Los fondos articulan un consejo de perfil concursal para la nueva Celsa

Este viernes, los fondos que ganaron en los juzgados de lo Mercantil la batalla por el control de uno de los mayores grupos industriales de España comenzaron a dar detalles sobre la gobernanza de la compañía. Por el momento, los nombres que se han dado a conocer se corresponden las personas encargadas de ocupar las vocalías independientes en el consejo.

Expertos en reestructuración

Se trata de Esther Alfonso, Antonio Arenas Rodrigáñez, Javier Díaz-Gálvez y Luis Martín Bernardo. De entrada, un denominador común a todos ellos es su condición de administradores concursales, lo que da idea del punto en el que parten los nuevos dueños de la siderúrgica.

Otro aspecto que define la trayectoria de la mayoría de los nuevos consejeros es una amplia experiencia en procesos de reestructuración de empresas. De hecho, Arenas, Díaz-Gálvez y Martín Bernardo son socios de despachos expertos en esta materia mientras que Esther Alfonso, con formación de economista forense, dirige una firma consultora y auditora que ha sido responsable de informes económico-financieros y contables para más de un centenar de procedimientos de este tipo.

El precedente de Gallardo 

Además, la experiencia de aterrizar en una compañía en proceso de reestructuración financiera o incluso ya en proceso concursal no es precisamente nueva para la mayoría de ellos. 

En el caso de Antonio Arenas y Luis Martín Bernardo, ambos formaron parte del consejo de administración de otro gran conglomerado industrial como la extremeña Gallardo Balboa (el primero de ellos, en calidad de vicepresidente) durante el proceso de saneamiento de la empresa.

2023-10-18 Ciudad de la Justicia / Fira de Bcn / GALA ESPÍN BARCELONA

En el caso de Arenas, también fue reclutado por el consejo de administración de Amper, a comienzos de 2015, apenas unas semanas después de que la compañía tecnológica presentara la solicitud de preconcurso de acreedores.

"A fin de cuentas, el plan de reestructuración que presentaron en su día los acreedores de Celsa es una figura novedosa que incorpora la Ley Concursal y que viene a ocupar el lugar del preconcurso", explican a Crónica Global fuentes de un despacho de abogados. 

De Nozar a Pescanova

Martín Bernardo, socio fundador del despacho Abencys junto a Díaz-Gálvez, ha intervenido en dos de los mayores y más sonados concursos de acreedores de la pasada década. Uno de ellos fue el de Nozar, uno de los más voluminosos del sector inmobiliario, en el que ejerció como administrador concursal durante dos años; el otro fue el de Pescanova, de cuyo consejo de administración formó parte en la etapa de la reestructuración. 

Precisamente, este proceso de saneamiento fue tutelado por Houlihan Lokey, la firma que ha asesorado a los fondos acreedores de Celsa y les ha llevado a tomar el control de la compañía a través de su plan de capitalización de deuda, que supone la salida del histórico accionista del grupo, la familia Rubiralta. 

Pasado en Roca i Junyent

La conexión entre Martín Bernardo y Díaz-Gálvez va más allá del despacho Abencys. Sus trayectorias profesionales guardan un notable paralelismo al haber coincidido también en DLA Piper, uno de los despachos internacionales más prestigiosos del mundo y en el de Roca i Junyent, firma de referencia en España pero con especial relevancia en Cataluña, donde se sitúan la sede social de Celsa y algunos de los centros de producción más relevantes de la compañía. 

Todo un ejército concursal para una empresa que ha salvado la contingencia pero cuya continuidad resultaba inviable sin el plan de los fondos. Al menos, esa fue la tesis defendida por su parte en la vista celebrada durante el mes de julio en el juzgado de lo Mercantil número 2 de Barcelona, que terminó por ser avalada por el titular, Álvaro Lobato, en el fallo emitido dos meses más tarde. 

"Los nombramientos dan muchas pistas sobre los próximos pasos a dar por parte de Celsa. Van a ser meses de trabajo intenso en la sombra para tratar de sanear la compañía desde el punto de vista financiero sin dejar de cumplir con los compromisos adquiridos con el Gobierno", apuntan fuentes del sector. 

El plan de reestructuración incluye reducir en 1.400 millones la deuda actual de la compañía a través de la capitalización y prolongar la restante, comprometida con la banca, hasta 2028, merced al acuerdo rubricado en las últimas horas.

Compromisos 

Precisamente, el mantenimiento de la viabilidad de Celsa forma parte de las condiciones del Gobierno para dar el visto bueno al traspaso de poderes en la compañía. El Consejo de Ministros tiene la última palabra en este asunto al tratarse de inversores extranjeros y por el carácter estratégico de la siderúrgica.

La protección del empleo y la capacidad productiva de Celsa y la permanencia en España de los centros de toma de decisiones, así como la incorporación de un socio industrial nacional son otros compromisos que deberán cumplir los nuevos dueños de Celsa. No obstante, parece claro que los primeros pasos tendrán más de financiero que de industrial.