Los fondos de Holaluz condicionan su apoyo a la compañía al relevo del equipo directivo
Las acciones de la comercializadora se desploman casi un 9% mientras la compañía trata de obtener liquidez con préstamos y líneas de crédito que negocia a marchas forzadas
25 abril, 2024 00:00Noticias relacionadas
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La extrema volatilidad del mercado eléctrico, que ha derivado en una fuerte caída de los precios, ha dejado seriamente tocado el futuro financiero de Holaluz, una de las mayores comercializadoras independientes, cuya supervivencia podría depender de profundos cambios en la cúpula directiva que lidera su cofundadora, accionista y presidenta, Carlota Pi.
Ante la acuciante necesidad de liquidez que precisa la compañía para afrontar su día a día y sus compromisos a corto plazo, los fondos e inversores institucionales que forman parte del capital de la empresa se han comprometido a mantener su apoyo al proyecto pero, eso sí, con la condición de que se haga un profundo cambio en la gestión, que es el factor que, a su juicio y además de las dificultades que plantea un escenario de precios prácticamente inédito, ha llevado a Holaluz a su actual situación.
Desplome bursátil
Este miércoles, los títulos de la compañía, que cotizan desde hace casi cinco años en el BME Growth -el mercado para empresas en crecimiento de la bolsa española- han reflejado la actual situación de la compañía con un desplome del 8,9%, que se suma a las notables caídas sufridas en la primera sesión de la semana.
Aquel día, Holaluz salió al paso de una información publicada en El Confidencial que hablaba sobre la delicada situación de la comercializadora con sede en Barcelona y su petición de auxilio financiero a la Generalitat.
En una nota dirigida a los supervisores de BME Growth, la energética explicó que ultimaba la firma de un préstamo de 10 millones de euros con el Instituto Catalán de Finanzas (ICF), dependiente del Govern, préstamos convertibles de dos millones con varios family office de Cataluña y líneas de crédito de disposición inmediata y sin límite por hasta seis millones.
Por ahora, no hay novedades acerca de estos trámites y el tiempo se agota, lo que ha llevado a los accionistas al margen de los tres fundadores (junto a Pi, Oriol Vilá y Ferrán Nogué suman cerca del 45% del capital) a empezar a tomar cartas en el asunto.
Los ex de Avanza
Especialmente significativo es el caso de los dos últimos socios, aterrizados en 2021 a través de una ampliación de capital por algo más de 11 millones de euros que siguió a una operación de financiación subordinada a través de instrumentos convertibles en títulos.
Se trata de MDR Inversiones y Mediavideo BV. La primera pertenece a la familia Moratiel Llarena, antiguos propietarios de la cadena de transporte por carretera Auto Res, transformada más tarde en Avanza, tras la fusión con Arrojo. Hace una década, fue adquirida por la mexicana ADO. Los Moratiel Llarena figuran entre las fortunas más destacadas del Estado.
Por su parte, Mediavideo es una mercantil domiciliada en Países Bajos y vinculada a Gerard Romy, socio de Jaume Roures en Mediapro.
A través de esta operación, ambos socios tomaron algo más de un 5% del capital, tras acordarse un precio de conversión de 13,81 euros por título. Holaluz cerró la jornada del miércoles en 2,66 euros algo más de un 80% por debajo de la anterior referencia.
El precedente del ERE
Aquella ampliación tenía por objeto financiar el crecimiento inorgánico de la empresa, a través de compras de comercializadoras de menor tamaño; además, Holaluz también emprendió una ambiciosa campaña destinada a captar clientes en el segmento de autoconsumo, con el ambicioso objetivo de alcanzar los 1.000 millones de facturación en 2024.
La situación del mercado ha bajado a la realidad a los gestores de Holaluz, que ya se vieron obligados a tomar decisiones como un recorte de plantilla, que afectó a unos 200 trabajadores, algo más del 25% del total, a finales del pasado año.
Próximos resultados
Por entonces, la compañía justificó la medida por la necesidad adaptarse a un nuevo escenario, en el que se combinan factores como los tipos de interés más elevados, que encarecen la financiación de las instalaciones; la ralentización de permisos y autorizaciones para el autoconsumo; y la fuerte corrección de precios que ha llevado a las familias a retrasar, en unos casos, y replantearse, en otros, el paso a esta modalidad, en la que se especializó Holaluz.
Un plan ambicioso pero con un elevado riesgo que no terminó de ser calibrado de forma adecuada. Es la idea que barajan los accionistas institucionales, incluido el fondo Axon, que figura como primer socio con cerca de un 18% del capital.
Está previsto que Holaluz presente sus resultados anuales de 2023 y la actualización de las cifras de este ejercicio la próxima semana, concretamente el 30 de abril. Será el momento de las explicaciones a los inversores y comprobar el estado real de la situación financiera, que arrojaba a cierre del primer semestre unos preocupantes datos negativos tanto de fondo de maniobra como de flujo de caja.