El gurú del conseguidor de las mascarillas guía al banco de Liechtenstein a Barcelona
Giuseppe Gianmartino, banquero de los Parellada mucho antes del millonario contrato sanitario con la Generalitat, trabajó para LGT, que ha encontrado en la Ciudad Condal acomodo para su centro digital
22 abril, 2023 00:00Las aspiraciones de Barcelona de transformarse en un polo de atracción de inversiones tecnológicas, en dura competencia con Madrid, han recibido un nuevo impulso con la decisión de la banca LGT, entidad centenaria controlada por la familia de la realeza de Liechtenstein, de instalar en la Ciudad Condal un centro de digitalización. Un entorno el barcelonés bien conocido por Giuseppe Gianmartino, exbanquero de la firma y hombre de confianza de los Parellada, protagonistas del ya célebre pelotazo de las mascarillas con la Generalitat.
La familia de empresarios catalanes se embolsó 35 millones de euros del Govern merced a un contrato licitado de forma urgente en los primeros tiempos de la pandemia para la provisión de material sanitario (mascarillas, guantes y equipos de protección individual) que escaseaba en todo el mundo tras dispararse la demanda. Y lo hizo pese a no contar con experiencia alguna en el entorno sanitario, lo que hizo que llamara especialmente la atención.
Conexión con el Sudeste Asiático
Lo que no faltaba en el entorno de los Parellada era la conexión con el Sudeste Asiático, más concretamente con Singapur, donde se instalaron tras la consecución del contrato al adquirir la gestora Aris Prime, que desde entonces tutelan.
Gianmartino fue el hombre en la sombra, la persona clave para estos movimientos. Banquero de origen suizo, su relación societaria con los Parellada y con Barcelona data de hace casi una década, cuando hizo de testaferro en una de las mercantiles registradas en la Ciudad Condal y empleadas por la familia para sus diversificados negocios.
LGT, tras los pasos de Gianmartino
Para entonces, Gianmartino no desempeñaba ya funciones en LGT, pero sí había tomado contacto con Singapur, donde dirigió sus pasos tras dejar la entidad de Liechtenstein con el ambicioso y atractivo objetivo de llevar el modelo de la banca suiza al Sudeste Asiático.
No es casualidad que, a poco de la salida de Gianmartino, la banca centroeuropea eligiera este país para empezar a instalarse en la región. Tiempo después, vuelve a fijarse en un destino que parece resultarles familiar.
Torra, acorralado
El hecho de que Basic Devices, que así se denomina la sociedad que se adjudicó el citado contrato de la Generalitat, no tuviera actividad previa en el sector sanitario (y, prácticamente, en ningún otro) no pasó desapercibido en el escenario político catalán. La oposición trató de poner contra las cuerdas al Govern, al frente del cual se encontraba entonces Quim Torra, posteriormente inhabilitado por desobediencia a la Justicia.
El asunto llegó a la Sindicatura de Cuentas, aunque el organismo concluyó que no hubo irregularidad alguna en la relación contractual. Los trámites parlamentarios que se siguieron quedaron finalmente en meras preguntas de las que el Govern salió airoso al responder que todo había sido resuelto bajo la más estricta legalidad.
Absoluta opacidad
Pese a estar bajo el control de la familia que ostenta el Principado de Liechtenstein desde su fundación, hace más de cien años, LGT Bank es una entidad por completo privada. Su actividad ha estado caracterizada hasta hace unos años por la gran opacidad y secreto del que disfrutaba el sistema financiero del paìs centroeuropeo, lo que hacía de él el destino preferido para grandes fortunas del Viejo Continente con vistas a ocultar parte de su patrimonio y ponerlo lejos del alcance de los respectivos fiscos.
Un escenario que se vino abajo con estrépito al inicio de la pasada crisis financiera, a finales de la primera década del siglo, cuando un alto ejecutivo de la entidad extrajo de forma ilegal información con numerosos datos de clientes y la puso a la venta, lo que dejó al descubierto a cientos de defraudadores fiscales.
Mantener contactos
El escándalo, que adquirió dimensiones mundiales, coincidió con la salida de Gianmartino que, sin embargo, mantuvo determinados vínculos con la entidad. Después, llegaría el contacto con los Parellada, plenamente vigente incluso con posterioridad a la adquisición por la familia catalana de Aris Prime, en la que llegó da desempeñar cargos directivos.
Tiempo después, LGT Bank se fija en Barcelona para instalar su centro de digitalización debido a sus privilegiadas conexiones con el resto de Europa así como por el desarrollo que ha tenido el entorno de inversión tecnológica en la Ciudad Condal, de acuerdo con lo manifestado oficialmente por la entidad financiera.