciudad, fue del agrado de Domenicali, que agradeció la implicación de la gente. “Esta energía y entusiasmo por la Fórmula 1 es lo que queremos ver siempre en todo el mundo”, dijo. Y es que Liberty Media, dueño de la competición desde 2016, considera esenciales para su negocio los grandes eventos mediáticos que complementan la carrera del fin de semana.
Esta concepción del espectáculo de la Fórmula 1 más allá del trazado ya la tenía Bernie Ecclestone, el anterior mandamás del campeonato, y mostraba especial interés por Barcelona. En su cabeza andaban algunas propuestas, bien vistas tanto por el exalcalde Xavier Trias como por el expresidente catalán Artur Mas. Pero todo saltó por los aires cuando los comunes de Ada Colau llegaron al poder en la capital catalana e iniciaron un replanteamiento del acuerdo con la F1. Llegaron las trabas, los desaires y los mensajes contrarios a este negocio-espectáculo. Con el PSC en la plaza Sant Jaume, la situación ha dado un giro de 180º. Tampoco es casual que Fira se vaya a encargar de la gestión del Circuit a partir de 2025 para sacarle el mejor partido a la instalación.
Algunas protestas
El actual alcalde, Jaume Collboni, está poniendo todos los esfuerzos en salvar la F1 que, aunque se celebra a casi 30 kilómetros, tiene un fuerte impacto económico para la ciudad y la convierte en un gran escaparate para el mundo. En este escenario se comprende la apuesta por llevar los coches al paseo de Gràcia, pues, en un guiño a Domenicali y a las peticiones de la propiedad del Gran Circo, la voluntad del gobierno municipal es “democratizar un deporte que a menudo se ve como un evento que tiene poco que ver” con los vecinos, en palabras del concejal de Deportes, David Escudé. Del mismo modo, quiso desvincular el road show de la contaminación de la ciudad, uno de los problemas de esta y de tantas otras urbes.
Fuentes conocedoras añaden que este acto “puntual y extraordinario” es “perfectamente compatible” con la voluntad de seguir pacificando el tráfico y reducir la contaminación del aire y acústica. No lo ven así los comunes, que hace dos meses comenzaron a mostrar su oposición al evento en el paseo de Gràcia. De hecho, la exalcaldesa Ada Colau ha simplificado su discurso hasta reducirlo a “unos coches corriendo por el centro de la ciudad, haciendo ruido y humo” como “modelo de ciudad” del equipo de gobierno actual. Junto a ella, hasta 200 asociaciones, y medio millar de personas, protestaron en las calles contra “un modelo de ciudad basado en grandes eventos y la cultura del motor por delante de la salud y el bienestar del vecindario”.
El impacto de la F1
El sector económico, por el contrario, rebate estos argumentos y destaca diversos puntos: en Barcelona y Cataluña hay tradición industrial automovilística; la afición por el motor es evidente; la F1, además de un espectáculo, es un campo de pruebas (incluida la reducción de emisiones); aporta turismo de calidad; tiene fuerte impacto económico y, sobre las críticas concretas al road show, asegura que la capital catalana es pionera en el equilibrio entre coche, peatón, transporte público y bicicleta, por lo que la exhibición del paseo de Gràcia es eso, una exhibición.
Por todo ello, no solo Barcelona está dando el do de pecho para corregir políticas anteriores. Hasta el Rey ha recibido a Domenicali en la Zarzuela esta semana. Además, la Generalitat, como parte implicada, se encuentra en el centro de las conversaciones para tratar de alargar el contrato de la Fórmula 1 con Barcelona hasta 2031. Eso sí, bien sabe la Administración que, llegado el caso, deberá pagar un canon superior al que desembolsa ahora, del entorno de los 25 millones anuales, para acercarse a los nuevos acuerdos, que abonan cantidades que llegan al doble. Por el momento, el conseller de Empresa en funciones, Roger Torrent, asegura que el de este año será el mejor GP de España de los que jamás se han disputado.
Los pilotos quieren seguir en Barcelona
Lo dice con conocimiento de causa. Entre otras razones porque el Circuit ha llevado a cabo las mejoras requeridas por el mismo Domenicali para la prolongación del contrato hoy vigente, en 2022, y que pasan por una mejora de las infraestructuras; en especial destaca la nueva pasarela que se eleva sobre la pista. ¿Y qué opinan los pilotos? Fernando Alonso destaca que en Barcelona siempre hay “un tipo de energía diferente; los aficionados son muy apasionados”. Por su parte, Lewis Hamilton asegura que le encanta la ciudad, que es uno de los circuitos clásicos, siempre ha disfrutado en este trazado, y no cree que nadie quiera perderlo.
Eso sí, en el caso de que la balanza se incline hacia la opción del doble GP en España, lo primero que hay que hacer es encontrarle un hueco en un calendario ya muy lleno, con 24 carreras, que no van a aumentar. Por lo tanto, los ojos están puestos en los trazados que terminan contrato antes que Montmeló: Imola, Monza (ambos en Italia, otro motivo para la esperanza), Spa-Francorchamps, Mónaco y Zandvoort, además de Shanghái y Las Vegas. Interesa en especial la situación de los circuitos europeos, pues la intención de la propiedad de la F1 es mantener un reparto equilibrado entre todas las regiones del mundo. Por ahora, hay tiempo de lograr lo que hace unos meses parecía totalmente imposible.