Prosegur y Securitas se juegan el macrocontrato de seguridad del Metro de Barcelona

Prosegur y Securitas se juegan repetir al frente del macrocontrato de seguridad del Metro de Barcelona. Los dos gigantes de la vigilancia privada optan a llevarse alguno de los ocho lotes de la licitación que está dotada con 144 millones de euros. Eso sí, lo harán con polémica, pues los sindicatos alertan de que la dotación de personal "seguirá siendo insuficiente". 

Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) ha anunciado hoy que ha abierto el concurso público de la vigilancia del suburbano, que lleva aparejado un presupuesto de 143,6 millones de euros para cuatro años más la prórroga. Está dividida en ocho lotes, incluyendo uno dedicado al Centro de Control y otro a las unidades caninas y las llamadas MAVs o unidades móviles. 

Prosegur y Securitas ganaron en 2018

En la última ocasión, en 2018, Prosegur y Securitas se hicieron con el control de la mayoría de vigilancia de la infraestructura. 

Imagen de una estación de Metro de TMB Cedida

Los dos conglomerados ganaron cuatro lotes cada uno, imponiéndose a Ombuds y Eulen, que también optaron al servicio. 

Crisis de seguridad

El contrato no ha sido pacífico. La seguridad del Metro en los últimos cinco años se ha visto comprometida, igual que ocurría en superficie en Barcelona ante el repunte de ciertos tipos de criminalidad. 

Los vigilantes de una y otra empresa han denunciado agresiones e incidentes continuos, reclamando más medios, tanto materiales como humanos. 

80 vigilantes para toda la L1: son 50 kilómetros

A este respecto, ADN Sindical, mayoritario en la seguridad privada, ha alertado hoy de que los pliegos de contratación no contemplan "aumentos de personal importante". 

Una imagen de pasajeros en el Metro de Barcelona Cedida

El sindicato, mayoritario en la seguridad privada, ha puesto un ejemplo. "En toda la Línea 1 o roja, la más larga del Metro, con 50 kilómetros, habrá solo 80 vigilantes para tres turnos. Insuficiente". 

Ombuds y SP4 implosionan

Cabe recordar que la licitación tiene lugar en el contexto de cambios en el sector de la seguridad en Barcelona. 

Los grandes grupos han colonizado las licitaciones punteras, y los autóctonos han incurrido en dificultades. Ejemplo de ello son la liquidación de Ombuds, que acabó en desmantelamiento con un pasivo de 232 millones, o la insolvencia de SP4, una de las empresas con más solera de la Ciudad Condal. La firma fue a concurso de acreedores, y ha terminado integrada en el grupo Balmore Soluciones, que dirige el abogado e investigador privado Rafael Parra.