Casa Batlló y KKH se disputan uno de los activos estrella de la Fundació Vila-Casas
- Los gestores del monumento de Gaudí y el fondo inmobiliario otean la sede de Caixa Banca Privada
- El cuartel general albergó a Barclay's y mira al Paseo de Gracia
Noticias relacionadas
La sociedad gestora de la Casa Batlló y el fondo inmobiliario KHH Capital Advisors miran una de las propiedades estrellas de la Fundació Vila-Casas, la colosal asociación-mecenas de arte que construyó el malogrado empresario Antoni Vila-Casas. Tras su fallecimiento, algunos de los activos podrían venderse. Uno de ellos es la sede corporativa de Caixa Private Banking de Paseo de Gracia, propiedad de la fundación, y a la que le han salido pretendientes.
Lo detallan diversas fuentes del sector inmobiliario, que precisan que el despacho de 2.000 metros cuadrados donde mora el brazo de banca privada de CaixaBank tiene aspirantes a ocuparlo. Hay uno que "se lo está pensando", y es la gestora de Casa Batlló, la family office de la familia Bernat, exdueños de Chupa-Chups. Lo tiene pared con pared, y podría servir como espacio auxiliar de la casona-monumento turístico que construyó Antoni Gaudí. Y que ahora es un icono turístico muy rentable.
Preguntado por la cuestión, una portavoz de la gestora ha defendido que "no consta" la operación. Fuentes internas de la Fundació lo han confirmado, precisando que Casa Batlló "se lo está pensando al más alto nivel".
KKH se interesa
Si el inversor familiar sopesa entrar en el headquarters financiero, también lo ha tentado, mucho más en serio, KKH Capital Advisors. El fondo inmobiliario que pilota Josep Maria Farré, exdirectivo de Renta Corporación, se ha acercado a la Fundación Vila-Casas para comprar el producto.
Las voces del sector inmobiliario avisan de que KKH se ha acercado tanto a Savills como CBRE, que comercializan las céntricas oficinas off market: sin publicitarlas. Por ahora, la operación no se ha cerrado. Fuentes internas no oficiales de la fundación confirman que el también dueño de la antigua sede de Deutsche Bank en Paseo de Gracia, hoy las Mandarin Residences, "es uno de los interesados".
Dificultades en la operación
No obstante, la venta --o alquiler, también contemplada-- no será inmediata. Algunas voces lo atribuyen a los cambios en la Fundación tras la muerte de su fundador y máximo patrono, zozobra y crisis interna que ha detallado este medio. Desde la asociación filantrópica lo niegan, e indican que no pueden dar información de la gestión de activos concretos. Pero subrayan que en ningún caso, la última salida de cuatro patronos, que avanzó La Vanguardia, afectará a la gestión de los activos.
Otras voces indican que el clima creado en la entidad patrimonial-artística, en la que la viuda de Vila-Casas, Montserrat Pascual, ha tomado las riendas, "no es la propicia para una operación de esta magnitud". No seria la primera en la milla de oro de Barcelona: la Fundación posee, por ejemplo, todo el número 69, donde están los apartamentos de lujo Majestic Residences. Lo compró a la Sareb, el banco malo, en 2013, y lo arrendó a la familia Soldevila para sus apartamentos con servicios vinculados al hotel-cabecera de Majestic Hotel Group.
BCapital y Hines
En el caso del número 45 del bulevar, por el que aspira KKH, el inmueble de 5.500 metros cuadrados era propiedad del banco británico Barclay's, que lo operaba como cuartel general en Barcelona, tras ello, lo compró BCapital, de Valentín Bascuñana, y después, el fondo estadounidense Hines.
La Fundación aterrizó en la codiciada esquina en 2009, cuando compró las tres primeras plantas por 20 millones de euros. Siguieron los arrendamientos del grupo financiero londinense, primero, y la banca privada de CaixaBank, hasta ahora.
Tensiones
La operación podría demorarse, según algunas fuentes. Lo que es factual es que la todopoderosa plataforma social de mecenazgo ha sufrido una sacudida no deseada desde la desaparición del empresario del sector farma, creador de Prodesfarma. En enero salieron cuatro patronos, que eran de la máxima confianza de Vila-Casas. En su lugar, se ha situado Viladomiu y su madre, Montserrat Pascual. Ese movimiento, tanto en el brazo filantrópico como el patrimonial, no ha gustado a todo el mundo.
Hay voces que subrayan que "no es lo que Antoni hubiera querido". Recuerdan que el empresario y mecenas "quiso una fundación con la continuidad que él definió", y no la actual, en la que su hija, Viladomiu, ostenta una posición de mucho poder. Lo confirman otras fuentes cercanas a la entidad. "La hija médico es la que manda, y ahora ya no es una familia: son dos". Por ello, corroboran que existe un cisma interno que la Fundación niega en todo momento.