De González-Bueno a Gloria Ortiz: el 66% de la banca del Ibex ha renovado sus cúpulas en dos años

El primero en mover ficha fue Banco Sabadell, en un movimiento que, lejos de suponer una sorpresa, llegó incluso con algo de retraso. A finales de 2020, un año después de lo previsto, Jaume Guardiola (hoy presidente del Círculo de Economía) cedía el cargo de consejero delegado de la entidad a César González-Bueno, que regresaba al sistema financiero español tras un notable paso por el grupo ING.

Plan en tiempo récord

En este caso, el reto para el ejecutivo era notable, con el futuro de la entidad en el aire tras el fallido intento de fusión con BBVA y la arriesgada decisión del consejo de proseguir en solitario en busca de sobrevivir en un entorno de tipos negativos que ya se prolongaba durante más de cuatro años. 

González-Bueno diseñó un plan estratégico a tres años en tiempo récord, que está próximo a finalizar y cuyos principales objetivos han sido más que superados, con el inestimable impulso de la ansiada subida de tipos de interés, que ha llegado antes y más intensamente de lo esperado por los estragos causados por la desbocada inflación que siguió a la pandemia. 

César González-Bueno, consejero delegado de Banco Sabadell / EP

El Sabadell ha logrado superar la barrera de los 1.000 millones de euros de beneficio en 2023, a falta de consignar el último trimestre, que contrastan con los apenas dos millones que ganó en 2020, con una rentabilidad que ha pasado de acercarse peligrosamente a cero a situarse en un prometedor 8%.

Con retos diferentes y tras haber llevado las riendas del banco de Latinoamérica, el mexicano Héctor Grisi tomaba este año el relevo de José Antonio Álvarez como número dos de Santander. Tras el tormentoso episodio de la llegada y salida con efecto casi inmediato de Andrea Orcel, la etapa de Álvarez tuvo siempre una sensación de interinidad y provisionalidad que no fue mella para la transformación de la entidad hacia la digitalización y la apuesta por nuevos modelos de negocio, en especial el de pagos.

Mejorar la eficiencia

Con una nueva hoja de ruta, presentada el pasado febrero en Londres, Santander se ha encontrado con el inesperado escenario de un negocio en el mercado interno que se ha convertido en punta de lanza de todo el grupo. A la llegada de Grisi, todas las miradas estaban puestas en la oportunidad de crecimiento en México que suponía la opción de comprar Banamex, el negocio de Citigroup en el país azteca.

Sin embargo, Santander no tardó en descartar participar en el proceso y, paradójicamente, Europa tiene ahora el mayor peso en la cuenta de resultados, con una estrategia dirigida a objetivos como el incremento de la eficiencia y alcanzar rentabilidades próximas al 20%.

El consejero delegado de Santander, Héctor Grisi, durante la presentación de resultados del banco / EP

El panorama más complicado lo afronta Isidro Rubiales, nuevo consejero delegado de Unicaja Banco, tras el cese Manuel Menéndez, a la sazón el primero que ocupó el cargo tras hacerse efectiva la fusión con Liberbank.

El arranque de la entidad resultante ha sido más que tormentoso, con una serie de luchas intestinas que terminaron no sólo con la salida del anterior consejero delegado, sino también del presidente, Manuel Azuaga, principal de valedor de Rubiales.

Relevo en la cima 

De las nuevas caras en la cúpula de la banca, es sin duda quien tiene los retos más complicados, en el empeño de la entidad por mantenerse en solitario y girar hacia los orígenes para buscar un modelo de éxito. Al menos por ahora, parece contar con el apoyo de los principales socios, al margen de la Fundación: los dueños de Mayoral y el empresario andaluz Tomás Olivo.

En Bankinter, Gloria Ortiz tomará el timón de un banco al que su predecesora ha dejado con récord histórico de beneficios y, además, como entidad más solvente del sistema, según la última evaluación del Banco Central Europeo (BCE). 

Gonzalo Gortázar (Caixabank) y Onur Genç (BBVA) se mantienen en sus cargos de consejero delegado. El primero de ellos, tras abordar el proceso de fusión con Bankia, en el que conservó la función que desempeñaba en el antiguo Caixabank aunque, a diferencia de entonces, ahora comparte funciones ejecutivas con el presidente, José Ignacio Goirigolzarri.

Por su parte, el número dos de BBVA ha cumplido su quinto año en el cargo, entre recurrentes rumores sobre su marcha que no se han concretado. Bajo su mandato, la entidad ha dado pasos relevantes como la venta del negocio en EEUU y el redoble de la apuesta por Turquía, país de origen del ejecutivo, además de diseñar un plan a tres años que afronta ahora su segunda parte.