La 'ganga' inmobiliaria del Govern: paga diez millones por pisos inservibles
La 'consellera' Capella presume de comprar a mitad de precio 137 viviendas en pueblos sin demanda: están en mal estado o por terminar
30 noviembre, 2023 14:22Noticias relacionadas
No hay comunidad autónoma en España que tenga un problema tan grave de acceso a la vivienda como Cataluña, donde faltan 225.000 pisos accesibles. Para atender este desafío, el Govern ha dado con un chollo: comprar 137 inmuebles que asegura que ha conseguido por la mitad de su valor de mercado. En total, la operación que acaba de anunciar la Generalitat costará a los contribuyentes catalanes 9,6 millones de euros.
El precio medio de cada vivienda es de unos 70.000 euros, lo que parece una oportunidad teniendo en cuenta el imparable encarecimiento que se ha vivido en este mercado en los últimos años. El problema es que estos pisos están o bien inacabados o no son habitables porque se encuentran en mal estado y deberán ser rehabilitados. Además, se encuentran ubicados en pueblos donde no existe el problema de escasez que se da en ciudades como Barcelona.
Exige que la Sareb regale pisos
Las 137 viviendas se han adquirido a la Sareb, aunque la consellera de Territorio, Ester Capella, ha reclamado que, en el futuro, el banco malo "ceda de forma gratuita sus viviendas", ya que considera que su parque de residencias procede del rescate público de la banca durante la crisis económica de 2007, que se pagó "entre todos".
De los pisos comprados por la Generalitat, 98 unidades se encuentran en Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Su construcción quedó interrumpida por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, por lo que hará falta invertir 7,2 millones más para rehacer la distribución interna, que no se ajusta a la normativa actual, además de acabar los espacios comunes y poner en marcha las instalaciones particulares y comunitarias.
En pueblos sin demanda
Los otros 39 pisos se encuentran en Tarragona. 20 de ellos en el municipio de Valls, con dos promociones: una está "prácticamente acabada" y en marzo se llevarán a cabo "pequeñas intervenciones", mientras que la otra "no se encuentra en buen estado" porque "no ha habido ningún mantenimiento y está vandalizada", así que requerirá "un proyecto de rehabilitación más profundo", según ha indicado Territori en un comunicado. En cuanto a la promoción de Constantí, con otras 19 viviendas, también requerirá obras menores en marzo y se espera que en primavera ya estén listas para acoger a los futuros inquilinos.
La situación del mercado de compra y alquiler en Valls, Constantí y Vilanova está lejos de ser la más tensa de Cataluña; de hecho, el metro cuadrado en Barcelona vale cuatro veces más que en Valls, donde los precios han caído un 36% desde 2010, mientras que en la capital catalana se ha disparado un 9% el valor de compraventa y un 51% el de alquiler en el mismo periodo.
Poco que rascar en Barcelona
Muchos inmuebles ubicados en zonas de poca demanda han pasado a manos de la Sareb, ya que se construyeron durante el boom inmobiliario y no encontraron su salida hacia el mercado. El banco malo también cuenta con pisos en Barcelona, donde sí hay una descompensación entre oferta y demanda provocando que los precios se disparen.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Barcelona ya dejó claro que entre las 800 propiedades de la sociedad público-privada en la Ciudad Condal no hay donde rascar: más de la mitad ya están en alquiler social y el resto están en mal estado. La cifra de los que están vacíos es "irrisoria, entre 10 y 50 vacíos", aseguró en abril la entonces concejal de Vivienda, Lucía Martín, después de que Pedro Sánchez anunciase la movilización de inmuebles de la Sareb.
El Govern invierte en ladrillo
Por lo tanto, se reducen las vías para conseguir incrementar el parque de vivienda social en zonas donde el acceso a la vivienda está tensionado, como Barcelona. Una de ellas es la edificación de nuevos pisos sociales, que se ha reducido notablemente en Cataluña, comunidad que ha sido adelantada por Madrid, donde se apuesta por el modelo público-privado con programas como el plan Vive.
Dada esta circunstancia, podría parecer que la Generalitat no dispone de fondos suficientes para invertir en ladrillo. Sin embargo, la consellera catalana de Economía, Natàlia Mas, ha anunciado que se destinará una cantidad todavía por concretar para comprar una gran cantidad de inmuebles. No se tratará de pisos sociales, sino de oficinas gubernamentales.